Ciudadanos rusos en España: "Queremos la paz pero en el Donbás han ocurrido cosas horribles desde 2014"


Puedes seguir en NIUS la última hora del ataque de Rusia a Ucrania
Cerca de 80.000 rusos residen en nuestro país
Se debaten entre el rechazo a la guerra y su sentimiento patriótico
Natalia vive en Aguadulce (Almería), tiene 43 años y es rusa. "Ahora da miedo que la gente se entere, estamos empezando a sentir rechazo, sobre todo de ucranianos que viven en España", confiesa a NIUS. "Hasta me asusta hablar con mi hijo en mi idioma por la calle por si alguien nos increpa", reconoce. "No entiendo que se esté llegando a esta situación por los actos de una sola persona. Nosotros no somos responsables de lo que ha hecho Putin", denuncia.
"Mi pequeño, de 10 años, me preguntó el otro día. "Mamá, cuando mis compañeros en el patio del colegio gritan "Muerte Putin. Yo, ¿qué tengo que hacer?", relata. "Intento calmarle y le digo, cariño, tú no hagas caso, nosotros no tenemos nada que ver con Putin, no compartimos su actuación, estamos en contra de esta guerra, de cualquier guerra, pero la situación es cada vez más complicada de manejar", reconoce.
"Hay muchos niños que ya no quieren ir a la escuela porque se sienten atacados", atestigua Olga, otra mujer rusa que reside en Roquetas de Mar hace dieciséis años. "Les gritan cosas como "tú eres ruso, fuera de aquí". "A clase de mi hijo va una niña ucraniana y ellos son amigos, pues hay compañeros que les dicen ¿Cómo podéis ser amigos si vuestros países están en guerra?".
En España hay unos 80.000 rusos empadronados, "muy preocupados por lo que está aconteciendo", avanza Manuel Baltasar, presidente de la asociación Po-Russky de Almería, dedicada hace décadas a tramitar los documentos que estos ciudadanos del este precisan para trabajar en nuestro país. "Ahora estamos recibiendo unas 300 llamadas de miedo diarias. De gente angustiada que pregunta si se les va a renovar el permiso de residencia, si se les va a echar del país... la gente tiene miedo al rechazo".
"Rusos y ucranianos estamos sufriendo"
Ni Natalia ni Olga pensaron nunca que esta guerra se fuera a producir. "Yo creía firmemente que Putin no iba a entrar en Ucrania, y lo hizo, luego pensé que se iba a limitar a "liberar" el Donetsk y Lugansk, las zonas pro-rusas, y se marcharía, pero sigue avanzando, así que ya no sé cómo puede acabar esto", lamenta Natalia.
El padre de Olga es ucraniano, su madre, rusa. Debido a la historia compleja y entrelazada de sus países, muchos ucranianos y rusos tienen familiares en ambos lados de la frontera que ahora se ubican en lados opuestos de la guerra. "Yo hablo con los familiares o amigos que tengo en cada lado y tienen una versión distinta de los hechos. También es diferente de la que se da aquí en España", arguye. "Es una lástima, lo que sentimos es que hay una guerra informativa y que detrás hay sobre intereses económicos de las dos grande potencias, nuestro país, Rusia, y EE.UU", añade Natalia, "y que a la gente normal se nos está utilizando".
La guerra ya ha creado disputas familiares, generado temores entre algunas personas de que parientes se hagan daño entre sí en los combates. "Mi marido es español y ya discutimos por este tema, imagínate lo que está sucediendo allí. Dentro de Rusia el país está dividido", reconoce Olga. "Hay gente que está en contra y otra que justifica la intervención de Putin por lo que lleva 8 años sucediendo en el Donbás", explica. "Yo no quiero justificar la guerra de ningún modo pero es cierto que en esa región se ha hecho la vida imposible a los prorrusos. La mayoría de nosotros queremos la paz, queremos que esto termine pronto, pero allí han sucedido cosas horrible desde el 2014. Quiero decir que todos hemos sufrido y estamos sufriendo, ucranianos y rusos".
"La mayor parte de la población quiere que esto se resuelva con diplomacia, que lleguen a acuerdos, y que dejen de sonar las armas", defiende Natalia. "La gente en Rusia tiene miedo de las consecuencias que pueda tener la guerra, de que mueran sus jóvenes en los combates, de que suban los precios, de que las sanciones económicas les traigan calamidades, de quedarse aislados... A mi me da pánico pensar que si esto se alarga no voy a poder volver a visitar a mis padres".
"También está ocurriendo que las sanciones económicas y a los deportistas están creando un sentimiento patriótico creciente en Rusia", apostilla Olga. Lo corrobora el uso extensivo de la "Z" (la letra que llevan los tanques rusos en Ucrania) y que ahora utilizan los ciudadanos de a pie como símbolo nacionalista de apoyo a Putin. Aparece en camisetas, coches, negocios e incluso los deportistas se la están cosiendo en la ropa cuando participan en competiciones internacionales.
For the record. It is not just Putin.
— Denis Kazakiewicz (@Den_2042) 6 de marzo de 2022
Photo: Russian gymnast Ivan Kuliak at World Cup in Doha shows his support for Russian aggression in Ukraine by wearing a T-shirt with the letter Z on it - the same symbol, Russians mark their armor in Ukraine.
S Unian pic.twitter.com/WYiLH4Lo8I
"No significa que toda la gente que la lleva apoye la guerra contra Ucrania", asegura Natalia, "se ha convertido más en símbolo del orgullo de ser ruso, una forma de denunciar que nos están rechazando por el mero hecho de tener esta nacionalidad. Es una forma de decir, amo a mi país, al margen de si estás a favor de la guerra iniciada por Putin", recalca.
"Llevar la Z también es una forma de apoyar a la gente que está en el frente, se ha enviado a muchos soldados jóvenes. No se les puede dejar abandonados, no puedes ir contra tu propia gente", defiende Olga. "Yo reconozco que tengo miedo, estoy asustada, temo que esto acabe en la tercera guerra mundial y que los rusos nos convirtamos en el enemigo a exterminar, no quiero que seamos los judíos del siglo XXI", sentencia.
¿Qué opinan en Rusia?
Pero, ¿cuántos rusos apoyan la guerra contra Ucrania? Obtener una medida exacta de la opinión pública en Rusia es notoriamente difícil. "Las encuestas oficiales muestran que cerca del 70% de los rusos aprueban el envío de tropas a Ucrania", explicaba a ABC News el profesor asociado Nikita Savin, de la Universidad HSE de Moscú. Pero advierte sobre la fiabilidad de estas cifras.
Las encuestas políticas bajo gobiernos autoritarios suelen estar sesgadas hacia las decisiones del gobierno. Esto se debe a la "conveniencia social" de encajar en la opinión de la mayoría y, por supuesto, al miedo al castigo por dar una respuesta equivocada. Aunque alta, "es muy probable que, en realidad, la aprobación de la operación militar en Ucrania en Rusia sea menor de lo que se declara", añade Savin.
A muchos rusos además, solo les llega la versión oficial del Kremlin. Las historias de residentes en Ucrania que cuentan lo que sucede a sus escépticos familiares en Rusia son recurrentes estos días. Oleksandra vive en Járkov. Incluso después de enviar vídeos desde su ciudad natal fuertemente bombardeada, no consigue convencer a sus padres, que viven en Moscú, del peligro que corre. "No quería asustar a mis padres, pero empecé a decirles directamente que están muriendo civiles y niño", explica a la BBC.
A Anastasiya, que vive en Kiev, sus padres tampoco la creyeron sobre los bombardeos a la capital. Ellos viven en Donetsk y son prorrusos. Cuando le dijo que había bajas civiles esta fue la respuesta de su madre: "Pero eso es lo que tuvimos también cuando Ucrania atacó Donbas". Entre risas. Una visión que muchos achacan a la propaganda mediática procedente del Kremlin. "Todavía los amo profundamente [a mis padres], pero algo dentro de mí se ha roto y no creo que pueda arreglarse nunca", dice Anastasiya.