Barba larga, greñas y actitud sumisa: el cambio del Chicle poco antes del juicio de Diana Quer


El lunes 28 de octubre comienza el juicio por el crimen de la joven madrileña el 22 de agosto de 2016
Los funcionarios de prisiones se quejan de que el traslado desde Mansilla de las Mulas (León) se ha hecho muy pronto, lo que obliga a tomar medidas de seguridad extremas
Estos días vive 'refugiado' en el módulo de ingresos del penal coruñés de Teixeira
Enrique Abuín, alias El Chicle, cuenta los días para que el lunes 28 de octubre comience el juicio por el crimen de Diana Quer en la madrugada del 21 al 22 de agosto de 2016 en la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal. Hace tres semanas le trasladaron al penal coruñés de Teixeira en un autobús con otros presos, desde la cárcel de Mansilla de las Mulas (León) donde cumple prisión preventiva. "Demasiado pronto", según los funcionarios de prisiones, ya que deben adoptar medidas de seguridad extremas para preservar su integridad física. "Es un preso muy mediático".
Abuín ha cambiado de look. Ya no tiene aspecto atlético. Se ha dejado crecer el pelo y una larga y poblada barba cubre estos días su rostro. "Una imagen greñuda que guarda cierto paralelismo con la de Tom Hanks interpretando el papel de Forrest Gump", según quienes le han visto. Parece haber sufrido la misma transformación que al comienzo y al final de la maratón que llevó a este personaje a recorrer durante tres años varios países de América, con la coincidencia que los dos practican el running
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La transformación del Chicle
Abuín se ha convertido en un camaleón, que busca mimetizarse con el entorno para evitar a sus depredadores. Se oculta de otros internos e intenta que nadie le reconozca, aunque es difícil. Todos han visto su imagen por televisión y saben que el lunes se sentará en el banquillo ante el juez.
Es uno de los llamados violetas, reclusos que han cometido delitos contra las mujeres, los más repudiados entre rejas. Por eso la Dirección ha decidido que permanezca en el departamento de Ingresos. Allí es donde entran los reos cuando llegan de la calle y en el que pasan los primeros días. También los que se encuentran en tránsito porque van a ser trasladados a otros centros o los que deben ser aislados del resto de los reclusos.
Abuín ya pasó un tiempo en el penal de Teixeiro después de ser detenido por la Guardia Civil en diciembre de 2017, casi 500 días después de la desaparición de Diana Quer. Los presos le reconocían, insultaban y amenazaban. Pretendía ir de incógnito utilizando sudaderas con capucha y otras prendas para camuflarse, pero entre muros las noticias vuelan y le identificaron enseguida.
Por esta razón le trasladaron al penal de León, donde tuvo varios encontronazos con otros internos al principio. El Chicle mantenía una actitud chulesca y desafiante hacia los trabajadores penitenciarios. Se negaba a asumir responsabilidades rutinarias, como la limpieza o a participar en los programas. Pero enseguida empezó a palpar el odio del resto de delincuentes y se vio obligado a cambiar su conducta. Es lo que suele ocurrir con los violetas, que se convierten en hombres sumisos que rehúyen situaciones de riesgo.
'Un refugiado' entre rejas
En el argot penitenciario, Abuín es lo que llaman peyorativamente un violeta, pero también un refugiadoPorque los delitos por los que está en prisión son demasiado graves y:
- Por un lado, la Físcalía solicita para él prisión permanente revisable y sabe que en al menos dos décadas estará privado de libertad. Se le aplica el protocolo de prevención de suicidios, debe estar acompañado por otro preso las 24 horas del día.
- Por otro lado, se encuentra dentro de los Ficheros de Internos de Especial Seguimiento (FIES). Debe tener un control exhaustivo. Los funcionarios deben estar atentos a su conducta y su relación con otros internos. Todo debe quedar reflejado por escrito.
Por eso El Chicle se ha convertido en el centro de atención de los trabajadores penitenciarios de Teixeiro desde el pasado dos de octubre. Aunque el día a día del presunto violador y asesino de Diana Quer es bastante monótono. Tiene una celda solo para él. Otro preso le vigila por una ventana con rejas, desde una celda contigua. Abuín puede salir dos horas al día pero prefiere mantenerse alejado de los reclusos.
Apenas toma el aire unos minutos, cuando los demás internos están en sus celdas, observado en todo momento por las cámaras de seguridad. También llama por teléfono o va al economato a hacer pequeñas compras. Estos días se mantiene alejado de lo que dice la prensa. No tiene televisión en su celda.
El historial delictivo del presunto asesino de Diana Quer
José Enrique Abuin Gey nació el 23 de enero de 1976. Le apodan El Chicle, aunque no está claro si por sus dientes grandes y salientes o por sus problemas de dicción. También se le conocía por Chiqui o Chiquilín, haciendo alusión a su escasa capacidad intelectual, según algunos vecinos.
Fue detenido por primera vez por agredir sexualmente a la hermana gemela de su mujer. Fue en enero de 2005, la Guardia Civil. Pero su esposa, Rosario Rodríguez Fraga, le dio coartada y El Chicle quedó absuelto de este delito. Después ha sido arrestado casi una decena de veces.
Conocidas eran sus sus fechorías con el clan de Os Fanchos, dedicado al tráfico de drogas. En agosto de 2007 pillaron a Abuín con un kilo de cocaína en el coche y otros 17 en su casa. Fue condenado a dos años de cárcel y una multa. Pero sólo cumplió una pequeña parte.
En octubre de 2010 y febrero de 2011 lo detuvieron por conducir sin puntos en el carnet. En el 2012 Abuín alternaba sus noches de mariscador furtivo con el robo de gasoil. La Guardia Civil le sorprendió dos veces en apenas unos meses.
Cuando asesinó a Diana trabajaba en una conservera, aunque perdió el empleo poco antes de ser detenido por la presunta violación y el homicidio de la joven madrileña. Su mujer volvió a encubrirle hasta que vió la cantidad de pruebas que tenían los agentes del Instituto Armado y que probaban este crimen. Entonces se derrumbó y le dio la espalda.