Diez años y medio de prisión para un quiosquero de Valencia por corrupción de menores


Se ganaba la confianza de los niños y les grababa sin que lo supieran
Camilo abusó sexualmente de tres chicos en su vivienda: les ofrecía helados y golosinas
Está condenado por delitos de corrupción de menores, abuso sexual, atentado y lesiones
Carmelo, de 60 años, reconoció los hechos ante el juez. Regentaba un quiosco de periódicos en la localidad valenciana de Torrent, en el que captaba a niños para grabarles y abusar de ellos. Tres fueron víctimas de tocamientos. El juez le ha condenado a diez años y medio de cárcel, acusado de corrupción de menores, abuso sexual, atentado y lesiones.
El caso creó una gran alarma social entre los vecinos. Inicialmente el pedía para él 28 años de prisión. El hombre grababa sus acciones para generar material pornográfico que difundió durante años. Se sospecha que comenzó en el año 2013 aunque los hechos que le imputaban se produjeron entre 2017 y 2018.
Se ganaba la confianza de los niños mientras compraban, o en ocasiones mientras bailaban y hacían piruetas delante de él. Según figura en la sentencia:"el procesado les grababa sin su conocimiento y en ocasiones, con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales, les realizaba tocamientos en los órganos sexuales mientras grababa con una videocámara."
En el año 2.000, llevó a un niño de 10 años a su casa y le pidió que se duchara mientras él lo grababa. También llevó a un chico de 7 años a su establecimiento, le introdujo su mano por el pantalón y le tocó en los genitales mientras veía la televisión.
El escrito señala además que Carmelo se asomaba a su terraza para hablar con los menores que se hallaban en la vía pública: los observaba, les hacía fotografías y les grababa. Les convencía para que subieran a cambio de helados o golosinas.
Así es como captó a su tercera víctima, de menos de 13 años. Le llevó a su domicilio, donde abusó de él y grabó toda la secuencia. El niño pertenecía a una familia numerosa con pocos recursos y muy conocida en la zona y sus familiares se presentaron en la casa. Tuvo que intervenir la Policía.
Carmelo puso una gran resistencia para ser detenido, llegando a agredir a una agente y forcejeándo con su compañero. En el registro domiciliario intervinieron gran cantidad de material pornográfico y contenidos para pedófilos, además de los dispositivos que utilizaba.
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