Deberes personalizados, el 'secreto' del mejor profesor de primaria: "Cada alumno refuerza solo en lo que va mal"


Luis Gutiérrez ha sido elegido el mejor docente de primaria en los premios de Educa Abanca 2022
"Si enganchas a un alumno, luego ya les puedes llevar donde quieras: les enseñas a dividir, a multiplicar, raíces…"
"Yo siempre digo que hay que llegar hasta donde llegue el niño. Si el niño es de siete, hay que tirar hasta el siete, y si es de 10, hasta el 10. Sacar de cada niño el máximo de dónde puede llegar"
Luis Gutiérrez (León, 1976) lleva toda su vida por los mismos pasillos y las mismas aulas del colegio Maristas de San José de León. Allí comenzó como alumno en lo que entonces era parvulitos y allí sigue como profesor de quinto y sexto de primaria por el que le acaban de elegir el mejor docente de esta etapa en los premios de Educa Abanca 2022. En este galardón, conocido como los Goya de la educación, son las familias las que nominan a los profesores y está dotado con 1.000 euros.
“Yo en realidad quería hacer Enfermería, pero no me dio la nota. Así que me metí en Magisterio para no perder el año, porque quería volver a intentar lo de Enfermería al año siguiente. Pero Magisterio me encantó. Tenía algo que me gustaba y sentía que valía para la enseñanza”, recuerda.
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Pregunta. ¿Qué ha hecho para que le elijan el mejor docente de primaria?
Respuesta. A mí me encanta mi profesión. Le pongo mucha pasión, muchas ganas, mucha ilusión. Y eso se transmite. Por lo que me dicen los padres, ellos ven algo diferente en mí que no han visto antes.
P. Tendrá mano para enganchar a los alumnos…
R. Sí, como tú les enganches, luego ya les puedes llevar donde quieras: les enseñas a dividir, a multiplicar, raíces… Ahora a los chavales, que son multitareas como si dijéramos, al final lo que hay que hacer es engancharles, presentarles tareas motivadoras, chulas, metodologías activas…
P. Y, ¿cómo lo hace?
R. Yo tengo dos cosas que me funcionan muy bien. Tenemos un proyecto de gamificación que dura todo el año en la que somos cazadores de dragones y a través de hacer bien las tareas de clase, misiones y retos vamos consiguiendo puntos y ganamos recompensas. Eso funciona muy bien. Si hacen las cosas bien, consiguen cosas; si no, no. Yo les digo: “Si lo haces con buena letra, ganas un xp… y lo hacen como locos”. Por otra parte, yo fui también profesor de informática, por lo cual controlo muchísimas herramientas. Y llegar al aula y ver que todo aquello que controlo puedo integrarlo para mí es una pasada. Yo tengo mi tablet conectada a la pizarra digital, doy la clase dese atrás… es increíble.
P. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
R. Dar clase. Lo que menos me gusta es corregir. Sacar adelante a alumnos con dificultades es muy bonito. El reto mayor son los niños a los que les cuesta. El otro día me decía un niño: “Eres un mago. Nunca había entendido la división y, gracias a ti, las entiendo”. Pero yo simplemente me limito a disfrutar y a trabajar. Y a tener muy buen humor, hacer las cosas contento. Porque al fin y al cabo ellos son niños, personitas, con una historia detrás que muchas veces no conocemos. Y les podemos marcar mucho más que a los adultos.
P. ¿Qué es lo más difícil?
R. La nueva ley educativa es muy diferente a la que teníamos y a los profesores nos lleva muchísimo tiempo adaptar lo que hacemos a esta ley. Todo esto nos quita tiempo de lo que de verdad es importante, que es atender a los niños. Hemos empezado el curso sin que estuviera definido lo que es el currículum. Estamos a mitad de trimestre y todo este papeleo de programar el curso nos quita tiempo para hacer cosas chulas.
P. Y hablando de la nueva ley, ¿qué le parece que ahora se tenga que trabajar por competencias?
R. Las competencias llevamos ya varios años trabajándolas. Uno puede saberse una receta de una tortilla de patatas perfectamente pero no saber hacerla. Y eso no es competente. No basta con memorizar la receta, hay que saber aplicarla. Aunque no hay que olvidar lo memorístico. Hay cosas que hay que memorizar. Es buscar un equilibrio entre memorizar y aplicar lo que sabes. El problema es que la nueva ley quiere evaluar por competencias, pero seguimos teniendo una Selectividad donde te piden una nota.
P. Dígame una receta para motivar a un niño que no quiere estudiar.
R. Yo todavía no me he encontrado ninguno pero sí me he encontrado niños con dificultades. Por ejemplo, con el bilingüismo, a algunos no se les da bien el inglés. Y estudiar una asignatura en una lengua que no es la tuya es complicado. Lo que hacemos, al final, es dársela en español, porque tienes que intentar tirar para adelante con el niño.
P. ¿Saben menos los niños de ahora que los de antes?
R. Este año sí que les estoy notando menos vocabulario. Es verdad que saben muchas otras cosas que nosotros no sabíamos. En ciertas cosas tienen menos competencias, pero en otras, muchas más, por ejemplo, digitales o sociales. Yo siempre digo que hay que llegar hasta donde llegue el niño. Si el niño es de siete, hay que tirar hasta el siete, y si es de 10, hasta el 10. Sacar de cada niño el máximo de dónde puede llegar.
P. ¿Hasta qué punto la implicación de las familias es importante en el rendimiento escolar de sus hijos?
R. Yo tengo mucha suerte, porque los padres de mis alumnos están muy implicados, para lo bueno y para lo malo. En la primera reunión con los padres yo solo les pido apoyo, remar todos en la misma dirección. Cuando un niño va mal, necesito el apoyo de los padres y que me refuercen.
P. ¿Está a favor o en contra de los deberes?
R. Yo siempre digo que hay que buscar un equilibrio. Yo soy mucho de trabajar en clase y si hay algo que no han terminado o que hay que reforzar, que lo terminen en casa. Es bueno que hagan algo en casa. Primero, para que los padres en primaria sepan un poco en qué anda sus hijos y qué están dando. Y lo segundo, porque hay que reforzar el estudio. Yo no les voy a preguntar la teoría de los grados del adjetivo o tipos de adjetivo, pero ellos tienen que saber reconocerlos. Una cosa buena de la pandemia es que empezamos a trabajar con las clases virtuales y ahora eso me está permitiendo personalizar los deberes. Si veo que a un niño se le dan mal las divisiones, le mando solo a él fichas personalizadas de divisiones para que las refuerce. Además, me gusta mucho que investiguen. El otro día estudiamos la célula y les mandé un trabajo sobre eso. Pero no quiero un copia y pega, sino que busquen información por internet, que seleccionen información, que resuman.
P. ¿Qué habría que cambiar de la enseñanza actual?
R. Una sería reducir la ratio en las aulas. Ya se probó con la pandemia, con 18 alumnos en clase, y fue una maravilla. Eso sí que era atención personalizada. Y eso sí que nos ayudaría porque cada vez tenemos más alumnos con más dificultades que necesitan más atención. La otra sería no cambiar de ley educativa cada vez que hay un nuevo gobierno. No se puede politizar la educación. Se necesita un consenso por el bien de los niños.