Cuatro meses sin Alberto y Joaquín, los trabajadores sepultados en el vertedero de Zaldibar

Mientras continúa la búsqueda, la Comisión Europa de Medio Ambiente decide abrir una investigación por las “importantes deficiencias” del vertedero
Vecinos de Zaldibar y de las localidades cercanas de Eibar y Ermua volvieron a manifestarse este viernes para denunciar los hechos y recordar a los fallecidos
La búsqueda de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán continúa en el vertedero de Zaldibar (Vizcaya) cuando se cumplen cuatro meses desde el derrumbe que les costó la vida.
Con la mengua del coronavirus y la repetición de las elecciones, Zaldibar volverá el próximo mes a la polémica por su gestión. El rifi-rafe político debido a la investigación que va a abrir la Comisión Europea coincide también con el inicio de la precampaña electoral en Euskadi. El comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, apuntó el 13 de mayo en una contestación a preguntas de eurodiputados del PP y Cs a "importantes deficiencias" en el vertedero, y aseguró que examinaría el caso dada "su gravedad".
El Gobierno vasco, con el lehendakari a la cabeza, criticó a la CE por haber dado por buena la versión de los eurodiputados y no haberle consultado, aunque envió una carta a Bruselas en la que le ofrecía su colaboración.
Después de vaciar la zona baja del vertedero, los trabajos para encontrar a los dos operarios se centran ahora en la parte alta, área en la que se cree que podrían estar los restos.
Cronología del derrumbe
Estas son las diez principales fechas de los cuatro meses transcurridos desde el desprendimiento:
1. El derrumbe se produjo el jueves día 6 de febrero en un vertedero privado de la empresa Verter Recycling en Zaldibar. Recibía residuos no urbanos, es decir, materiales de construcción, restos siderúrgicos, lodos de papeleras...
No se sabe qué provocó el derrumbe, pero desde el primer día se supo que había dos trabajadores sepultados. Los primeros intentos de rescate fueron el mismo jueves, por bomberos y ertzainas, con palas, pero la presencia de amianto suspendió la búsqueda.
2. El primer fin de semana, 8 y 9, transcurrió entre la desesperación de las familias ante la imposibilidad del rescate y las pocas noticias desde el Gobierno Vasco y la empresa propietaria.
3. El martes 11 el Juzgado de Durango abrió diligencias para investigar el derrumbe, aunque sigue sin saberse qué investigaciones ha ordenado.
4. El 12, seis días después, el lehendakari visitó el vertedero y estuvo con las familias de los desaparecidos. Las dos partes han mantenido roces, incluidos comunicados contra el Gobierno vasco, aunque en el último mes los familiares de los desaparecidos han acudido al vertedero, donde les han explicado los trabajos.
5. El día 14 saltó otra sorpresa: los análisis detectaron dioxinas en el aire en proporciones cuarenta veces superiores a los normales, originadas en los fuegos en el vertedero. Una semana después se extinguieron.
6. El 19 el Gobierno Vasco contactó con varias autonomías para analizar la posibilidad de trasladar los residuos que las empresas depositaban en Zaldibar, dada la falta de capacidad de los vertederos de Euskadi. Se hizo público así un problema que aún colea, aunque ya se habla poco de él: cómo acoger las más de medio millón de toneladas de residuos que anualmente recibía Zaldibar.
7. El sábado 14 de marzo se decretó el estado de alerta y se ralentizaron los trabajos en el vertedero. Quince días después se autorizó que siguieran a pleno rendimiento, y este viernes siguen con doce máquinas y más de cien personas a diario.
8. El 5 de abril se encontró en el vertedero el coche de Alberto Solaluce.
9. El 8 de abril el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco encargó a tres expertos un informe pericial que permita determinar las causas del deslizamiento, y posteriormente una auditoría a una consultora británica.
10. El 13 de mayo se conoció el citado anuncio de investigación de la Comisión Europea.
Durante este viernes, se celebraron manifestaciones en las localidades cercanas al vertedero, como Ermua y Eibar, así como en la propia Zaldibar, en recuerdo a los trabajadores sepultados.