La pandemia puede dejarnos tocados psicológicamente, la Historia lo demuestra

Tras otras pandemias como el SARS-CoV-1 en 2003, H1N1 en 2009 y MERS-CoV en 2012, hubo informes posteriores de tasas más altas de narcolepsia, convulsiones o encefalitis
La actual pandemia a la que estamos sometidos puede dejarnos secuelas psicológicas que perduren en el tiempo. Así ha ocurrido históricamente con otras pandemias respiratorias virales ocurridas en los siglos XVIII y XIX, que dejaron síntomas neuropsiquiátricos como un aumento de la ansiedad, el insomnio, la depresión, las tendencias suicidas, las manías o los delirios.
Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han avisado de que tras la pandemia por el coronavirus puede aparecer una ola de problemas neuropsiquiátricos.
En un artículo publicado en la revista 'Brain, Behavior and Immunity', han recordado que las pandemias anteriores han demostrado que algunos síntomas neuropsiquiátricos como, por ejemplo, la encefalopatía, los cambios de humor, la psicosis, disfunción neuromuscular o procesos desmielinizantes pueden seguir existiendo en los pacientes que se han recuperado de la enfermedad.
A todo ello, habría que sumar los efectos que las semanas de confinamiento puedan dejar en quienes han vivido en un entorno afectado por la pandemia. El Colegio de Psicólogos de Madrid añade otro elemento: el personal sanitario que ha tratado a los enfermos, en condiciones extremas de estrés físico y emocional, pueden desarrollar cuadros de estrés postraumático a medio y largo plazo. El sentimiento de culpa o de impotencia ante las experiencias vividas pueden afectarles cuando la situación sanitaria parezca encauzada.
"El Covid-19 es un estresante psicológico significativo, tanto para las personas como para las comunidades. Hay temores de enfermedad, muerte e incertidumbre del futuro. Esta pandemia es una fuente potencial de traumatización directa y indirecta para todos", han señalado el estudio del a Universidad de California.
En Wuhan, ciudad china origen de la pandemia, el levantamiento del confinamiento tras dos meses, ha dejado un panorama de trauma colectivo. En estudio de la Sociedad China de Psicología realizado en febrero, ya halló razones para estimar que un 42,6% de la población china analizada mostraba síntomas de ansiedad relacionada con el virus. 14.000 personas fueron examinadas. Un 16% además mostró síntomas de depresión.
Durante brotes virales más recientes, como SARS-CoV-1 en 2003, H1N1 en 2009 y MERS-CoV en 2012, hubo informes posteriores de tasas más altas de narcolepsia, convulsiones, encefalitis (inflamación cerebral), síndrome de Guillain-Barré y otras afecciones neuromusculares y desmielinizantes.