Más personas sin hogar por la covid: "Cuando escuchaba '¡quédate en casa!' pensaba, ¿qué casa?"


La crisis del coronavirus ha agravado doblemente el problema del sinhogarismo, dejando a las personas que lo sufren en una situación de mayor vulnerabilidad
La esperanza de vida de las personas sin hogar está entre 42-52 años, lo que son unos 30 años menos que la población general
"Cada vez que durante el confinamiento debido a la pandemia oía ¡Quédate en casa!, pensaba: "¿En qué casa? Cuando estás en un centro de acogida te sientes protegido, apoyado y tranquilo, pero sabes que es temporal y eso da miedo. Imagínate entonces, cómo te sientes cuando estás en la calle. Todo es Silencio", es uno de los testimonios de una persona sin hogar.
"Yo llevaba una vida considerada 'normal' y hasta a mí me sorprende cómo he llegado hasta aquí. En este mundo que necesitamos etiquetas para todo, la nuestra es sin hogar o excluido social. ¿Impacta verdad?", asegura.
En España hay 40.000 personas sin hogar según datos de Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados (FACIAM) y Cáritas que han presentado este jueves en la Campaña de Personas Sin Hogar, con el lema "No tener casa mata", donde han destacado que la pandemia de COVID-19 ha agravado muchísimo esta situación.
"La crisis del Covid está poniendo a mucha gente en la calle", ha avisado la presidenta de la Red FACIAM de atención a personas sin hogar, Rosalía Portela. que ha indicado que "cada vez son más" las personas sin hogar, aunque no disponen de datos recientes. "Nos preocupa especialmente que no solo siguen los que estaban sino que hay gente que antes no estaba en situación de sinhogarismo", ha alertado.
Cada vez más mujeres y más jóvenes
Preocupa y mucho en nuevo perfil de personas sin hogar: mujer y menores de 25 años, solicitantes de asilo y refugio, y familias sin hogar. Un 13% de personas menores de 25 años (el mismo porcentaje que de personas mayores de 55 años), y señaló que las mujeres ya representan un 20%, frente al 16% del año 2019, según los datos presentados por Rosalía Portela, presidenta de FACIAM, ha expuesto la realidad diversa que indican los datos de las personas que llegan a Cáritas.
Por su parte, Enrique Domínguez, responsable de la Campaña de Personas Sin Hogar en Cáritas Española, ha defendido que "la vivienda es la primera barrera para evitar la COVID y como protección ante la vulneración de derechos". Además, ha añadido "que no queremos olvidar los rostros concretos que hay detrás de las cifras, ante todo son personas".
"Ante un posible toque de queda"
Preguntados por qué pasará si se establece el toque de queda, Rosalía Portela ha puntualizado que "se tendrían que volver a habilitar dispositivos de emergencia" pero considera que un nuevo confinamiento no debería "pillar" a las administraciones "con el pie cambiado" pues "ya se sabe dónde están las necesidades".
En este sentido, ha pedido "previsión" a las administraciones, recordando que si en marzo, por el Estado de Alarma, las personas sin hogar fueron confinadas en IFEMA, ahora habrá que acoger a las de entonces más "todas las que han ido cayendo" debido a la crisis provacada por la emergencia sanitaria, económica y social.
"Si no se tiene casa, el lugar lo debe facilitar la administración y las entidades sociales volveremos a ser primer espacio de acogida", ha enfatizado Rosalía Portela.
Alexandra y Roberto, dos personas sin hogar, han leído el manifiesto de la Campaña “Nadie sin Hogar”, en el que aseguran que “antes, durante y después de la crisis de COVID-19” siguen siendo “personas sin hogar, pero antes de nada, personas”.
Manifiesto del día de personas sin hogar
Tu voz se queda enganchada en la garganta que ya duele, duele no poder gritar, duele no poder amar. Solo en tu soledad, roto por dentro. Sin poder descansar, pensar cuesta más.
Además, la llegada de la pandemia ha supuesto más presión sobre las personas que aún quedaban en la calle. Multas y desalojos no son la mejor solución para abordar el cumplimiento del confinamiento, pues cualquier acción en estos casos, debe pasar por la intervención de los servicios sociales.
Reivindicamos que los gobiernos se impliquen más en las políticas sociales para que no haya más personas sin hogar, sin un trabajo o sin una renta que permita mantener un lugar donde poder llevar una vida. Necesitamos oportunidades. Si no tenemos ingresos o un trabajo para mantenernos, no podemos avanzar en nuestro proceso de vida autónoma, de tener expectativas, de tener un hogar. Una esperanza para seguir
Nos gustaría que este 25 de octubre marque un hito en el cambio de las políticas sociales en aras de los más desfavorecidos y en riesgo de exclusión social. Nuestra voz no es muda, necesitamos que nos escuchéis.
No fui como tú, soy igual que tú, con los mismos derechos y las mismas obligaciones. Nosotros queremos cambiar las cosas, pero necesitamos el apoyo de todas las personas, que nos podáis ver y escuchar. Queremos una oportunidad, estamos cansados de estar cansados. Todos somos importantes, todos somos humanos.
Queremos que la sociedad entera se haga eco de nuestra muda voz y que piensen en que hoy somos nosotros y nosotras, pero… ¿y mañana?... ¿Cuántas personas más estarán en la calle en esta nueva normalidad? hacemos un llamamiento a nuestros gobernantes para que no haya más gente sin nombre ni cara, sin vida, sin futuro, para que no haya nadie sin hogar.
La calle mata, cansa y te lo quita todo. Si camináis en nuestros zapatos podéis entender que significa vivir “sin hogar”. Como dice bien la afirmación que acompaña al cartel del Día de las Personas sin Hogar de este año: “No tener casa, mata.” La calle mata como una enfermedad, la calle mata porque trae deterioro, enfermedad y también muerte.
Antes, durante y después de la crisis del COVID 19 seguimos siendo personas sin hogar, pero, antes de nada, personas.
Construyamos una "nueva normalidad" posible, una de verdad, en la que quepamos todas las personas, en la que todas contemos. Nadie debería estar sin hogar.