La despedida de los vecinos a Salvador, el médico de Alcublas durante 38 años


Más de 300 vecinos le han dedicado una emotiva despedida a las puertas del centro de salud donde ha trabajado todos estos años
La España rural tiene su encanto. Si no, díganselo a Salvador Sáez, quien llegó a Alcublas (Valencia) hace 38 años con una oposición aprobada y allí se quedó como médico. "Mi idea era entrar al principio en algún centro de salud de alguna ciudad pero finalmente escogí Alcublas por cercanía", explica a NIUS Salvador. Cambió Valencia por este pueblo de poco más de 600 habitantes. Prefirió la medicina de nombres y apellidos y no aquella en la que los pacientes son solo números. Este lunes, después de 38 años en el mismo ambulatorio de atención primaria, terminaba su último servicio.
Para su sorpresa, más de 300 vecinos acudieron a las puertas y lo esperaron a que terminase: "Sentí una emoción enorme, la gente de Alcublas siempre me ha tenido un gran respeto". Un aplauso que duró minutos y que enterneció al médico que, ahora, se siente como uno más del pueblo.
Salvador llegó con 26 años a este municipio del interior. Antes había ejercido poco más de un año la profesión en Estivella (Valencia). Tras aprobar la oposición, decidió que el ambulatorio de Alcublas sería su primer destino. Lo que no sabía es que sería el único y último. Se ha convertido en el único médico del pueblo que ha cumplido todos sus años de profesión en el ambulatorio local.
Vino con su mujer Elena y su primera hija, de tres años, Esther. Poco después llegó su segunda hija, Sarah. La familia se instaló en el municipio, ya que, cómo explica el propio médico, al no haber servicio de urgencias tenía que permanecer en el pueblo "por si las moscas", aunque obligación no tenía.
A medida que pasaban los años, Salva y su familia se fueron involucrando cada vez más en el pueblo hasta el punto que decidieron que Alcublas era su nuevo hogar: "A los 10 años más o menos ya tenía la oportunidad de elegir otros centros de salud, pero mi mujer y yo decidimos quedarnos".
La vida de pueblo los atrapó. Aunque también tuvieron que adaptarse a él: "Si no te haces a vivir en un pueblo, un médico rural aquí no puede aguantar". Prueba de ello es que Salvador es el presidente de la Unión Musical de Alcublas desde hace 25 años, además de miembro del club de alpinismo del pueblo, que fundó junto a unos amigos. Además, sus dos hijas son músicos y su mujer creó la Asociación de Mujeres Atenea de la localidad. Toda la familia se siente alcublana ya.
Entre bromas y recuerdos, Salva explica que ejercer la profesión en una población tan pequeña tiene ciertas ventajas: "Conozco prácticamente a todos mis pacientes, me sé su historial de los pies a la cabeza". Destaca también que la confianza entre los habitantes y el médico rural "es fundamental y esencial".
Salvador es el único médico en el pueblo y él prefiere llamarse 'médico integral': "Estás solo y sin compañeros. No cuentas con medios diagnósticos y tienes que guiarte por los síntomas, es una responsabilidad muy grande". Insiste en que es fundamental la capacidad de adaptación del profesional, ya que ser médico rural implica ser consciente de las precariedades de la sanidad en estas zonas.
"Las ambulancias tardan en llegar hasta hora y media", explica. Aun así, Salvador cuenta que con el Servicio de Atención Médico de Urgencias (SAMU) la situación ha mejorado, pero tampoco de forma excesiva. "Se han dado casos en que los propios vecinos y yo hemos decidido coger un coche particular y bajar a Liria, otro pueblo de Valencia", explica Salvador.
En los próximos días, un nuevo médico llegará al pueblo, a quien Salvador tendrá que enseñarle los trucos de Alcublas. Aun así, el en teoría ex médico rural no se librará de su profesión: "El nuevo terminará a las tres de la tarde y luego se irá a su casa fuera de Alcublas. Desde esa hora hasta la mañana siguiente el pueblo creo que acudirá a mi para cualquier urgencia".
Salvador bromea y acepta con mucho orgullo este nuevo rol. Siempre tendrá la puerta abierta al pueblo que lo acogió un 25 de enero de 1983 y que ahora le prepara un homenaje para el próximo 19 de septiembre para agradecerle todo su trabajo durante 38 años: "Si tuviera que volver a elegir, me quedaba en Alcublas otra vez".