Galicia vive nuevamente días inestables en lo climatológico. Varias alertas naranjas están activas a lo largo de toda la comunidad por diferentes fenómenos: olas grandes, rachas viento, precipitaciones y hasta nieve en zonas muy localizadas como O Cebreiro.
La nieve ha hecho acto de presencia este martes en las montañas de Lugo y Ourense. Sin embargo, el cierre perimetral y la escasez de peregrinos ofrecen una imagen muy diferente a la habitual. Con la hostelería cerrada debido a las restricciones vigentes, y sin el ajetreo típico de gente que realiza el Camino de Santiago, O Cebreiro parece un lugar diferente.
Las calles están desiertas. Cruzarse con un vecino es casi misión imposible, y los pocos que nos encontramos explican que “este ha sido el invierno más duro que se recuerda por aquí. Hemos encadenado una borrasca detrás de otra y todo está cerrado por culpa del coronavirus”, reconocen con cierta resignación. Las previsiones anuncian que esta situación se alargará durante toda la semana y el espesor de la nieve alcanza ya los cinco centímetros.
En las montañas de Ourense, la nieve ha dificultado la circulación de camiones y durante unas horas la carretera A-52 a la altura de A Gudiña y Riós ha permanecido cortada al tráfico.
La inestabilidad no da tregua a los gallegos. Este martes hay alerta naranja en el litoral de las provincias de A Coruña y Pontevedra con olas que podrían alcanzar los seis metros de altura. También se esperan fuertes precipitaciones a lo largo de este martes y hasta el próximo jueves. Por el momento no se han registrado desbordamientos aunque en algunas zonas de Ourense los ríos bajan con un importante caudal que mantiene alerta a los servicios de emergencia.
Caudal del río a la altura de las Termas da ChavasqueiraNIUS
