El cielo de Madrid antes y después del confinamiento por coronavirus

Francisco Díaz fotografió desde su ventana el mismo lugar con dos meses de diferencia
La caída en picado del tráfico rodado ha permitido que baje la contaminación en las grandes ciudades
La boina de Madrid ha desaparecido prácticamente en su totalidad desde el inicio de la crisis del coronavirus
Francisco Díaz está disfrutando estos días cada vez que sale a su balcón. Este hombre, de 64 años, vive en un edificio de 10 plantas en Alcorcón, al sur de Madrid. Y cuando ahora se asoma a su terraza, en el séptimo piso, es capaz de ver el barrio de Carabanchel e incluso Barajas.
Hace un mes habría sido imposible. La boina de contaminación que cubría Madrid lo invadía todo y era lo primero que este amante de la fotografía veía por la mañana nada más descorrer las cortinas del salón.
A principios de enero, “cabreado por lo poco que el ayuntamiento de Madrid estaba haciendo por reducir el tráfico y la contaminación”, cogió su móvil e hizo una foto del horizonte. El marrón oscuro (casi negro) de la boina era el protagonista absoluto de la imagen. “Fue una de las peores situaciones que había visto en Madrid porque estábamos en una situación climática anticiclónica, lo que favorecía la acumulación de contaminación" asegura Díaz.
El sábado 14 de marzo, cuando en la Comunidad de Madrid se cumplía el día 3 de confinamiento, Francisco volvió a salir a su terraza y el panorama era completamente diferente. “El horizonte estaba limpio, muy azulito. Nada que ver con el aspecto habitual. Así que me fui a por el teléfono e hice otra foto”. Con el mismo encuadre, desde le mismo lugar y con una luz parecida. Todo idéntico excepto el resultado final. En la nueva imagen la boina había desaparecido por completo.
“Es increíble, la verdad es que la diferencia es brutal. Y sólo habían pasado unos días desde el cierre de la ciudad”. El resultado de las dos fotografías, una junto a la otra, ha sorprendido a mucha gente. No tanto a los madrileños, “que nos hemos acostumbrado a vivir bajo una boina como esa”, cuenta Francisco. Ahora, y aunque sea por la crisis sanitaria, en Madrid se respira mucho mejor.

Bajada histórica de la contaminación en las grandes ciudades
Es una de las consecuencias positivas de la crisis del coronavirus, la bajada histórica de la contaminación en las grandes ciudades. Un descenso provocado por el frenazo en seco del tráfico rodado. Madrid es el mejor ejemplo de ello y las cifras oficiales del ayuntamiento lo confirman:
- En la almendra central ha habido una reducción del 75,3 % respecto a un día habitual.
- En la M-30 la bajada es del 76,9 % en relación a una jornada normal.
Esa caída en picado del tráfico tiene otra consecuencia. Y es la disminución de los valores medios de dióxido de nitrógeno. Según Greenpeace, el nivel de NO2 en Madrid apenas ha alcanzado el 40 % del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea. Ha ocurrido por primera vez desde que entró en vigor la normativa europea en 2010.
Y que la mejora se haya producido en tan poco espacio de tiempo no es sorprendente para Adrián Fernández Carrasco, el responsable de la campaña de Movilidad en Greenpeace España. “Podríamos pensar que en las ciudades con altos niveles de contaminación nos harían falta semanas o incluso meses para poder limpiar la atmósfera. Sin embargo, tras unos días sin tráfico la calidad del aire ya es notablemente mejor”.
También en las ciudades europeas que se confinaron primero
Lo ocurrido en Madrid ha pasado también en otras grandes ciudades europeas tal y como confirma la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Se nota especialmente en las ciudades italianas, donde el confinamiento es más prolongado incluso que en España:
- En Milán, las concentraciones medias de NO2 durante las últimas cuatro semanas han sido un 24 % más bajas que las cuatro anteriores.
- En Bérgamo, el nivel de dióxido de nitrógeno entre la semana del 16 al 22 de marzo fue un 47 % menor que la de la misma semana de 2019.
- En Roma, el descenso en el último mes fue de un 35 % con respecto al año anterior.
Datos de las instituciones que vienen a confirmar lo mismo que Francisco al salir a su terraza. En las grandes ciudades respiramos mejor y la contaminación es menor. La ausencia de tráfico lo ha hecho posible. Algo bueno tenía que tener el coronavirus.