En la frontera con Francia todo sigue igual: libre circulación a pesar del estado de alarma

Las comunidades confinadas fronterizas con Francia no tienen competencia para cerrarlas e impedir el paso
Franceses y vascos siguen atravesando el paso fronterizo diariamente "con total normalidad"
El confinamiento perimetral del País Vasco, que entró en vigor este lunes, impide la entrada y salida de sus ciudadanos, salvo por motivos laborales o sanitarios, no sólo de su comunidad sino de su lugar de residencia. Sin embargo, no contempla el cierre de pasos fronterizos. En estos momentos, no existen controles policiales que impidan la circulación entre ambos territorios. Una circunstancia que se produce también en las fronteras de Aragón o Navarra por los mismo motivos. Y es que las comunidades autónomas no tienen potestad para cerrarlas. Únicamente lo puede hacer el Gobierno central.
“Estamos a la espera de que se pronuncien al respecto las autoridades competentes para asesorar a nuestros clientes de ambos lados de la frontera. Ahora mismo no hay impedimentos para entrar y salir porque la Ertzaintza solo puedo impedir el paso hasta Irún. Por otro lado, el decreto vasco no específica a qué se refiere con el libre movimiento por razones socioeconómicas. Por ejemplo, practicamente la mitad de la población que vive en Hendaya (Francia) hace la vida en el lado español. Aquí trabajan o realizan sus compras. Es muy complicado cerrar sin un estado de alarma nacional”, explica a NIUS Maite Varela, socia de la asesoría Myl Mugan especializada en derecho transfronterizo.
“Aquí nadie se aclara”
Aunque de momento se puede entrar y salir del país por cualquiera de sus fronteras sin incumplir ninguna de las restricciones de los distintos estados de alarma, la falta de concreción llena de incertidumbre a vecinos y comerciantes de ambos lados. “Recibimos cientos de llamadas de franceses para que les aclaremos si se pueden acercar a comprar y no sabemos qué contestar. Aquí nadie se aclara”, cuenta a NIUS Ainhoa, responsable de un negocio de licorería de Behobia, un barrio de Irún cuya principal clientela procede de Francia.

La sensación en los pueblos fronterizos es de “absoluta normalidad”. Colas de franceses para comprar trabajo en Behobia e irundarras que dan su paseo tradicional matutino por Hendaya atravesando los dos puentes que unen ambas localidades.
A la espera de que Francia se pronuncie sobre un posible confinamiento domiciliario, la frontera continúa “libre” con su habitual actividad.