El calentamiento del planeta es el más extremo y global de los últimos 2.000 años

El español Juan José Gómez participa en la investigación publicada por 'Nature' sobre anomalías climáticas
El incremento de la temperatura entre 1950 y 2000 afecta al 98% del planeta, y solo se salva la Antártida
En los últimos dos milenios, nunca la tierra ha tenido un clima tan cálido como en el período que va desde 1950 hasta el año 2000. Es la principal conclusión de un estudio realizado por cinco jóvenes investigadores publicado en la revista Nature. Los resultados revelan que, en esos 50 años, el 98% del planeta ha registrado las temperaturas más altas de los últimos dos milenios. Solo en la Antártida no ha sido la época más cálida.
En este grupo de investigadores, liderado por Raphael Neukom (Universidad de Berna, Suiza), participa un español, Juan José Gómez, miembro del Grupo de Modelización Atmosférica Regional (MAR) de la Universidad de Murcia. “La anomalía climática actual no tiene parangón en 2.000 años y no puede explicarse por fenómenos naturales”, señala Juan José Gómez.
Cinco cambios climáticos
Desde el año 1 hasta la actualidad se han registrado cinco cambios climáticos, tres cálidos y dos fríos: el Período Cálido Romano; el Período Frío de la Edad Oscura, en torno al año 1000; el Óptimo Climático Medieval; la Pequeña Edad del Hielo, desde el siglo XIV hasta el XIX; y el actual calentamiento global antropogénico.
La principal diferencia es que los cuatro primeros períodos pueden explicarse por la variabilidad del clima y fenómenos naturales relacionados con la posición de la tierra con respecto al sol, la propia actividad solar o la actividad volcánica. Además, estos cuatro períodos no se produjeron a nivel global y se registraron en amplias etapas temporales. Sin embargo, el actual incremento de la temperatura se está registrando en todo el planeta y al mismo tiempo. “La trascendencia de este estudio es que tira por tierra los argumentos de aquellos que dicen que los cambios actuales ya se han producido en otras épocas y no corresponden a un cambio climático, sino a anomalías puntuales”, apunta Juan José Gómez.
El hombre como variable climática
“Nuestro estudio se limita a detectar que se está produciendo un cambio climático, no analizamos las causas, ni lo atribuimos a ningún factor”, advierte Juan José Gómez. Aunque la conclusión “está implícita”. Se refiere, sin decirlo, a la numerosa literatura científica que apunta a la actividad humana, la industria y la deforestación, como causa del calentamiento global. El conocido efecto invernadero, que está provocando un incremento de la temperatura como consecuencia de la acumulación de gases, principalmente CO2, en la atmósfera, que impiden que la radiación solar sea expulsada del planeta.
Análisis de las temperaturas de los últimos 2.000 años
Los registros de temperaturas con los que se contaba en la actualidad se limitaban a los últimos 150 años. Había que encontrar un método fiable para determinar la temperatura en los diferentes puntos del planeta desde el año 1.
En 2017 se hizo público los resultados de una investigación internacional de científicos que reunieron en una base de datos, Pages 2K, más de 700 registros naturales de cinco orígenes diferentes: los anillos de los árboles, la acumulación mineral en los exoesqueletos de los corales, los anillos de crecimiento de moluscos centenarios, los sedimentos en lagos y las capas de hielo en polos y glaciares. Unos registros que por sí mismos no pueden ofrecer datos climatológicos. “Lo que nosotros hicimos fue interpretarlos y analizarlos para transformarlos en información climática y crear una nueva base de datos con las temperaturas de los dos últimos milenios”, señala Juan José Gómez.
Las consecuencias del cambio climático
El estudio no entra tampoco a analizar las consecuencias que puede tener para el planeta y la población mundial este incremento de las temperaturas. “En la actualidad vivimos en una época de estabilidad climática inusual”. Es lo que se conoce como el holoceno, un período que comenzó hace más de 11.000 años, cuando terminó la última era glacial, y que ha permitido el desarrollo de la humanidad. Una estabilidad que puede quebrarse por el actual calentamiento global. “Si la temperatura sube 2 grados no se soluciona con subir el aire acondicionado y ya está. Existen complejos mecanismos de retroalimentación que pueden provocar, como ya ha ocurrido, que se produzca un cambio brusco de las temperaturas”, advierte Juan José Gomez, que añade que “si la temperatura del planeta sube 6 o 7 grados la Antártida se descongelaría y subiría el nivel del mar 60 metros. Eso cambiaría nuestra actual forma de vida”.