Evelyn, la bebé que huyó de Ucrania con sus padres españoles: "Tuvimos diez minutos para escapar"

Nacida por gestación subrogada, sus padres habían acudido a Kiev a buscarla cuando estalló la guerra
Los tres lograron salir del país en un convoy organizado por el consulado español en la capital ucraniana
Ya a salvo, siguen angustiados por los bebés que se quedaron allí: "Están en un bunker y necesitan el calor de sus familias"
Marina y Antonio miran con amor a su pequeña Evelyn. Aún no se creen que hayan llegado a casa sanos y salvos. Son una de las familias que estaban en Kiev, realizando los trámites para traerse a su bebé nacido por gestación subrogada, cuando estallaron las primeras bombas.
Pudieron salir del país en el convoy organizado por el consulado español. "Teníamos la mochila de supervivencia preparada, con medicación, comida, agua...", relata la madre, Marina Cabeza. "porque yo estaba convencida de que iban a bombardear. Gracias a eso pudimos salir corriendo nada más que nos llamó la embajada".
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"Tenéis diez minutos para venir para acá", recuerda Antonio, el padre, que les dijeron desde el consulado. "Y yo contesté, pero ¿cómo vamos a ir si no me hemos terminado la documentación de la niña?", explica. "¿No sabéis lo que está pasando?", le apremiaron. "Coged a la niña y os venís para acá ¡ya!".
"Tuvimos suerte, porque aún hay familias que están allí y otras que tienen que ir y no sabemos cómo lo van a hacer", lamenta Marina. Ucrania es uno de los principales destinos de las familias españolas que optan por la gestación subrogada. La guerra ha dejado en el aire el futuro tanto de esas familias, como de las gestantes.
Hay parejas, como María Eugenia y su marido, que aún no han podido volver a España. Consiguieron cruzar la frontera, pero su bebé, Sofía, una niña prematura que estaba en la incubadora cuando estalló la guerra, ha tenido que ser ingresada en un hospital de Polonia hasta que se recupere. Su salida del país fue una auténtica odisea, escoltada por un grupo de élite americano.
Por eso, para Marina y Antonio estar ya en su hogar y acariciar a la pequeña Evelyn es motivo de felicidad absoluta. El final de una auténtica prueba de amor y valentía. Ambos arriesgaron sus vidas para alejarla de aquel horror. "Fue muy, muy duro, lloramos mucho", reconoce Marina.
Siguen angustiados por la veintena de recién nacidos que aún esperan a que sus padres los saquen del refugio donde les mantienen a salvo. "Es un bunker, estuvimos allí, y aunque está bien preparado no deja de estar en mitad de una guerra, cayendo bombas, sin saber cuándo van a poder salir de ahí dentro, cuánto tiempo van a tener que estar encerrados, subsistiendo con esos bebés", denuncia. "Es terrible, no solo para los padres, sino también para esos niños que necesitan del calor de su familia", recalca.
Evelyn, por suerte, ya está a salvo. Cuando crezca le contarán que ella también fue una valiente. "Que con todo lo pequeña que es ha salido de un país en guerra, ha sobrevivido", dice orgulloso Antonio. Y que sus padres lo hicieron todo por amor.