Crónica de una Nochevieja íntima y desangelada con calles vacías y reuniones limitadas

La buena noticia ha sido el drástico descenso de las incidencias
Nochevieja sin cotillones, sin noctámbulos deambulando por las calles al amanecer. Ha sido una noche íntima, de reuniones restringidas, sin posibilidad de fiestas multitudinarias ni siquiera de puertas para adentro.
Como se puede ver en el vídeo que acompaña esta noticia, la soledad de las calles ha sido la estampa por la que recordaremos esta Nochevieja de 2020.
No ha sido noche para trasnochar porque el toque de queda obligaba a estar recogido un poco más tarde que Cenicienta.
Muchos han celebrado esta fiesta en soledad, sin la compañía de amigos o familia, ya sea por las restricciones impuestas ya sea por la responsabilidad de evitar las reuniones numerosas.
La televisión ha sido la gran protagonista. Primero con la retrasmisión de unas campanadas sin público, y luego con los habituales programas de fin de año, grabados de antemano y donde hasta los bailarines llevaban mascarilla.
La parte buena, si hay que buscarle una, ha sido la ausencia de grandes incidencias. En Madrid, por ejemplo, la noche ha sido muy tranquila. Se ha registrado la mitad de incidencias que el año pasado y no se ha producido ningún suceso con heridos graves.
La mayor parte de las infracciones tanto en la capital como en las grandes ciudades ha sido por fiestas privadas que no cumplían las normas.