La contaminación baja a niveles de hace ocho años gracias a las abundantes lluvias, según Ecologistas en Acción

Uno de cada tres españoles respiró aire contaminado en España en 2018
La humedad del otoño y del invierno ha favorecido la dispersión de los contaminantes invernales
Un total de 14,9 millones de personas (un 31,8% de toda la población española) respiró aire contaminado en España en 2018, según los estándares legales vigentes (un 97%, según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud). Una cifra que supone un descenso de 2,6 millones de afectados respecto al año anterior (casi un 18%) y la cifra más baja desde 2011. La razón de esta bajada, las abundantes lluvias y la inestabilidad atmosférica, que han mejorado la contaminación del aire.
Estas son algunas de las conclusiones del informe anual de calidad del aire de Ecologistas en Acción, presentado hoy en Madrid. El estudio analiza los datos recogidos en casi 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el territorio español. Sus principales titulares son:
- La humedad del otoño y del invierno ha favorecido la dispersión y deposición de los contaminantes típicamente invernales (dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y partículas en suspensión). No ocurre lo mismo con el ozono. "Un año más, sigue destacando como el contaminante más amplio y con niveles estacionarios o en alza, debido al incremento de las temperaturas medias y de las olas de calor durante el verano", señaló Francisco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción.
- La superficie expuesta a contaminación en 2018 alcanzó 254.000 kilómetros cuadrados, un 50,2% del territorio español, según la ley vigente. Son 42.000 kilómetros menos que en 2017. Hablamos de una contaminación que incumple los estándares legales para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales.
- El tráfico es la principal fuente de contaminación en las ciudades. En zonas industriales y grandes centrales termoeléctricas, el carbón y el petróleo condicionan de manera decisiva la calidad del aire.
- Zonas portuarias, también contaminadas. Las instalaciones de los grandes puertos condicionan también la calidad del aire, en especial en donde el movimiento y el almacenamiento de graneles sólidos se hacen al aire libre. Lo mismo ocurre en aquellos puertos donde el tránsito de buques de mercancías y de cruceros han aumentado de manera importante. En los puertos de Almería, Motril, Avilés, Gijón, Barcelona, Tarragona, A Coruña y Cartagena se superaron los límites legales.
- Muertes por contaminación. Cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Los costes sanitarios alcanzan a casi 43.000 millones de euros al año, un 3,5% del PIB español, según el Banco Mundial, sin contar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
- Planes de mejora de calidad del aire, inexistentes. Los planes de mejora de la calidad del aire son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en muchos casos "no existen, y en otros son inefectivos por falta de voluntad política", denuncia Segura. "El Plan Aire II del Gobierno Central, aprobado en 2017, no es más que un documento de buenas intenciones, sin rango legal, ni mecanismos eficaces, ni financiación para que las comunidades autónomas y los municipios adopten medidas necesarias para reducir la contaminación", añade.
- Las ciudades con protocolos de actuación frente a las puntas de contaminación bajo situaciones meteorológicas adversas son muy pocas: Asturias, Barcelona, Madrid, Murcia, Sevilla, Valencia y Valladolid. Sólo esta última aplica medidas de limitación del tráfico en episodios de alta concentración de ozono por olas de calor. En el caso de Madrid Central, "hemos comprobado que las restricciones al tráfico no sólo han mejorado los niveles de contaminación de la almendra central, sino también de sus alrededores", concluye.