Las fronteras exteriores abiertas dejan a España a merced de una Europa epidemiológicamente explosiva


De nuestro entorno, sólo Portugal y Reino Unido presentan mejores datos de incidencia que España
El espacio Schengen no se cierra por Semana Santa. Eso significa fronteras abiertas y reciprocidad: yo te dejo entrar a mi país y tú me abres el tuyo. Pero ¿tu país y el mío están en una situación epidemiológica equiparable? Porque lo que puede ser una buena idea para el turismo, puede no serlo desde el punto de vista epidemiológico. Con las fronteras europeas abiertas, España tiene mucho que perder y poco que ganar, ya que la mayoría de los turistas europeos que recibamos vendrán de países en peor situación que España. Sólo portugueses y británicos tienen mejores datos que nosotros. Y rusos, pero la conexión turística con ese preciado mercado (emisor de 1,3 millones de viajeros a España) se cortó en marzo de 2020.
Algunos países del espacio Schengen, como Bélgica, Hungría, Dinamarca, Noruega y Finlandia cierran sus fronteras a los viajes turísticos. Todos quedan descartados como destino y como destinatarios de turistas esta Semana Santa.
Los europeos que nos visiten lo harán por aire y con una PCR o test negativo, pero no todos serán controlados al pisar suelo español, (el 'coladero de Barajas' al que se ha referido como un mantra la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso). Al mismo tiempo, los españoles que salgan de nuestras fronteras irán directos a la boca del lobo, o casi. Eso sí: con PCR negativa y quizá, obligados a guardar cuarentena, como quienes opten por Austria, Eslovaquia o Eslovenia.
La porosidad de las fronteras internacionales, sumada a las restricciones de movilidad interior en la mayoría de los Estados constituyen la “incoherencia” que ha denunciado esta semana la Comisión Europea, que ha pedido limitar la movilidad a lo imprescindible ante el temor de que la Semana Santa reproduzca los errores de la Navidad y el verano, y desboque la pandemia en las próximas semanas. Esa incoherencia cierra las playas de Mallorca a un murciano (donde la incidencia es de 55 casos por cada 100.000 habitantes) y se las abre a un alemán de Leipzig, donde la incidencia multiplica por siete a la de las islas.
España, mal pero mejor que la media
Pese al momento crítico que vive España, su situación epidemiológica es envidiable comparada con los países de nuestro entorno. España es un oasis a los ojos del viajero europeo: una zona relativamente segura y con restricciones algo más laxas que en otros países. Con una incidencia acumulada a 14 días de 129,55 casos por 100.000 habitantes (una incidencia en alza suave pero constante, que vislumbra una cuarta ola), España sólo está peor que Portugal (con una incidencia de 71,2), Rusia (92,1) o Reino Unido (118,1), a quienes este martes el Gobierno ha levantado las restricciones.
En su último informe, el European Centre for Disease Prevention and Control, (ECDC) dibujaba este panorama.

Según los datos del ministerio Sanidad, el incremento promedio de casos en los últimos 7 días crece en todos los países europeos. La subida es casi imperceptible en Portugal y se dispara en Polonia, Turquía, Ucrania, Alemania o Austria.
Polonia es, junto a la República Checa, la zona más caliente de Europa en este momento. Un polvorín. Desde el 30 de enero, Chequia ha vetado la entrada de extranjeros, salvo "viajes imprescindibles y debidamente justificados". Aunque la incidencia apunta a la baja, se sitúa en los 1.396,2 casos por 100.000 habitantes (once veces superior a la incidencia española y más del doble que Melilla, que lidera el ranking nacional español con 514 casos). Polonia, por su parte, mantiene un incremento desbocado, con una incidencia de 716,4 y en ascenso imparable. Su incremento de casos semanal es del 32%.
Alemanes, italiano y franceses
¿Qué pasa con los alemanes que llegan a Mallorca? En Alemania preocupa sobre todo la tendencia ascendente con un incremento de casos semanal del 25,9%. Por eso, la canciller Angela Merkel anunciaba este martes que su país se enfrenta a una “nueva pandemia” y señalaba que “la situación es grave”. Anunciaba restricciones y cierre de comercios y pedía -sin prohibirlos- que se eviten los viajes turísticos. La incidencia acumulada en el país es de 199,1 (mejor que la Comunidad de Madrid, con 222,7, pero cuatro veces peor que Baleares (con una incidencia de 47 casos por 100.000 habitantes).
Si nuestros vecinos portugueses están en la zona fría de la pandemia, nuestros vecinos del norte, Francia, registran la tercera incidencia más alta de Europa -580,2, cuatro veces más que la media de España y el doble que la de Madrid- con un incremento de casos semanales del 19,8%. El atípico año pasado, se convirtieron en los principales turistas que nos visitaron (recibimos 3,8 millones). Este 2021, muchos han encontrado en la capital de España la ‘libertad’ –en forma de fiesta- que han perdido en su país.
¿Y los italianos? Si piensa en unas vacaciones en Roma, sepa que viajar a Italia es llegar a un país con una incidencia de 529 casos, -cuatro veces más que España- con una tendencia claramente al alza.
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