La borrasca Gloria arrasa las playas de Denia, Jávea y Almenara

Ya son cuatros los días que Gloria lleva instalada en la Comunidad Valenciana y, aunque las alertas han quedado desactivadas, sus consecuencias aún serán visibles durante una larga temporada. Con esta borrasca se han batido récords: la ola de 14,77 metros de altura en Baleares y más de 3.000 rayos en un solo día. El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha anunciado este miércoles que el Consell aprobará el viernes un decreto de urgencia para activar las ayudas a los municipios afectados, los de costa y los de interior.

Denia fue uno de los municipios más previsores. El sábado alzó muros de sacos de arena para tratar de frenar la fuerza del mar. No fue suficiente y, en la zona de Les Deveses, una decena de casas han quedado afectadas, así como varios comercios y restaurantes. Los vecinos cuentan que, en el último lustro, el mar ha engullido cerca de 50 metros de arena.

En Jávea, Gloria ha sido capaz de mover bloques de hormigón y ha llenado el paseo marítimo de espuma. Además de algas y ramas, la borrasca ha devuelto a la tierra toda la basura que vertida al mar.

Gloria también ha borrado el paseo marítimo de Valencia. En el caso de la capital los destrozos son menos visibles debido a los metros de arena que tienen las playas. Sin embargo, en zonas donde las viviendas están más próximas al mar, el viento y los fenómenos costeros han provocado daños notables. Es el caso de El Perellonet, donde una plancha metálica ha caído sobre varios vehículos aparcados.

En este municipio castellonense, los vecinos recuerdan que hace un par de décadas había mucha arena en su playa. Estos días no queda ni ninguno. El mar ha entrado literalmente en las casas y ha arrastrado consigo grandes piedras que han bloqueado la entrada de algunos vecinos a sus viviendas.

En las playas de Xilxes, los parques infantiles han quedado sepultados por una mezcla de piedras y algas. En el caso de Nules, un cámping se ha visto seriamente afectado. Cuatro días después de la entrada de Gloria, las calles de Moncofa continúan inundadas, hasta la cuarta línea de playa.