Enfrentamientos entre okupas y vecinos: ¿está habiendo más en el verano de la pandemia?

Los enfrentamientos entre okupas y vecinos que exigen su desalojo se están repiten con una gran frecuencia en las últimas semanas
Sólo en lo que va de agosto se han vivido varios episodios en comunidades como Cataluña, Madrid o Valencia
Muchos vecinos aseguran que las ocupaciones de viviendas han aumentado a causa de la pandemia
Uno de los últimos enfrentamientos entre vecinos y okupas ha tenido lugar en el municipio barcelonés de Pallejà donde un centenar de ciudadanos y los dos propietarios de la casa se concentraron frente a la vivienda asaltada. Sin embargo, estos fueron increpados por los okupas, que finalmente se apoderaron del inmueble ante la pasividad de la policía.
La consternación reina hoy en Pallejà al conocerse que dos de los vecinos que intentaron parar la ocupación han sido detenidos mientras que los okupas han logrado apoderarse impunemente de ella.
En un primer momento, los vecinos consiguieron echar a los okupas de la vivienda, pero como una parte de los ocupantes logró quedarse en su interior, la policía no pudo desalojarlos porque, al parecer, llevaban más de 48 horas en la casa y no se les podía desalojar sin una orden judicial.
Fue entonces cuando los okupas amenazaron, increparon e insultaron a los vecinos, acusándoles de racistas. Y eso provocó una trifulca que se saldó con dos vecinos detenidos y otros cinco identificados.
El caso del municipio de Pallejà, en el que vecinos y okupas se enfrentan para evitar la ocupación de alguna vivienda, no es ni el primero ni probablemente será el último de este verano.
Enfrentamientos entre vecinos y okupas casi a diario
De hecho, también ayer los vecinos del Vendrell (Tarragona) salieron para protestar por la inseguridad y la delincuencia provocada por los okupas. La tensión subió cuando se juntaron con un grupo de antifascistas que ocuparon hace un año unas casas vacías en el barrio de Comarruga y a los que los vecinos tienen miedo.
La misma pesadilla viven los vecinos de la localidad valenciana de Lliria donde hoy ha sido puesta en libertad la pareja de okupas que fue detenida recientemente por un robo. La pareja ocupó un piso de un edificio y desde entonces, las peleas, gritos y amenazas entre okupas y vecinos eran frecuentes. Aunque la vivienda tiene ahora una chapa en la puerta para evitar que vuelvan a entrar, los vecinos temen que la pareja intente en otra casa y que la historia vuelva a repetirse.
El pasado 8 de agosto también en otra localidad barcelonesa (San Joan Despí) se produjo un episodio de enfrentamientos entre vecinos y un grupo de okupas, que finalmente fue desalojado por las insistentes quejas de los vecinos.En ese caso, la situación se descontroló en el momento en que los okupas salieron escoltados por los antidisturbios.
Las protestas vecinales continúan a día de hoy en esta localidad porque los vecinos insisten en que los okupas se han desplazado a otras zonas creando inseguridad en la localidad y consideran que “la presión social es la única manera de acabar con esta situación”.
Hace tres semanas los vecinos del barrio de La Fortuna de Leganés (Madrid) también se levantaron contra los okupas en una manifestación a la que tuvieron que asistir cinco furgones de antidisturbios de la Policia Nacional. Las protestas vecinales lograron que varios okupas salieran finalmente de los pisos ocupados. Eran los que los vecinos señalaban como causantes del aumento de los robos y la criminalidad en los últimos meses.
Más ocupaciones durante la cuarentena
Una situación que no es ni mucho menos nueva pero que, según denuncian muchos de los vecinos afectados, ha incrementado durante la cuarentena. La mayoría de los casos en que los vecinos han emprendido sus propias batallas contra los okupas, ha sido cuando estos han sido conflictivos y su presencia ha contribuido a una mayor inseguridad en la zona.
De eso (de ser agresivos y tener a los vecinos amedrentados y bajo amenazas de muerte ) acusaban recientemente los vecinos del municipio madrileño de Alcobendas a los okupas contra los que se alzaron con una cacerolada a finales del pasado mes de julio.
El asunto es muy complejo y más delicado aún en un momento como este en plena crisis por la Covid-19 ya que en muchos casos las ocupaciones son por parte de familias en situación precaria a quienes precisamente la pandemia ha colocado en una posición de la mayor vulnerabilidad.
Lo cierto es que, aunque no hay datos oficiales de la evolución de la ocupación en lo que llevamos de 2020, esta va en aumento desde el año 2016. Según datos del Ministerio del Interior, la ocupación ilegal ha crecido en España desde el año 2016 casi un 50%.