El caso de Simona, la tiktoker abofeteada por su pareja: "Demuestra la normalización del maltrato que hay en la sociedad"

Simona recibió un tortazo de su marido cuando hacía un directo en TikTok y el vídeo se ha hecho viral
Aunque ha reconocido que no ha sido su única agresión, "me ha pegado dos palizas", ha dicho, sigue defendiendo a su pareja
Varios expertos explican a NIUS qué está sucediendo entre los jóvenes para que justifiquen la violencia de género
Hace unos días un presunto caso de violencia machista emitido en directo a través de TikTok hacía saltar todas las alarmas en las redes sociales. La presunta víctima recibía un bofetón cuando realizaba un directo con tres chicos. En un primer momento la joven, Simona, de nacionalidad búlgara, decía que la agresión provenía de su padre, pero después reconocía que quien le había propinado el tortazo era su pareja.
Ante el revuelo mediático salía en su defensa arguyendo que nunca había recibido maltrato físico ni psicológico por parte de él, aunque segundos después, al verse acorralada en otro directo de la red social, admitía que sí, pero que sólo le había pegado dos palizas, y excusaba su comportamiento argumentando que "a veces los hombres ven cosas que no les gustan y reaccionan así".
Con la agresión viralizada, la víctima y su pareja intentaban explicar en un nuevo vídeo que todo lo habían hecho por dinero y por conseguir seguidores. Una versión que no convencía a nadie. La policía decidía actuar de oficio y detenía al hombre el martes por la mañana. El acusado se negaba a declarar y Simona no solo no le denunciaba, sino que renunciaba a cualquier tipo de medida de protección, a contar con asistencia letrada, y a ser reconocida por el médico forense.
Finalmente se dictaminaba que el presunto agresor deberá ir a juicio el 21 de febrero después de celebrarse este miércoles un juicio rápido en el que la Fiscalía solicitaba un año de prisión, que el reo no aceptaba, por lo que no era posible dictar sentencia.
Ambos salían de los juzgados de la mano, y ella volvía a defender a su agresor a pesar de que el país entero ha visto cómo la golpeaba en directo. "La diferencia de este caso es que todos lo hemos visto, pero lo que muestra no es nada nuevo. Lo terrible es pensar que si la ha agredido en una situación tan espontánea de ocio, de relación de chicos jóvenes, expuesta a todas las miradas, cómo será el trato fuera de estas circunstancias", lamenta Miguel Lorente, uno de los mayores expertos en violencia machista. Exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 a 2011 y actualmente profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada.
"Aunque ella no haya denunciado lo que hay que hacer es condenar al agresor, porque la prueba existe, y luego hay que ayudarla, hay que atenderla, porque es evidente que le defiende porque psicológicamente está bajo los efectos del síndrome de mujer maltratada, tiene dependencia emocional, baja autoestima... hay que tratarla porque está atrapada por las circunstancias de la violencia", explica.
"Hay que tener claro que la postura de esta joven, el defender a su maltratador, es resultado de un proceso de dominio, de control, de culpabilización, de incluso chantaje emocional al que lleva sometida tiempo", indica Lorente. "Nadie acepta un bofetón ni le busca excusas el primer día de relación. Es consecuencia de haber escuchado muchas veces que es normal este trato si se porta mal, si hace algo que a él no le guste, y ha terminado integrándolo, interiorizándolo".
Normalización del maltrato
"Lo que demuestra este caso es toda la normalidad social que hay alrededor de la violencia de género", denuncia Lorente. Según el tercer Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia publicado este jueves por Unicef, el 15 % de los chicos considera que si la violencia es de poca intensidad no es un problema para la relación y un 7% de las chicas piensa lo mismo.
"Tanto los datos de Unicef como este bofetón de TikTok y su justificación por la víctima indican algo grave. Y es que se está cuestionando la violencia cuando es de alta intensidad, cuando hay un asesinato o una paliza fuerte, cuando la gravedad de los hechos está en la propia violencia, no en el grado o la intensidad que se utilice para resolver el conflicto por parte del agresor", aclara.
"En el caso de TikTok el hecho de que un tipo le pegue un bofetón a la chica porque está hablando con otros, o porque ha respondido a unas preguntas que él no quería o por lo que sea...eso es lo grave, el hecho de que te impongan una conducta con una amenaza de violencia o de usar más violencia", indica. "Y es muy triste porque parece que no hemos avanzado nada, me recuerda a cuando yo empecé a trabajar como forense hace años y las mujeres me decían: "Mi marido me pega lo normal, pero hoy se ha pasado", recuerda Lorente, "o mi marido nunca me ha puesto la mano encima pero es que yo tampoco le he dado motivo".
"Todo esto sucede porque hay una cultura androcéntrica machista rigiendo nuestra sociedad. No creamos que el machismo es conducta, no lo es, el machismo es cultura, y esa cultura entiende que los hombres tenemos una posición de referencia, que tenemos que mantener el orden y que tenemos que controlar a las chicas, y hace entender a las mujeres que los hombres, cuando somos dominantes, es porque somos muy machos, que las queremos mucho y que actuamos con nuestra hombría y nuestra virilidad y de esa forma generamos confianza, seguridad, protección en ellas... Al final el uso de la violencia lo único que viene es a corregir aquello que se considera que se ha desviado de esa manera de entender la relación", asegura Lorente. "La violencia de género es algo estructural porque nace de dentro. Es decir nace para mantener el orden. Una chica joven, una mujer, entiende que cuando el marido le pega es para recuperar el orden que se ha alterado como consecuencia de que ella ha hecho algo que está mal".
"El aumento de víctimas de violencia machista se está produciendo porque las mujeres están intentando cambiar esa cultura androcéntrica machista. ¿Por qué han matado esta semana a una mujer en La Línea de la Concepción? Porque ella quería separarse. Antes no las mataban porque se quedaban toda su vida en la relación, sometidas y dominadas por el hombre. Cuando eso se rompe es cuando comienza una violencia más explícita. Lo hemos visto en la pandemia, en el trimestre del confinamiento asesinaron a cuatro mujeres, que es el menor número de mujeres asesinadas en un trimestre de toda la serie histórica, por qué, porque sus parejas ya tenían el control, con el confinamiento y la limitación del movimiento", destaca.
El 20% de los jóvenes niega la violencia de género
El último Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia de Unicef también revela que 2 de cada 10 menores de 29 años niegan la existencia de la violencia de género. Datos casi clavados a los de otro estudio publicado en Noviembre, en este caso por el Centro Reina Sofía y la Fundación FAD Juventud, lo que confirma de manera sólida esta tendencia entre los jóvenes españoles. "Nos preocupa que el porcentaje de los jóvenes de entre 15 y 29 años que niegan la violencia machista no ha dejado de crecer en los últimos años. Minimizan, banalizan o niegan la violencia de género", reconoce Stribor Kuric, uno de los investigadores principales de este estudio.
¿Cuáles son las razones por las que estos jóvenes niegan la violencia machista o justifican este tipo de violencias? Kuric explica que es un fenómeno muy complejo que se compone de varias aristas y es muy difícil identificarlas todas. "Por un lado, el hecho de que se haya roto el consenso ante este tipo de violencia en el ámbito público y político, hay sectores de la sociedad que defienden que no existe la violencia de género o que no es una terminología adecuada y que por tanto no hay que darle especial visibilidad, es algo que antes no se veía con tanta normalidad".
"Por otro lado, el propio avance de los movimientos feministas en los últimos años ha generado una serie de rechazo en la sociedad, sobre todo en los hombres que han sentido que una serie de derechos que consideraban suyos, aunque fueran privilegios, ahora los han perdido, esto genera también rechazo y hace que se enquisten estas afirmaciones. Por otro lado, lo digital y las redes sociales han hecho que estos discursos se retroalimenten, que puedan encontrar un mayor altavoz y que faciliten la deshumanización de estas situaciones. Todo esto ha contribuido, sin duda, a que estas actitudes entre los jóvenes hayan proliferado en los últimos años", considera Kuric.
"En las redes se presenta muchas veces a los hombres en una situación de vulnerabilidad o de víctimas en el contexto actual basado en un discurso antifeminista con esta lógica de que el feminismo va en contra de los hombres o que están en una situación de desventaja en la sociedad actual. Un discurso nuevo que antes no tenían tanta cabida y que ahora ha ido permeando en el imaginario actual", lamenta Kuric.