Crematorios de animales: despedirse de la mascota en tiempos del coronavirus

Estos centros recogen a los animales que fallecen en los domicilios, los incineran y, en el caso de que el dueño quiera, le llevan la urna funeraria a casa
Desde el inicio del confinamiento han incrementado las medidas de seguridad para evitar el contagio por covid-19
La pena por la muerte de una mascota puede conllevar también un problema, deshacerse de sus restos -especialmente en un momento de confinamiento como el actual-, una situación que se puede solucionar con servicios de cremación de animales que se encargan de recogerlos e incinerarlos.
"Nos encargamos de la recogida en el domicilio o la clínica veterinaria hasta la incineración, siempre con las debidas medidas de seguridad", ha explicado a EFE la gerente de Cremascota, Raquel Lázaro.
Las medidas de seguridad se han incrementado para evitar el contagio por Covid-19, según Lázaro, con "la utilización de guantes, mascarillas, ropa de protección y la desinfección de las instalaciones y de las furgonetas a diario".
Los animales se pueden recoger en el lugar donde haya fallecido, ha señalado Lázaro, y ha añadido que aproximadamente buscan entre 2 a 13 animales diarios, que "son trasladados en bolsas individuales hasta nuestras instalaciones".
En las salas de Cremascota, personal especializado se encarga de la incineración y posteriormente, si el dueño lo desea, "le devolvemos las cenizas en una urna funeraria", según Lázaro, que regenta la empresa familiar junto a su hermano Eduardo.
Las cenizas que los dueños de las mascotas no recogen "se acumulan en un contenedor del que se encarga la empresa Befesa para su tratamiento".
Entre los animales que más recogen están "al cincuenta por ciento entre perros y gatos, pero también algún hámster o conejos, entre otros, ha manifestado, pero "nunca animales exóticos".
Cremascota ofrece en sus instalaciones "todos los servicios" como si de una funeraria para personas se tratase, y con "total transparencia".
"Nos contacta sobre todo gente que tiene un gran amor por su animal y quieren quedarse con sus cenizas", y utilizan "urnas crematorias, alguna joya o relicarios para quienes quieran llevarlos siempre consigo".
Para las personas que "se sienten muy tristes ante la pérdida de su mascota", Cremascota que presta servicio en la Comunidad de Madrid y también en las regiones aledañas-, ofrece charlas psicológicas para afrontar el duelo.
La psicóloga de la Salud Irene Marivela Palacios ha explicado que "se afronta un duelo por cualquier pérdida, por un familiar, pero también por la de un trabajo, una casa o una mascota, especialmente si el animal es la única compañía que tiene una persona".
Las mascotas, "aunque no están al mismo nivel que un ser humano, son criaturas con las que convivimos, a las que se les coge cariño, se realizan con ellos ciertas rutinas, estamos acostumbrados a su presencia y su pérdida conlleva una adaptación psicológica".
Está demostrado, según Marivela Palacios, que "las mascotas reducen el estrés y la depresión, tienen efecto calmante y pueden llegar a mejorar la autoestima, más en personas con pocos recursos sociales que pasan mucho tiempo solas".
La mascota se convierte en su compañía y "les equilibra psicológicamente", pero con la pérdida -aparte del sufrimiento que le puede provocar-, la persona "pierde la interacción social, especialmente con los perros a los que hay que sacar a pasear".
La persona que pierde a su mascota, "pierde los reforzadores sociales", es decir, "cosas que nos hacen sentir bien fuera de nuestro hogar, pierde motivación para salir de casa y muchos factores que a lo mejor le mantenían en un nivel psicológico sano".
En la Comunidad de Madrid, desde julio de 2019, está autorizado el enterramiento de animales de compañía previa autorización de la autoridad competente.