El drama de Maxi, un niño con autismo y tumor cerebral: “Lleva 4 meses sin clase porque el ascensor no funciona”


Su madre denuncia que el pequeño lleva, desde principio de curso, sin poder asistir al aula específica situada en la segunda planta del CEIP San Miguel de Almuñécar porque el ascensor está estropeado
Durante estos meses sin asistir a clase, el pequeño ha empeorado su salud: "Para él, el colegio es como el aire que respira"
Desde el ayuntamiento, piden disculpas por el retraso y lo atribuyen a que las piezas necesarias estaban descatalogadas
Maxi tiene solo doce años pero sabe ya lo que es luchar en la vida. Este pequeño guerrero es autista y nació con un tumor cerebral que, con los años, le ha ido restando movilidad. Desde hace cuatro meses, tiene que ir en silla de ruedas porque el dolor le impide apoyar el pie. “No puede sostenerse. Le duele muchísimo y se cae”, cuenta a NIUS Paola Vázquez, su madre.
Pero, a pesar de todas estas adversidades, el verdadero problema de este niño es un ascensor. Concretamente, el del CEIP San Miguel de Almuñécar (Granada) su centro desde hace siete años. Está averiado y Maxi lleva cuatro meses sin ir a clase porque no puede subir a la segunda planta donde está instalada el aula específica. “Una cosa es tener paciencia y otra esto. Ya ha perdido el primer trimestre y seguimos sin solución”, se lamenta su madre, desesperada.
Se marcharon a las vacaciones de Navidad pensando que a la vuelta estaría arreglado, pero el ascensor continúa fuera de servicio. “Entiendo que pueda pasar un mes o mes y medio, pero ¿cuatro? No se lo están tomando en serio y mi hijo sigue sin cole”, denuncia Paola que ve impotente como estos meses de inactividad hacen mella en la salud del pequeño.
El colegio lo es todo para él. “Es el aire que respira”, nos cuenta. Aprendizaje, terapia y, lo más importante para los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), rutina. “Para él, cada cosa tiene su lugar y eso le da tranquilidad. Ahora, sin cole, se frustra”, nos explica su madre que, asegura, no saber ya qué hacer. “Está pasándolo mal. Hasta se hace pipí en la cama que no lo había hecho nunca”, insiste.
A principio de curso, las profesoras intentaban subirlo a pulso por las escaleras, pero tuvieron que descartar esta opción. “Lo agarraban cada una por un brazo y se quejaba de dolor. Al final, llegaba a clase descompuesto”. Tampoco hay posibilidad de trasladar el aula a la planta baja porque se trata de instalación adaptada y la opción de clases no presenciales, no es viable. “Mi hijo es autista y no hay forma de que siga la lección en casa”, se queja Paola.
No tienen otra opción que seguir esperando. Por su parte, el ayuntamiento de Almuñecar (PP), que tiene las competencias en el mantenimiento de los centros educativos, asegura que, desde el primer momento, se ha buscado solución pero “un cúmulo de circunstancias técnicas”, ha retrasado el arreglo. El motivo, dicen, que la empresa que se encargaba de su mantenimiento ha dejado de trabajar y para encontrar las piezas, algunas descatalogadas, han tardado más de lo que esperaban.
“Desde el minuto cero que tuvimos conocimiento, nos pusimos en contacto con los técnicos para arreglarlo. Nos dieron un presupuesto las empresas especialistas que salía de un contrato menor y por ello tuvimos que hacer contrato nuevo y sacarlos a licitación”, explica Alberto García, concejal de Educación. La empresa licitadora, tras conocer la avería, comprobó que se trataba de una placa base que estaba descatalogada y por tanto tenía que solicitarla a Alemania. “Dada la situación que vivimos de la pandemia del Covid-19 toda esta tramitación hizo que se demorara”, insisten desde el ayuntamiento.
Desde el PSOE de Almuñécar, sin embargo, señalan que es una excusa. “¿Cuatro meses para traer una pieza? No se lo cree nadie”, señala Rocío Palacios, portavoz de la formación, que habla de “total falta de sensibilidad” y propone: “Si hace falta comprar uno nuevo, que lo compren, pero este niño no puede seguir sin ir a clase”.
Mientras Maxi sigue soñando con volver a clase. “Anoche se acostó diciendo que quería ir y se ha levantado igual”, se lamenta su madre quien más de una vez lo ha visto llorar de frustración.