José Luis Casero, experto en conciliación: "Es urgente una legislación en esta materia"

Según el Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios , se deben promover protocolos en las empresas que prioricen al trabajador cuya situación no le permite la conciliación
Respecto al teletrabajo, Casero propone la creación de mecanismos que lo regulen para que pueda desarrollarse en mejores condiciones
La progresiva incorporación al trabajo estos días evidencia de nuevo las dificultades para conciliar vida laboral y personal en España. A ello se une ahora que en la era post COVID se implantarán nuevas medidas de prevención en los centros de trabajo que complicarán aún más poder conciliar.
José Luis Casero, CEO de ARHOE, Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, nos da las claves sobre lo que habría que cambiar en este país para llegar al equilibrio entre ambos mundos. El también socio fundador del Grupo Tempo y Humanos en la Oficina, insiste en la necesidad de una legislación en torno a la conciliación, de momento “en pañales” en nuestro país.
Pregunta: Conciliar trabajo y vida personal y familiar en España sigue siendo una asignatura pendiente. ¿Cuáles cree que deben ser los pasos para avanzar en este aspecto?
Respuesta: La conciliación es un derecho reconocido como tal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que debería estar recogido en la Constitución, concretamente en el artículo 9.2 (Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en lo que se integra sean efectivos asi como remover los obstáculos que impidan su participación en la vida económica, política, cultural y social). En nuestro país, estas condiciones no se producen y el trabajador no puede conciliar.
Oímos a los diferentes grupos políticos continuamente hablar sobre su necesidad pero no promueven medidas para llevarlo a cabo. La clave para conseguirlo es que se llegue a un pacto de Estado o nacional en que se impliquen los grupos políticos, los agentes sociales, la patronal y la propia sociedad civil que trace los ejes necesarios para llegar a una conciliación real.
P: El teletrabajo durante el confinamiento permitió a algunos españoles compaginar empleo y tiempo en familia. ¿Incentivar esta práctica puede ser la solución?
R: De primeras, la pandemia ha provocado lo que denominaría “una conciliación forzosa” porque el aislamiento nos privó de libertad. Es decir, no se han dado las condiciones necesarias para tener una conciliación real porque no se podía disfrutar de la vida social al no poder salir de casa. Esto ha sido un “arréglatelas como puedas” para aquellos que tuvieron que optar por el teletrabajo. Muchos han trabajado en casa sin los medios o la tecnología adecuada, sin un horario, sin un lugar adaptado para llevar a cabo su trabajo. No se puede considerar “conciliación” lo que se vivió esos días.
P: Entonces, ¿cómo debería ser este teletrabajo para lograr el objetivo que persiguen?
R: Habría que realizar muchos cambios. El teletrabajo solo supone un 4,5% en España, estamos a la cola de Europa en este sentido. Ni siquiera se recoge esta figura en el Estatuto de Trabajadores, se llama trabajo a distancia. Creemos que las condiciones o el protocolo de ese teletrabajo deberían ser acordados entre empresa y trabajador, hay que poner los medios para poder desarrollar ese trabajo, tiene que cumplir la Ley de Prevención de Riesgos laborales o con la de Protección de Datos, entre otras.
Por otro lado, no creemos que el teletrabajo total sea la solución porque puede provocar la alineación de las personas, se pierde el contacto con el resto del equipo humano etc. Es igual de malo hacerlo al 100% que no permitirlo. Nosotros abogamos por realizarlo a tiempo parcial. El teletrabajo estaría más implantado en nuestro país si se plantearía bien de forma estructurada a tiempo parcial y, evidentemente, planificándolo por si tenemos que volver a confinarnos en casa.
P: Poco a poco, los españoles nos incorporamos a nuestros centros de trabajo. Los niños siguen sin clases y sus padres con los mismos problemas de conciliación. Es un buen momento para retomar esta reivindicación. ¿Cuáles son sus propuestas?
R: Estamos trabajando en una proposición de ley que pretende ser un catálogo de ideas para llegar a la conciliación efectiva. Generalizando, siempre hablamos de que se debe promover en el trabajo las cuatro D. La D de descanso, la D de dedicación, la D de disponibilidad pactada en un tiempo determinado y la D de desenganche para desconectar. Por supuesto, estos modelos deben ser dialogados y pactados entre empresa y trabajador y adaptados al tipo de trabajo. Debería promoverse, para incentivarlo, una serie de beneficios fiscales a las empresas que lo establezcan de forma sensata o razonada.
P: Si ya de por sí ha sido siempre difícil conciliar en este país, aún más puede ser en la era post COVID si se implantan medidas para prevenir rebrotes en la vuelta al cole, como horarios reducidos en las aulas o turnos de trabajo en las empresa…
R: Va a ser un caos. Aquí el problema es la incertidumbre de no saber qué va a ocurrir. Habría que establecer criterios claros en septiembre porque si no va a ser muy complicada la vuelta a al trabajo. Se debería tener en cuenta que habrá trabajadores que por su situación familiar o personal no podrán conciliar. Habría que priorizar estos casos sobre los otros. Es de sentido común. Las empresas tienen que establecer mecanismos de teletrabajo u organizar sus turnos pensando en esos trabajadores padres y en los que no lo son. No olvidemos que conciliación no es sólo familiar, es un derecho de la persona sea padre o no. En definitiva, se necesita con urgencia una legislación es esta materia.