Las colas del hambre en Lugo: “Hay mucha gente de clase media que nunca esperó verse en esta fila”

Una hilera de cientos de metros de personas con carritos rodea cada martes el Banco de Alimentos de esta ciudad gallega
La presidenta de esta entidad benéfica cuenta que el número de usuarios se ha duplicado desde que comenzó la pandemia
Cada martes, la imagen se repite. Una hilera de personas rodea una nave del polígono industrial de O Ceao, en Lugo. Todos aguardan pacientemente su turno y todos llevan consigo un carrito de la compra. Pero los que esperan no van al supermercado. Van al banco de alimentos.
Son las llamadas colas del hambre. Unas hileras que han ido aumentando de longitud en los últimos meses. La situación económica generada por la pandemia ha obligado a muchas personas a recurrir a los bancos de alimentos. En este de Lugo, el número de usuarios se ha duplicado en menos de un año. “En marzo atendíamos a unas 1.000 familias y ahora son ya más de 2.000”, cuenta a NIUS Amadora Núñez, presidenta y fundadora en 1996 del Banco de Alimentos de Lugo.
En la fila, que alcanza cientos de metros y da la vuelta a la esquina, hay personas de todo tipo. “No hay un perfil. Hay trabajadores del sector de la hostelería, peluqueras a las que les va mal el negocio porque no tienen clientela, personas que están en el paro o en el ERTE, pero que lo que perciben no les llega para vivir. Hay mucha gente de clase media que nunca esperó verse en esta fila”, explica a NIUS.

420 euros al mes para cinco personas
En la hilera encontramos historias como la de María. En su casa entran cada mes 420 euros. La cantidad no alcanza para pagar los gastos básicos y alimentar a los cinco que viven en casa. “Tengo que pagar hipoteca, luz, agua… Y tengo a tres niños estudiando. Venimos aquí porque lo necesitamos”, explica. En su carrito lleva una caja con alimentos para pasar la semana: leche, arroz, macarrones, aceite, harina, azúcar, mantequilla, atún, pulpo en conservas, huevos, verduras…
Pili tiene una historia similar. Cada mes percibe 590 euros. Sin embargo, más de la mitad de esos ingresos se los lleva el alquiler. Solo el piso le cuesta 320 euros al mes. “Tengo dos hijos. Somos cuatro en casa. ¿Qué ingresos me quedan? Estamos subsistiendo gracias al banco de alimentos”, explica.
20 toneladas de comida para más de mil personas
Solo este martes, el Banco de Alimentos de Lugo ha repartido unas 20 toneladas de alimentos. Un kit semanal que incluye alimentos no perecederos, pero también productos frescos. “12 manzanas, 25 naranjas y una caja de tomates “, cuenta la presidenta del banco de alimentos lucense. En total han pasado por el banco más de mil personas que representan a más de mil familias.
Las colaboraciones y las donaciones de la Gran Recogida de Alimentos han permitido que, por el momento, el banco haya podido prestar auxilio a todos los que han solicitado esa ayuda. “Hoy mismo acabamos de recibir 40 toneladas de comida procedentes de tres grandes superficies”, comenta Amadora.
Pese a que ha aumentado la demanda, por el momento tienen reservas. Al menos, de los seis productos básicos: arroz, pasta, lentejas, harina, azúcar y aceite de girasol. Pero desde este Banco de Alimentos apelan a la solidaridad. Toda ayuda es poca en estos tiempos difíciles.