Con deberes 'online' por la covid-19, pero sin ordenador: "Y si en casa no tenemos, ¿cómo hacemos?"

La covid-19 ha convertido la tecnología en una herramienta básica en el aprendizaje, un gran hándicap para muchas familias vulnerables
Algunas iniciativas en Barcelona se encargan de recibir ordenadores y ofrecérselos a niños como Dylan
Los responsables explican los estragos de la crisis: "Los padres de un joven se quedaron sin trabajo y ni siquiera podía llamarme para decir que no venía"
"Mamá, papá, necesito hacer los deberes en el ordenador". Esta, una de las frases más escuchadas este 2020 por la pandemia y la obligada educación a distancia, deja en jaque a muchas familias. ¿Qué pasa en aquellas familias que no tienen acceso a un ordenador para que sus hijos sigan las clases y realicen sus actividades? La covid-19 ha visibilizado algo que ya existía hace años: la brecha tecnológica, sufrida ante la imposibilidad de costear un ordenador o internet y que se ha vuelto un gran hándicap para la educación de los más pequeños.
Dylan es un niño de 15 años que cursa cuarto de la ESO en Barcelona y que va a hacer los deberes a 'Aprenem Compartint' ('Aprendemos Compartiendo', en su traducción del catalán, un proyecto socio-educativo de acompañamiento escolar), porque no tiene ordenador en su casa. "Ahora mandan más deberes por los 'moodles' y necesitamos hacerlo en PowerPoint o por el Drive", constata el niño. Adriana Cabeceran, coordinadora de la iniciativa, conoce la problemática de tantos estudiantes con obvias dificultades materiales para adaptarse a la escuela a distancia, acentuadas según el ciclo que cursan: "Sobre todo los de la ESO hacen muchos más trabajos con internet que en papel".
Asimismo, en familias como la de Dylan, planea la amenaza de sucumbir a las limitaciones y que el absentismo escolar se vuelva una norma. En este sentido, entidades como estas sirven para evitar que otros tantos niños dejen de asistir virtualmente a clase o de hacer sus deberes. En palabras de Hicham Chichati, educador del centro, "algunos jóvenes de secundaria vienen aquí no porque necesiten ayuda para hacer una faena concreta, si no solo por el hecho de poder utilizar el ordenador para hacerla". Además de ello, Dylan encuentra en la iniciativa su espacio idóneo para completar sus tareas sin tener que preocuparse por nada más: "Aprenem es un lugar relajante y vienes a hacer sí o sí los deberes".
Confinamiento tecnológico y educativo
"Con primaria, hasta hicimos sesiones online cada día con los diferentes grupos", comenta orgullosa Adriana, que, sin embargo, reconoce que "hubo infantes que no se pudieron conectar nunca con nosotros durante el confinamiento porque no tenían dispositivos y, si tenían siquiera un móvil, no tenían acceso a internet".
Lo que tienen en común el hogar de Dylan y tantos otros que se encuentran en esta situación es claro: la falta de recursos materiales y que los aísla de forma tecnológica y educativa. Abordar el día a día sin internet ni dispositivos es una realidad para muchas familias vulnerables porque, tal y como Hicham confiesa: "Me ha pasado con algún joven que, después del confinamiento, ha habido momentos en los que su familia ni siquiera podía llamarme para decirme que su hijo no podía venir: se habían quedado sin trabajo y no se podían permitir internet en el móvil ni llamadas”.
Banco de ordenadores
Aprenem Compartint se asienta en Sants y su personal trata de identificar las limitaciones de los alumnos de este barrio barcelonés. Para ello, trabaja en una especie de "mesa social" con otras entidades sociales como Lleialtat Santsenca, de la que ha surgido la iniciativa 'Porta el portátil' ('Trae el portátil'), una campaña de recogida y recuperación de ordenadores portátiles en desuso. Su objetivo, facilitar el acceso a la tecnología a los vecinos que no la tienen y la necesitan.
Aquí los portátiles tienen una segunda vida: "No somos un punto verde, pero casi", declara Xavi Vázquez, el informático que lleva el proyecto en el que aceptan "casi todo, mientras esté en buenas condiciones". Un reciclaje que consiste en un valorado inicial, luego un formateo, la instalación de Linkat (un programa educativo de Linux y la Generalitat) y para acabar, un confinamiento de tres días antes de ser entregado.
Campanya de recollida i recuperació d'ordinadors portàtils de la @Lleialtat amb la col.laboració de @LaTrocaSants
— La Burxa (@laBurxa) November 24, 2020
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"Nosotros ponemos el ejemplo de un banco de alimentos", insisten los organizadores, que una vez detectadas las limitaciones particulares de ciertos hogares, entregan los ordenadores. De hecho, el barrio de Sants tiene un fuerte tejido vecinal y social, ya que, en palabras de Núria, están "acostumbrados a trabajar mucho en red", mejorando la comunicación y la satisfacción de este tipo de necesidades.
Por cada niño, un dispositivo con internet
Para niños como Dylan, su futuro pasa por la tecnología y ahora más que nunca. Por este motivo, Lleialtat ha ofrecido a Compartint Aprenem ordenadores de torre y cinco portátiles más a compartir entre diez alumnos por aula. Aun así, Ariadna reconoce que "el proyecto se puede mejorar garantizando que cada niño que lo necesite tenga acceso, al menos, a un dispositivo con internet". No obstante, para ello, hace falta "más tiempo y dinero", tal y como afirma Núria, ya que "es una constante y esta problemática seguirá después del fin de la campaña: las necesidades son dinámicas", insiste.
La iniciativa dura hasta el 31 de diciembre, pero pretenden ampliarla unos meses más del 2021, durante los que los barceloneses y todo aquél que quiera puede entregar material informático: portátiles con cargador, ratones, webcams, fundas en buen estado... de lunes a viernes de 10 a 21 h y sin cita previa.