Comienza el curso en las escuelas infantiles con más medidas de seguridad y menos niños


En algunos centros han notado un descenso en el número de matrículas
Los zapatos, abrigos y carritos tienen que quedar fuera de la escuela
El protocolo complica el periodo de adaptación, ya que los padres no podrán acompañar a sus hijos al interior del centro
Han tenido más trabajo que nunca para preparar el comienzo del curso. Serán los primeros centros educativos en abrir sus puertas. Las escuelas infantiles inician el curso este martes. Llevan cerradas desde marzo y sus responsables están ansiosos por volver a recibir a los pequeños. “Hay algunos nervios después de tanto tiempo cerrados, pero llevamos ya meses trabajando en el protocolo”, explica Beatriz Iglesias, presidenta de AGADEI, (Asociación gallega de escuelas infantiles).
En la escuela infantil San Nicolás de Vigo tienen ya todo preparado. Su directora reconoce que afrontan el curso con más nervios que en otras ocasiones: “Después de este parón inesperado por fin retomamos con muchas ganas de recibir a los que se quedaron a mitad de curso el año pasado y deseando conocer a los nuevos”. Mayte Seoane explica que tienen todo “ muy bien planificado”. El protocolo está diseñado desde julio e incluso han realizado simulacros para ver las necesidades que podían surgir. El último trámite ha sido que todo el personal se realizara una prueba PCR para descartar posibles contagios.
Estos son los principales puntos que deben cumplir para minimizar el riesgo de contagios:
- Sin calzado del exterior: Los niños tienen que tener zapatos para usar solo en la guardería. Cada vez que entren en el centro deberán cambiarse los que traen de la calle.
- Carritos fuera: tampoco los cochecitos de los niños podrán entrar en el recinto. Tendrán que quedar fuera cuando sea posible o se los llevarán los padres.
- Sin fiebre: Los padres deberán tomar la fiebre diariamente a su hijo y se comprometen a no llevar a los niños al centro si la temperatura supera los 37 grados.
- Material individual: En la medida de lo posible se utilizará material personalizado, para ser utilizado por cada niño.
- Más desinfección: Los juguetes que son de plástico se desinfectan después de cada uso.
- Aulas burbuja: los niños se separarán por grupos, sin haber contacto entre los de diferentes clases ni con los otros profesores.
- Entrada escalonada: se fijarán turnos para las llegadas de los padres para que haya el mínimo contacto posible.
- Los padres se quedan fuera: los padres no podrán acompañar a sus hijos hasta el aula ni entrar en el centro para recogerlos.
- Uso de mascarilla y/o pantalla por parte de los profesores.
Algunas de estas medidas serán más complicadas de cumplir que otras. Por ejemplo, hay gestos que se han vuelto habituales desde que el coronavirus apareció en nuestras vidas y que en estos centros ya los tenían interiorizados. “Lavarnos las manos cada dos por tres o desinfectar los juguetes, a eso ya estamos acostumbrados”, destaca Beatriz Iglesias.
En algunas escuelas han tenido que adaptar sus instalaciones con taquillas o estanterías para dejar las cosas de los niños. “Nosotros tenemos una zona donde dejamos los zapatos que traen los niños de la calle. Cada una va en su bolsita individual, igual que los abrigos”, explica Ruth Magallanes, profesora en la escuela infantil San Nicolás. En este centro también han incorporado cajas de plástico para meter el material de cada niño. De todas formas, no siempre se podrá cumplir que cada niño use su material y sus juguetes. “Son niños de entre 0 y 3 años”, aclara Beatriz Iglesias, “basta que uno esté jugando con un coche para que otro se lo coja. Pero estamos constantemente desinfectando con espray que ya usábamos antes”. Lo que sí intentarán es dividir en grupos para hacer juegos diferentes. Aunque todos los profesores llevarán mascarilla, en algunos momentos la cambiarán por una pantalla. “Por ejemplo a la hora de contar un cuento, los niños nos tienen que ver las expresiones, es fundamental”, explica Beatriz Iglesias.

Más miedo entre los padres
La situación sanitaria ha hecho mella en las matriculaciones. En la escuela San Nicolás, en Vigo, han notado una bajada de las matrículas. Tienen capacidad para 200 niños y habitualmente cubren todas las plazas, pero este año por ahora están matriculados solo 130 niños. Y entre los que sí se han apuntado, también se nota más precaución. A pesar de que mañana abren sus puertas, algunos padres ya les han advertido que van a esperar unos días para llevar a sus hijos, para ver cómo evoluciona la situación.
Desde la Asociación gallega de escuelas infantiles recalcan que intentan transmitir tranquilidad a los padres porque en el centro estará todo muy controlado. “Tienen más peligro los niños cuando salgan de la escuela”, opina Beatriz Iglesias, “al estar con sus hermanos o con padres que trabajan de cara al públido”.
Lo que sí reconocen que será muy diferente es el periodo de adaptación, que las medidas sanitarias complican. Normalmente los niños van cogiendo confianza poco a poco con el centro y para eso los padres entran con ellos y están un rato para que los pequeños se acostumbren. Este curso será mucho más “frio”, ya que los padres se tendrán que quedar fuera.