El Camino de Santiago, a medio gas: de 2.000 peregrinos al día a menos de 500


El coronavirus ha reducido a mínimos la afluencia de caminantes en las rutas jacobeas y algunos hoteles y albergues han optado por no abrir
A cinco meses de que comience el Año Santo 2021, la preocupación es máxima en el sector: “Si no aparece una vacuna, esto puede ser una ruina”, advierten
En el albergue Vía Láctea, situado en Arzúa (A Coruña), están durmiendo entre cinco y diez peregrinos cada día. El año pasado, a estas alturas, lo hacían unos 120. “La afluencia está siendo muy floja y lo peor es que me están cancelando reservas que tenía para septiembre y octubre”, confiesa a NIUS Borja Rodríguez.
El suyo es solo un ejemplo de los efectos que el coronavirus está provocando en el Camino de Santiago. A cinco meses de que arranque oficialmente el Año Santo 2021, hay mucha preocupación entre los dueños de los hoteles y de los albergues. Algunos todavía no han abierto. No hay peregrinos que llenen, ni siquiera, la mitad de las camas que se ofertan.
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El miedo ha reducido a mínimos la afluencia de caminantes en plena temporada alta. Según los datos que ofrece diariamente la Oficina del Peregrino, se están sellando menos de 500 compostelas al día. Esa cifra no representa ni la cuarta parte de los peregrinos que se contabilizaron en 2019. El año pasado, en temporada alta, se despachaban entre 2.000 y 3.000 credenciales al día.
Apenas se ven peregrinos extranjeros
Si por algo se caracterizaba el Camino de Santiago era por la mezcla de culturas. Por la multitud de idiomas que se podían oír caminando por las diferentes rutas. Sin embargo, ahora ya no se escuchan lenguas exóticas. Solo hay peregrinos nacionales. “La pérdida de visitantes internacionales genera un impacto enorme en el Camino. En mi caso, teníamos un 50 % de reservas nacionales y otro 50 % internacionales”, comenta Rodríguez.
En 2019, casi el 58 % de los peregrinos que llegaron a Compostela fueron extranjeros. Los más numerosos, los procedentes de Italia (28.749), Alemania (26.167), Estados Unidos (20.652), Portugal (17.450), Francia (9.248) y Corea (8.224).
La ocupación, en mínimos: no llega al 30 %
Durante estos días de vacaciones para muchos españoles, se percibe algo más de ambiente en las calles de Santiago de Compostela. Pero muchos no son peregrinos. Son turistas que se alojan en casas rurales o que están de paso por la ciudad. Las cifras de ocupación que maneja la Asociación Hostelería Compostela son desastrosas para un mes de agosto. “Según los datos provisionales que tenemos, calculamos que está entre un 22 y un 28 %”, comenta a NIUS Sara Santos, la presidenta de esta asociación.
Ante esta situación, algunos hoteles han optado por no abrir sus puertas. La propia Sara, propietaria de un hotel próximo a la catedral, ha decidido no retomar por el momento la actividad. “Más del 30 % de los establecimientos hoteleros están cerrados. Tienes que cubrir una serie de gastos de personal y las escasas reservas que tenemos no dan para pagarlos”, comenta.
A pesar de los esfuerzos que tanto las administraciones públicas como los propietarios de los alojamientos han hecho para que la ruta jacobea sea un itinerario seguro frente al coronavirus, el impacto del virus está siendo más negativo de lo que esperaba el sector.
“El brote que afectó a la comarca de A Mariña nos hizo muchísimo daño, a pesar de que esa zona de Lugo está muy alejada de aquí. Extranjeros, nada. Pero es que algunos nacionales decidieron cancelar sus viajes. Temían venir y quedarse confinados”, asegura Santos.
El brote que afectó a la comarca de A Mariña nos hizo muchísimo daño
Con el Xacobeo a la vuelta de la esquina, la incertidumbre en el sector del turismo es total. “Hay negocios que han hecho fuertes inversiones pensando, precisamente, que en el Año Santo se iban a batir todos los récords. Si no aparece una vacuna, esto puede ser una ruina para muchos”, alerta Borja Rodríguez.