Vuelta al cole: rutinas para afrontar el regreso a las clases

El llamado “síndrome posvacacional” también afecta a algunos niños y niñas a la hora de retomar la rutina escolar
Una buena indicación es hacer horarios más parecidos a los del colegio cuando faltan menos de tres semanas para el arranque
Para motivarlos, puede ser interesante fijar algún objetivo que les anime o hacerlos partícipes de la compra del material escolar
Tras muchos meses sin asistir al colegio, es el momento de empezar un nuevo curso. El mes de septiembre está a la vuelta de la esquina y, con él, los momentos de llenar las mochilas de libros y cuadernos de apuntes. Sin embargo, al haber estado 80 días sin seguir una rutina de estudios en la mayoría de los casos, al principio cuesta el arranque. Se hace duro levantarse pronto por la mañana, se hace difícil tener que renunciar a las horas de juego y televisión a las que ya se habían acostumbrado… Pero volver al cole es, también, emocionante. Por eso, te contamos en este artículo cómo hacer que los niños hagan un hueco en su mochila para la ilusión y la motivación.
En la recta inicial, puede que el cansancio, la apatía o la falta de concentración les venza, como le puede ocurrir a cualquier trabajador que se reincorpora a la faena tras el periodo de vacaciones. Es lo que llamamos popularmente el “síndrome posvacacional”. Para hacerle frente y lograr que retomen la cotidianidad y las rutinas escolares, hay que establecer, también, otra serie de pautas o rutinas a seguir:
- Ahora que quedan menos de tres semanas para la vuelta al colegio, cambia horarios: Una buena recomendación a seguir es adaptar los horarios actuales de tus hijos a unos que se acerquen a las franjas horarias que deberán de seguir cuando comience el curso escolar. Por ejemplo, que se levanten antes de la hora en la que lo hacen en verano y que vayan a dormir más pronto. La rutina más habitual antes de ir a dormir es una ducha y la cena. Sigue este mismo esquema o planteamiento e introduce alguna lectura o cuaderno de verano para que coja el ritmo. Habla con tus hijos para animarlos y que cumplan con este nuevo plan.
- Repaso de los contenidos del curso anterior: Recordar lo aprendido en el curso anterior puede venir muy bien para facilitar el aprendizaje de los contenidos del nuevo curso. Si aún no lo han hecho durante el verano, aún están a tiempo de hacerlo. Se puede hacer un recordatorio mediante cuadernos de verano, juegos matemáticos o de lógica, viendo películas sobre historia o, incluso, mediante juegos de mesa de preguntas y respuestas.
- Mostrar la importancia del colegio y proyectar energía: A veces, esa falta de ganas también puede estar relacionada con la poca ilusión que hay en casa por retomar la rutina. Aunque sea complicado, hay que intentar que los hijos nos vean proactivos y que estaremos a su lado para cualquier duda o ayuda que necesiten.
- Retomar el contacto con compañeros de clase: Para que no se sientan solos y algo abatidos, una buena solución es que entre amigos hablen para que todo se les haga mucho más llevadero. Esa conexión y complicidad les ayudará a encarar este curso escolar incierto con más optimismo. El contacto, en el actual contexto, es deseable que lo reprendan por vía telemática, es decir, a través de videoconferencias, por ejemplo.
- Haz que el niño sea partícipe en la preparación del material escolar: Una buena manera de que se den cuenta de que el curso está a punto de empezar es que ellos mismos ayuden a preparar el material. Haced juntos una lista de lo que se necesita comprar y aprovechad todo aquello que aún sea útil. Dedicar una tarde a preparar el estuche, sacando punta a los colores que lo necesiten, forrando libros o poniendo etiquetas en las prendas de ropa les puede venir muy bien para ir mentalizándose.
- Fijar algún objetivo: Sin ser especialmente estrictos con la voluntad de que tu hijo alcance la excelencia académica, en algunos casos puede ser una buena opción la de establecer algún propósito de curso: conceder alguna recompensa a cambio del esfuerzo como puede ser ir al cine, ir a un parque de atracciones o algo que les haga ilusión. En según que edades es difícil que asimilen que el simple derecho a tener una educación es en sí un gran premio.
- Organizar un horario: Pautar las tareas y otros compromisos que pueda tener el estudiante es una idea casi indispensable. El orden acordado por los padres e hijos ayuda a ganar seguridad y garantía de cumplimiento. En este horario, tenemos que marcar como imprescindibles las distintas comidas del día. Cuidar la alimentación es algo sagrado para su buen rendimiento y salud. También es importante promover y practicar la actividad física y fijar las horas del juego y las del descanso.