Cambia su despacho de concejal por la piscina para rehabilitar a sus vecinos en Sevilla


Miguel Ángel López es concejal de Cultura, Juventud y Fiestas de El Pedroso (Sevilla) y, en su tiempo libre, ayuda en la rehabilitación de los vecinos con problemas de movilidad
Ha conseguido que Ángela, una vecina que sufrió un infarto cerebral, vuelva a dar sus primeros pasos: "Es nuestro ángel de la guarda"
Miguel Ángel es concejal en el municipio sevillano de El Pedroso. Entró en política hace algo más de un año y la máxima de trabajar para sus vecinos la cumple a raja tabla. Por eso, no lo encontramos en su despacho, sino en la piscina municipal, manos a la obra. Y nunca mejor dicho, porque aprovecha sus conocimientos en el mundo deportivo para ayudar a aquellos vecinos con problemas de movilidad.
“Es nuestro ángel de la guarda”, cuenta a NIUS Mari. Su hija Ángela sufrió un infarto cerebral en 2017. Los médicos le dieron horas de vida. Pero tres años después, esos malos recuerdos se ahogan en el agua de la piscina donde la encontramos siguiendo las indicaciones que Miguel Ángel le va dando. Cada día, durante una hora, la ayuda en su rehabilitación y se encarga de recogerla y llevarla a casa. “No tiene precio lo que hace por nosotros”, explica emocionada su madre.
La enfermedad cambió la vida de esta familia y dejó secuelas terribles en Ángela. “Su cerebro no es capaz de enviar la orden exacta para que el cuerpo responda”, se lamenta Mari. Aun así, ha conseguido recuperar el habla y, gracias a la ayuda desinteresada del concejal, ya es capaz de dar pequeños pasos. “Lo hago porque en esto consiste la política, en trabajar por el pueblo”, nos dice Miguel Ángel.
El camino no ha sido fácil. “Ha habido momentos en que me entraban ganas de tirar la toalla porque ella estaba muy desmotivada y no avanzábamos”, reconoce. Pero su esfuerzo y constancia, sus palabras de cariño, su buen humor y sus bromas, han conseguido que Ángela recupere la ilusión. “Se pasaba los días llorando y, ahora, se levanta y lo primero que pregunta es cuándo viene a recogerla”, dice su madre.
En unos meses, se casa su hermana y tiene un reto: llegar a la iglesia andando. “Le he dicho que si lo consigue, yo la acompaño con la corbata a juego con su vestido”, bromea Miguel Ángel. Está seguro que, si ella se lo propone, terminará haciéndolo.
Para él, es una satisfacción servir de ayuda y motivación. Como Ángela, son muchas las personas con problemas de movilidad, a las que atiende. Y sea en esta piscina, como en la cubierta de una localidad cercana, durante el invierno. Lo hace con el corazón dice. Otra forma de trabajar de hacer política.
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