Cinco detenidos por robar cruces y santos en cementerios de Toledo

Una pareja residente en Guardamur se encargaba de sustraer cruces, santos, vírgenes, candelabros y otras figuras ornamentales
Tres mujeres hacían de receptadoras en una chatarrería de Humanes
Se habían recorrido los cementerios de 21 municipios de la provincia de Toledo y habían sustraído al menos 861 cruces, figuras y ornamentos religiosos, con un valor superior a los 450.000 €. Estos asaltos generaron una importante alarma social, debido al daño emocional y patrimonial que habían ocasionado a sus víctimas.
La Guardia Civil consiguió detener a los autores hace unos días. Son un hombre, con numerosos antecedentes delictivos y su mujer, los dos de 38 años. Están acusados de 27 robos con fuerza. Además otras tres mujeres han quedado imputadas por un delito continuado de receptación en un centro de reciclaje de la localidad madrileña de Humanes.
Operación Crucix
El pasado mes de febrero, el Equipo de Investigación del instituto armado de Mora inició la Operación CRUCIX a raíz de varios delitos cometidos en cementerios municipales ubicados dentro de su demarcación.
Analizaron los hechos y comprobaron que detrás se encontraba el mismo grupo de personas, que accedía escalando los muros perimetrales, siempre por zonas de escasa o nula visibilidad al tránsito. Igualmente evidenciaron que las piezas de ornato funerario que sustraían (cruces, santos, vírgenes, candelabros, etc.) mantenían unos parámetros y características similares.
El Equipo de Investigación junto con la Unidad Orgánica de la Guardia Civil de Toledo, obtuvieron indicios y evidencias sobre la relación directa de estos hechos con dos personas que residían en la localidad toledana de Guadamur, un hombre y una mujer convivientes.
Establecieron distintos dispositivos de seguridad y vigilancia y realizaron numerosas inspecciones en chatarrerías y centros de reciclaje. En uno de estos centros, ubicado en la localidad madrileña de Humanes, la Guardia Civil realizó una inspección y halló numerosas piezas de figuras ornamentales procedentes de estos robos, con un peso que alcanzaría los 700 kilogramos, que los delincuentes habían cortado con una radial para facilitar su transporte y ocultación, y que los responsables de este centro
tenían almacenados en una zona más escondida por conocer su procedencia ilícita.
Una vez obtenida a autorización judicial correspondiente para realizar el registro domiciliario en a vivienda de la pareja, los agentes hallaron unas 100 imágenes ornamentales de estas características en el
patio de la vivienda, de las cuales 70 estarían cortadas y dispuestas para ser vendidas, todo ello con un peso aproximado de 1.500 kilogramos, principalmente de bronce.