Arnau Sendra, con malaria y atrapado en Uganda: "Me obligan a pasar la cuarentena sin tener coronavirus"

Las autoridades del país africano mantienen confinado a este catalán a pesar de haber dado negativo en el test de COVID-19
El tiempo corre en contra de Arnau: si no consigue coger su vuelo el 3 de abril, ya no podrá salir del país, explica
"Tengo malaria y el Gobierno de Uganda me tiene confinado por coronavirus y sin poder salir del país". Arnau Sendra es el nombre de uno de los miles de españoles en el extranjero a los que la pandemia les ha llevado a una situación límite. Después de dar negativo en la prueba de COVID-19 y positivo en malaria severa ("la peor", lamenta), las autoridades lo mantienen confinado para guardar cuarentena durante 14 días. Eso sí, perdiendo el vuelo de vuelta a Barcelona el último día en el que salen aviones con destino a España.
El periplo de Arnau comenzó el 27 de marzo, cuando acudió a las urgencias del Hospital Internacional de Kampala, la capital de Uganda, por tener fiebre. Allí, según explica el joven, le diagnosticaron esta enfermedad transmitida por mosquitos y le propusieron, además, someterse a las pruebas de coronavirus. Para ello, lo llevaron a otro hospital, donde le prometieron que recibiría los resultados en dos o tres horas. "Ese par de horas se convirtió en cuatro días".
En ese segundo hospital, Arnau debía batallar por que le dieran la medicación contra la malaria ("cada vez tenía que salir a pedir mi dosis y se retrasaban horas") y por tener medio litro de agua para pasar el día. Además, tan sólo comía dos veces en 24 horas.
- ¿Tenéis agua?
- ¿Agua?
- Sí, agua.
- ¿Para beber?
- Sí, claro.
- No, no tenemos.
Esta fue la conversación que tuvo Arnau con un enfermero sorprendido la primera vez que pidió agua. "El agua me llegó seis horas tarde". Durante esos días, según explica, "solo hacía que llegar pacientes" que necesitaban asistencia médica y los mantenían en habitaciones de hasta ocho personas, sin respetar la distancia de prevención frente al coronavirus.
Finalmente, Arnau recibió los resultados negativos de COVID-19 el 31 de marzo y las autoridades le dijeron que lo derivarían al primer hospital para seguir con su tratamiento; no fue así. En una caravana, lo llevaron junto con otros pacientes a un edificio que "parecía una cárcel", en la que debía cumplir el confinamiento de 14 días dictado por el Gobierno de Uganda. "Tenía dos módulos, uno para hombres y otro para mujeres, con 40 personas dentro, en literas y colchones en el suelo: no cabíamos".
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Ahora, este catalán explica su periplo desde un apartamento al que, tras convencer al doctor jefe del lugar, lo trasladaron. El piso está en buenas condiciones y en él ha recibido la última dosis de su tratamiento contra la malaria. Sin embargo, el tiempo corre en su contra: tiene comprado un vuelo para volver a Barcelona el 3 de abril.
Para ello, debe romper el confinamiento forzoso al que está sometido, por lo que ha pedido ayuda al consulado español en este país africano y ha grabado un vídeo para difundirlo a través de las redes sociales. "Aún no me dejan salir a pesar de no tener el coronavirus y, pasado el día 3, ya no saldrán más vuelos". Y concluye: "La situación parece que se va a volver complicada en Uganda y yo estoy sin opciones".
A fecha de esta publicación, Uganda registra 44 casos positivos de COVID-19 y ningún fallecimiento, según datos de la Organización Mundial de la Salud.