Galicia se permite relajar las restricciones mientras otras comunidades sufren la cuarta ola

El toque de queda se retrasa a las once de la noche
Los bares seguirán cerrando a las nueve, pero los restaurantes podrán dar cenas
La incidencia acumulada a 14 días en la comunidad es tres veces menor que la media española
Galicia avanza en la desescalada. El comité clínico que asesora a la Xunta ha hecho balance de las cifras tras los puentes de San José y Semana Santa y la conclusión es que puede permitirse aliviar las restricciones. "Transcurrido un plazo razonable tras las festividades, estamos en condiciones de tomar decisiones", ha dicho el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. "Estamos en mejor situación que antes del 18 de marzo y que en diciembre", ha añadido, recordando que la incidencia acumulada a siete días es "de 42 casos por cada 100.000 habitantes ahora, siendo hace un es de 40 y en diciembre de 87".
La primera muestra de apertura es el retraso en el toque de queda, que pasa de las diez de la noche a las once. Como consecuencia directa, los restaurantes volverán a servir cenas en sus locales, algo que no sucede desde el mes de enero. Lo harán con cita previa, registro de clientes y máquinas que permitan medir la calidad del aire a través del análisis del co2. Los aforos son los que rigen para la hostelería en los ayuntamientos, 50 por ciento en el interior y 75 en terraza si no se encuentran en niveles de restricción altos.
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Sin embargo, el retraso del toque de queda no implica cambios para los bares y cafeterías. Su horario de cierre se mantiene en las nueve de la noche. Estas medidas entran en vigor este viernes.
En cuanto al cierre perimetral de la comunidad, Galicia seguirá cerrada. La medida responde, según el presidente gallego, al aumento de la incidencia acumulada experimentado por otras comunidades autónomas desde el 18 de marzo. La media nacional a 7 días es de 108 casos por cada 100.000 habitantes, casi el triple que en Galicia, con una tasa de 41.