"No somos héroes, somos víctimas", la dura realidad de los sanitarios por la crisis del coronavirus

Muchos sanitarios se plantean su futuro tras la crisis del coronavirus
Necesitarán ayuda de psicólogos especializados en catástrofes y emergencias
El doctor Gabi Heras asegura que no son héroes, sino víctimas del sistema
El día 30 de marzo fue uno de los más duros en la vida de Gabi Heras. Y eso que este sanitario está curtido en durísimas batallas. Pero cuando ese lunes se despertó, este intensivista de un hospital de Madrid, se emocionó pensando en su hija pequeña. Mara cumplía seis años y él no iba a poder estar con ella. Ni abrazarla. Ni darle un beso. Además, los datos de fallecidos de esa jornada, 849, incrementaron su sensación de angustia.
El doctor Heras estaba aislado en su casa, en la que vive solo. Todavía lo está. Allí lleva ya 10 días. Cuando sus compañeros de la UCI empezaron a toser y a encontrarse mal, supo que era cuestión de tiempo. Y así fue. Enseguida dio positivo en COVID-19. Desde entonces no ha salido de su vivienda. Ni ha visto a nadie. Tampoco a sus dos hijas.
No somos héroes, somos víctimas
“No somos héroes, somos víctimas”, dice Heras en conversación telefónica con NIUS mientras tose de vez en cuando.“No somos héroes porque nosotros elegimos voluntariamente nuestro trabajo y lo único que queremos es poder desarrollarlo de la mejor forma posible. Sin heroicidades, con profesionalidad. Y sí somos víctimas. Porque cuando uno va a una lucha tiene que ir con armas, con un escudo, con recursos humanos y técnicos para defenderse. Y en esta pandemia no hemos tenido suficientes. No los han puesto a nuestra disposición”.
Gabi Heras hace referencia a lo ocurrido en su propia Unidad de Cuidados Intensivos, pero sabe que ha sido algo generalizado. “Nuestro hospital fue el primero que diagnosticó un caso de coronavirus en UCI. Fue el 26 de febrero. Eso quiere decir que llevamos seis semanas sin parar. Las cuatro primeras las aguantamos más o menos bien porque teníamos material. Pero se nos acabó justo cuando llegó el mayor pico asistencial. Fuimos cayendo uno tras otro”.
Tenemos pesadillas, ansiedad, ataques de pánico…
“Mis compañeros tienen ansiedad, ataques de pánico”, continúa relatando el doctor Heras. “Estamos viviendo cosas muy duras” y nos pone como ejemplo la cruel historia de una antigua compañera suya. “Su padre y su madre dieron positivo por coronavirus e ingresaron en la UCI, donde ella trabaja de auxiliar. Allí se encontraron los tres. Su propia hija luchando por salvarlos. Pero fue imposible. Murieron los dos”. Y en ese punto, vuelve a repetir su reflexión. “Mi compañera no se considera una heroína y sí una víctima”.

Más ejemplos. El del jefe de la UCI de otro importante hospital madrileño. Un sanitario valiente, reconocido e incansable. Ahora tiene pesadillas continuamente. “Sueña que no tienen ni camas ni respiradores suficientes”.
El doctor Heras asegura que muchos sanitarios necesitan ya ayuda inmediata de psicólogos. "Tienen que ser especializados en catástrofes y emergencias para evitar que se multipliquen los casos de depresión y estrés postraumático de aquí a unos meses. Después necesitaremos psicólogos especialistas para dar continuidad asistencial".
Médicos que quieren dejar la profesión
La herida que está dejando el coronavirus es de tal dimensión que muchos sanitarios se plantean su futuro. Eva, médico de familia, está convencida de dejarlo cuando todo esto acabe. Rocío, intensivista, piensa lo mismo. Lourdes, enfermera, se asusta cuando la llaman heroína. Preferiría estar en casa y no en el hospital. Otros hablan de precariedad laboral, de enlazar contratos temporales o de reivindicar buenos salarios.
Todas ellos respondieron a un tuit que el 3 de marzo envió Alberto García-Salido. Este médico decía que estos días había pensado en muchas ocasiones que “ojalá hubiera sido otra cosa” y no intensivista pediátrico. Y recalcaba: “lo de llamarnos héroes adorna el marrón que nos estamos comiendo pero no llena las carencias de nuestra realidad”.
¿Si digo que soy intensivista pediátrico pero que estos días he pensado mucho que ojalá hubiera sido otra cosa me quita el carné de héroe? ¿Soy el único? Lo de llamarnos héroes “adorna” el marrón que nos estamos comiendo pero no llena las carencias de nuestra realidad.
— Alberto García-Salido (@Nopanaden) April 3, 2020
El hilo que se inició con ese tuit se ha llenado de comentarios de profesionales sanitarios relatando en primera persona los problemas del sector.
La humanización del sistema
“La humanización es la llave para arreglar el sistema”, asegura Gabi Heras. Él lleva años luchando por eso y encabeza el proyecto HU-CI, que pretende humanizar la asistencia sanitaria, especialmente en las Unidades de Cuidados Intensivos. Lo puso en marcha, hace seis años, tras escuchar los cambios sugeridos por los profesionales, los pacientes y las familias de las UCI.

Y estos días, él y sus compañeros, lo han podido poner en práctica. “Teníamos a un paciente que estaba muy mal y cuando llegó el momento avisamos a su hija, que es enfermera en otro centro hospitalario de Madrid. Ella se puso un EPI (Equipo de Protección Individual) y entró para acompañar a su padre y que no muriera solo. Cuando falleció, ella comenzó a aplaudir al equipo y nos dijo que lo hacía para darnos las gracias porque en su hospital nunca se lo hubieran permitido”.
Es uno de los recuerdos más emocionantes para el doctor Heras desde que se inició la crisis del coronavirus. Otro es el regalo que finalmente pudo hacerle a su hija Mara por el cumpleaños con el que se iniciaba artículo.

Tras explicarle su situación a un policía local de su localidad, Collado Villalba, el agente fue a la casa donde la pequeña vive con su madre y su hermana. Con la sirena encendida la felicitó de su parte. “Definitivamente somos víctimas. No pude ni abrazar a mi hija en su cumpleaños”.