'El juego del calamar' se cuela en los coles: "La serie rebosa una violencia que los niños no entienden"


Los educadores denuncian que hay poco control parental de lo que los hijos ven
Los psicólogos creen que es necesario explicar el verdadero contenido de la serie a los menores
El rotundo éxito de 'El juego del calamar', estrenada en Netflix el pasado septiembre, ha llegado como un tsunami. También a los niños y adolescentes. Recomendada para mayores de 16 años, esta serie surcoreana cuenta cómo ciudadanos marginados, atraídos por una misteriosa organización, participan en unos macabros juegos infantiles con el objetivo de conseguir 33 millones de euros. Los que pierden, pagan con su vida.
La serie se ha colado en los patios de los colegios, donde los alumnos recrean las violentas pruebas de la serie. "Llevo unos días que estoy en shock. La serie 'El juego del calamar' está petándolo muy fuerte entre los niños de colegio", cuenta una maestra en Twitter. "Nos dimos cuenta hace un par de días de que los niños de ocho y nueve años (de tercero y cuarto de primaria) estaban jugando a lo que en apariencia parecía el juego de un, dos, tres, pollito inglés. Al fijarnos mejor, vimos que se trataba del juego luz roja, luz verde de la serie 'El juego del calamar", prosigue.
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"Juego con cancioncita incluida y disparos simulados a los participantes, cayéndose al suelo simulando estar muertos, como en la serie", asegura. A partir de ese momento, cuenta la maestra, los profesores comenzaron a indagar entre los alumnos quién la había visto, y más de la mitad levantó la mano.
Llevo unos días que estoy en shock. La serie "El juego del calamar" está petándolo muy fuerte entre los niños de colegio. Abro HILO ⬇️
— Piruleta de menta (@Piruletadementa) 8 de octubre de 2021
Testimonios que refrendan los padres. "Mi hija de nueve años venía del cole diciendo: 'Hemos jugado al juego del calamar'. Pero ella en ese momento no sabía lo que era", cuenta Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, una comunidad virtual sobre maternidad. "Lo que más me preocupa no es que jueguen a este juego, sino que haya compañeros que han visto la serie, cuando debería ser para mayores de 18 años. Esto abra el debate de hasta que punto hay que limitar el contenido que ven nuestros hijos", asegura.
Prohibido disfrazarse en Halloween
Son muchos centros escolares los que están mandando circulares a las familias para que tengan precaución con la serie. Es el caso de Los Agustinos de Madrid o la Mennais Berrio-Otxoa Ikastetxea de Bilbao. En el colegio público Teresa de Calcula, de San Sebastián de los Reyes en Madrid, han tomado ya medidas. En el próximo Halloween estará prohibido disfraces relacionados con esta emisión de Netflix.
También en el colegio Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja, en Valencia, han detectado que los niños se divierten imitando 'El juego del calamar' en el patio. El centro ha mandado un mensaje por Telegrama a los padres avisándoles de que sus hijos están jugando a los juegos que aparecen en la serie, 'matando' a los que quedan eliminados. "Algunos niños de 10 años reconocen que han visto la serie y seguro que si rascamos más, habrá niños menores que también", asegura el director del centro, Vicent Mañes, que es también presidente de la federación española de asociaciones de directores de centros públicos de infantil y primaria.
Escaso control parental
Lo que a los educadores les preocupa son dos cosas: que niños tan pequeños estén jugando a juegos que reproducen de la serie siguiendo esos patrones tan violentos y que muchos reconozcan que la han visto. "Esto es la punta del iceberg. Es la demostración del escasísimo control parental que hay en muchas familias. En general, somos muy permisivos. Y no es que les dejen, es que hay padres que no saben si sus hijos han visto o no la serie", asegura Mañes.
Pero, ¿qué repercusiones puede tener que un niño de 10 años esté viendo esta serie y reproduciéndola en sus juegos?. "Es una serie que hay que ver con una perspectiva adulta, porque está cargada de temas como la amistad o la presión social, envuelta en un entorno de violencia que un niño no entiende y que puede tener repercusión en su desarrollo emocional", señala este director.
José Antonio Luengo, decano del Colegio de Psicología de Madrid, asegura que el problema no es la serie, sino que estén accediendo a ella niños y adolescentes que tienen una capacidad para ser influidos por cosas llamativas y que generan espectáculo de una manera muy significativa. "Poner puertas al campo es imposible", reconoce Luengo. "Lo que tenemos que hacer en las familias y en los centros educativos es generar un diálogo con los niños a partir de los ocho años sobre lo que es esta serie. Los niños tienen que saber que nosotros la hemos visto y tienen que entender que es una ficción que lo que quiere, precisamente, es plantear una crítica respecto a la competitividad o al todo vale", asegura.
Y añade: "Si todos los adultos explicásemos la serie a los menores, podríamos darle la vuelta. No controlaríamos al 100% la posible imitación del comportamiento, pero estaríamos contrarrestandolo con la explicación de lo que es la crítica social y aprovechando esta circunstancia de que en la vida no todo vale".
Repercusión en otros países
La repercusión de la serie no es solo una cosa española, sino mundial. Recientemente, en Londres se ha convocado una competición a través de las redes sociales emulando a la serie para jugar al balón prisionero, el bulldog británico, el desafío de caja o una lucha libre para todos. El ganador de los seis juegos se llevará 10.000 libras (11.773 euros) mientras que a los perdedores se les eliminará con un disparo en la cara con pistola de aire comprimido.
También en una escuela de Bélgica, los docentes han detectado que, a raíz de ver la serie, a los niños que pierden al escondite inglés, los compañeros les golpean.
La serie lleva 111 millones de visionados en todo el mundo. Es la más vista en toda la historia de Netflix. El problema es cuando la ficción salta a la realidad y los protagonistas son menores incapaces de entender.