Si se trata de algo que no se ha hecho nunca, entramos en su territorio. Su pasión por la cirugía le ha llevado a devorar récords. Nadie opera más que él en Europa ni Estados Unidos, unas 800 intervenciones al año. Nadie lo ha hecho en más lugares, 112 países. Es el único extranjero galardonado con el Premio Nacional de Medicina de China. Son tantos los méritos de Diego González Rivas que resulta difícil imaginar algo que no haya hecho ya, pero la medicina siempre ofrece nuevos retos y el cirujano coruñés se ha enfrentado a algo que no se había descrito en el pasado.
Una mujer de Gondomar, Pontevedra, tenía una pequeña pelota de pegamento alojada en la arteria pulmonar derecha que comprometía seriamente su vida. "Es algo rarísimo y potencialmente mortal", describe Rivas. Una obstrucción de ese tipo "provoca una embolia masiva, un infarto pulmonar, y la muerte inmediata del paciente", explica.
¿Qué hacía ahí el pegamento? La masa, utilizada para reparar las venas uterinas en una intervención realizada hace unos meses, se desprendió, y el flujo sanguíneo la transportó hasta la aurícula, luego al ventrículo y de ahí salió finalmente despedida a la arteria pulmonar del pulmón derecho, provocando el tapón. La fortuna quiso que la obstrucción no fuese total, a través de los poros del engrudo se filtraba el riego suficiente para aguantar con vida.
Para extraer el tapón, se propuso a la paciente una intervención muy agresiva. Los médicos tendrían que hacerse paso hasta la arteria abriendo el esternón, separando las costillas, canulando la arteria aorta, parando el corazón y la actividad pulmonar, realizando una incisión en el pulmón derecho para finalmente retirar el pegamento. En realidad, razona Rivas, "no había otro abordaje".
Pero sí lo había, y precisamente es su especialidad. Este coruñés recorre los quirófanos del mundo mostrando su pionera técnica Uniportal VATS. Uniportal se refiere a que se abre una única incisión, de unos tres centímetros, para introducir el instrumental médico. Y VATS responde a las siglas en inglés Video-Assisted Thoracic Surgery, ya que con el instrumental se introduce una cámara que permite visualizar la operación a través de una pantalla.
"Estaba seguro de que se podía hacer porque tenemos mucha experiencia de reconstrucción de arteria por vídeo, pero no sabía lo que me iba a encontrar, no sabía lo pegado que iba a estar", reconoce Rivas. Además, esta fórmula entrañaba también una enorme complejidad ya que requiere "un control vascular, estaba muy cerca del corazón, eso es delicado, pero lo conseguimos y a los tres días la paciente estaba en su casa".
Una vez más, el médico del Hospital de A Coruña ha sorprendido al gremio. "Nadie había hecho esto a través de videocirugía", relata. La semana siguiente participó en un congreso de medicina en Estados Unidos y los cinco cirujanos americanos con los que estaba en línea en el evento "no se lo creían". González Rivas ya espera el siguiente reto.