Qué fue de los alumnos con mejor nota de Selectividad: "Me cambió la vida, se me está abriendo el mundo"


María Cuadrado, Teresa Velasco y Jon Ander González obtuvieron en su día las mejores notas de Selectividad de su año
Tanto Teresa como Jon Ander han pasado de vivir en su pueblo a hacerlo en Barcelona y Madrid, respectivamente, mientras que María se ha quedado en su Málaga natal
María estudia Traducción e Interpretación; Jon Ander, Ingeniería Aeroespacial, y Teresa el doble grado de Matemáticas y Física
En su día fueron noticia por sus magníficas notas obtenidas en Selectividad. Salieron en los periódicos y en los informativos de las cadenas de televisión. Tuvieron su momento de gloria y no es para menos. La malagueña María Cuadrado sacó un 14 sobre 14; la catalana Teresa Velasco, un 13,83, y el vasco Jon Ander González, un 13,84.
Ha pasado un año desde que María y Teresa se examinaron y tres, en el caso de Jon Ander. En este tiempo sus vidas nada tienen que ver con las de entonces. "Ahora es otro rollo", confiesa María, 18 años, que estudia primero de Traducción e Interpretación de español, francés e inglés en la Universidad de Málaga. "Se nota el cambio, pero yo estoy sacando la carrera sin problemas", asegura. "Ahora me lo tomo con más calma, ya no tengo la presión de la Selectividad", confiesa.

María recuerda su 14 en Selectividad con cero heroísmo. "Estaría haciendo lo mismo si hubiera sacado un 13 o un 12". El examen lo recuerda "súper traumático". "No quiero saber nada más de Selectividad. Tiré todos los apuntes, lo pasé fatal, perdí un montón de peso, no podía comer, no podía dormir, soñaba con la prueba. No recomiendo la experiencia para nada", asegura riéndose. Confiesa, además, que no sabe cómo pudo sacar semejante notaza. "Cuando me llamaron para decírmelo, les dije que se habían equivocado".
Una de las solo seis chicas de su clase
Teresa Velasco, 18 años y de Artesa de Segre (Lleida), no tiene tan mal recuerdo del examen. "Dormí poco pero tuve la suerte de hacer la prueba con mis dos mejores amigos del cole, que me hacían reír antes de entrar al aula y me tranquilizaban, lo que me ayudó mucho", asegura.
Teresa ha comenzado este curso primero del doble grado de Matemáticas y Física en la Universidad de Barcelona, una carrera complicadísima en la que en primero solo hay matriculados 18 alumnos, y, de ellos, solo seis son chicas. "He aprobado todo, pero sí es verdad que las notas no son las mismas que saqué en Bachiller porque el nivel es mucho más difícil", reconoce.

Teresa ha cambiado su pueblo por Barcelona y está feliz. "Al principio pensé que volvería todos los fines de semana porque no me gustaba la gran ciudad, pero vivo en una residencia de estudiantes y es una maravilla, nos lo pasamos fenomenal, así que solo bajo a mi pueblo una vez al mes", asegura. "Tengo suerte de que la carrera dure cinco años, porque no quiero que esto se acabe".
Una elección de última hora
Tampoco lo vivió como un drama Jon Ander, 20 años, en su día. "Por aquel entonces estaba indeciso de qué estudiar. Como siempre me han gustado mucho las mates y la física y sabía que los números era lo mío, mi idea era tirar por alguna carrera de ingeniería en el País Vasco, donde no piden mucha nota de corte. Por eso nunca tuve presión, ni me maté a estudiar", confiesa.
Se preparó Selectividad como cualquier otro examen y no pudo salirle mejor: obtuvo la mejor nota del País Vasco en 2019. El 13,84 que sacó trastocó sus planes y decidió que se iría a Madrid a cursar Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica. Toda su vida había estudiado en su pueblo, Galdakao, al lado de Bilbao, con 30.000 habitantes. "Siempre he estado muy cerca de mi gente, así que cuando les dije a mis padres que me quería venir a Madrid, no se lo creían", recuerda.
En Madrid vive en un colegio mayor, donde le ha "cambiado la vida". "La gran ciudad y la vida universitaria me ofrecen un tipo de formación mucho más amplia; se me está abriendo el mundo", asegura. La carrera, una de las más exigentes, le está costando pero va aprobando todo.
Planes de futuro
María quiere ser escritora. Acaba de publicar su segundo libro, y ha empezado a escribir el tercero, una novela ambientada en la Edad Media donde cuenta cómo un personaje bueno es capaz de convertirse en el malo. "Pero mientras pueda vivir de la literatura, tendré que comer, porque los libros no me dan mucho dinero, así que lo mismo empiezo más adelante la carrera de Estudios Asiáticos para poder traducir chino, que ya he empezado a estudiarlo por mi cuenta", señala.
Teresa reconoce que hoy por hoy se ve más en el mundo de la empresa que en el de la investigación, pero que no se cierra a nada.
Mientras, Jon Ander no descarta estudiar un postgrado en Estados Unidos, donde la industria aeroespacial está muy desarrollada. Con los años le gustaría volver a Bilbao, a casa. "Como allí no se vive en ningún sitio", reconoce.