Carmen, suspensa en la Escuela Oficial de Idiomas por ser sorda: “Tengo el mismo derecho a formarme”


Ella y otra compañera, ambas sordas y alumnas de la Escuela Oficial de Idiomas de Granada, no pueden completar sus cursos de inglés al no poder realizar las pruebas de 'Listening' y 'Speaking'
En repetidas ocasiones, han solicitado que se les adapten los exámenes a su discapacidad o se les exima de estas pruebas
Carmen Villanueva es sorda profunda, es decir, tiene una discapacidad auditiva superior al 65 por ciento. También es docente funcionaria que ejerce en un centro público de integración de alumnado sordo. Con una discapacidad que la acompaña desde que nació, sabe lo que es hacer frente a las barreras y, por eso, no se queda de brazos cruzados ante lo que considera “totalmente discriminatorio”, cuenta a NIUS.
Tanto ella como una compañera que se encuentra en su misma situación, denuncian que no han podido aprobar el curso de Inglés en el que están matriculadas en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Granada, por ser sordas. Ambas pasaron satisfactoriamente las pruebas de comprensión lectora y escrita. Sin embargo, no han podido presentarse al ‘Speaking’ (prueba hablada) ni al ‘Listening’ (prueba de escucha).
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Carmen nos explica que, ya cuando se matricularon en octubre de 2019, dejaron constancia por escrito de la necesidad de adaptar estas pruebas a su discapacidad. Una solicitud que, en repetidas ocasiones, han trasladado al centro. “Hay muchas maneras de adaptación como, por ejemplo, el subtitulado, la visualización de videos en inglés en vez de listening o la transcripción de la pronunciación de las palabras, en lugar de speaking”, enumera la profesora.
En caso de no poder realizar la adaptación, exige que se las exima de realizar esas pruebas y recuerda que hay antecedentes en España. “A un alumno sordo de La Coruña le concedieron la exención sin problemas y obtuvo el certificado de acreditación de la Escuela Oficial de Idiomas con mención de esas dos pruebas exentas”, apunta Carmen. De la misma manera, otro estudiante de Málaga obtuvo el B1 de la EOI con las adaptaciones que le concedieron.
Además, denuncian estas docentes sordas, han tenido que pagar de su propio bolsillo a un intérprete de lengua de signos durante la realización de los exámenes, después de exigirlo y no obtener respuesta. Para ellas, es vital a la hora de enfrentarse a una prueba para hacerlo en igualdad de condiciones. “Hemos tenido que pagarlo en dos ocasiones. Lo solicitamos a la jefa de estudios que nos evalúa, junto con el orientador de delegación de educación, pero nunca nos citaron”, señala.
“Para mí es muy importante sentirme dentro de este mundo, al igual que cualquier persona oyente, puesto que nuestra única diferencia es que no podemos oír, pero tenemos las mismas capacidades y valores que cualquier persona. Podemos trabajar y tener una accesibilidad universal gracias a la Lengua de Signos”, se lamenta Carmen que recuerda que, gracias a la Ley de Derechos e Igualdad de Oportunidades, “podemos acceder a la educación, al trabajo y a la comunicación”.
Carmen se siente desamparada. No entiende que esto pase en plano siglo XXI. “Tengo el mismo derecho que el resto a mejorar mis conocimientos en Inglés para poder comunicarme internacionalmente”, reclama. En el caso del alumnado sordo hipoacúsico, explica, suben el volumen de las pruebas de escucha, pero en sordera profunda como la de ella, eso no sirve. “No oímos ningún sonido”.
Desde la asociación de personas sordas, ASOGRA, apoyan y reivindican los derechos estas docentes sordas en su lucha para conseguir completar su formación en la EOI y acreditar sus competencias en un idioma. Del mismo modo, dicen, que se hace con la comunidad sorda en otros países extranjeros. “La sordera no debe ser nunca usada para este tipo de discriminación. La comprensión y expresión escrita debe ser valorada en igualdad de oportunidades”, señalan. De momento, ellas siguen suspensas en Inglés por sordas.