La 'ley trans' divide al feminismo: el 'borrado de mujeres' frente a la identidad de género como derecho


La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales apoya la norma porque "establece garantías jurídicas para salvaguardar las vulnerabilidades del colectivo trans"
Una parte del movimiento feminista rechaza el borrador por poner en riesgo todo lo conseguido en la lucha contra la discriminación de las mujeres
La Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans ha dividido aún más al ya dividido colectivo feminista. El borrador de la norma elaborado por el Ministerio de Igualdad recoge la libre autodeterminación de género. O lo que es lo mismo, que cualquier persona pueda cambiar su nombre y su sexo en el registro civil a partir de los 16 años con solo una declaración expresa sin el visto bueno de un médico. España permite desde 2007 cambiar el nombre y el sexo en el DNI sin necesidad de una operación quirúrgica de los genitales, pero sí se requiere el informe de un médico o un psicológico que diagnostique la transexualidad.
Lo cierto es que la ley que elabora el departamento de Irene Montero (Unidas Podemos) está generando un intenso debate que ya existía de antes pero que ahora se ha reavivado, incluso dentro del Gobierno de coalición. Una parte del feminismo está a favor. Pero otra parte, en el que están feministas históricas cercanas al PSOE, rechaza el borrador por poner en riesgo todo lo conseguido hasta ahora en la luchar contra la discriminación de las mujeres: la ley contra la violencia de género, las normas que establecen categorías deportivas por sexos, las de paridad en cargos y premios, las que establecen marcas físicas distintas en oposiciones o cárceles para mujeres y hombres.
Sí apoya la 'ley trans' la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, que ha participado en una parte del borrador de la norma. "Esta ley es un avance que sienta las bases pero tiene que seguir creciendo para que tenga todas las garantías jurídicas para salvaguardar y blindar las vulnerabilidades del colectivo trans y del colectivo LGTB", asegura su presidenta, Uge Sangil. "La ley no es novedosa porque ya se hace en once comunidades autónomas, donde no hace falta el consentimiento de un médico. Ahora nos falta un marco legislativo estatal para toda España", apunta.
Entre las que se encuentran en contra está el colectivo 'Contra el borrado de las mujeres', integrado por un centenar de asociaciones feministas. Su lucha es "eliminar todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas que resultan de la sustitución de la categoría de sexo por la de identidad de género". "Cuando el borrador de la ley habla de identidad de género afirma que es una vivencia interna. Es decir, que lo que se nos está diciendo es que las vivencias internas sobre el género determinan y definen nuestro sexo. De ahí que diga que la identidad de género no deba ser sometida a ningún proceso médico o de terapia hormonal. Pero si tú haces eso, acabas con todas las políticas de igualdad, porque el sexo es una categoría a través de la cual se ha canalizado la desigualdad entre varones y mujeres", señala su portavoz, Alicia Mirayes. "La identidad de género no es ningún principio político ni un derecho, es una creencia. Y ninguna ley pude regular las creencias íntimas de las personas", insiste.
Mirayes advierte, además, del peligro del sexo libremente elegido sin certificación ni proceso alguno. "Certificar algo no tiene nada que ver con patologizar algo. El hecho de que para cambiar de sexo tengas que pasar por unos procesos de certificación es una exigencia mínima para cualquier trámite en la vida con cierta transcendencia. Por eso es una ley discriminatoria y excluyente", explica.
Familiares de menores trans
También Chrysallis, Asociación de Familias de Menores Trans, ha participado en las mesas de trabajo con el ministerio para este borrador. "Lo más importante de esta ley es que recoge la autodeterminación de género, independientemente de la edad, y la despatologización de la transexualidad", señala su presidenta, Ana Valenzuela. Desde esta asociación no entienden la oposición de algunos colectivos feministas a esta ley. "Nos parece un discurso estéril y demagógico. La identidad de género no tiene nada que ver con la corporalidad de la persona. Cuando nacemos nos asignan un sexo en base a nuestras características corporales y ese sexo va en función de la norma establecida que es binaria, hombre y mujer. La identidad de género es el sentimiento que tiene cada persona cuando se pregunta quién soy yo, independientemente de lo que diga la norma establecida de si eres un hombre o una mujer", explica. Entre el 0,3% y el 0,5% de la población mundial es transexual, según la OMS. En España, el 63% de las personas trans aseguran haberse sentido discriminadas en algún momento a lo largo del último año, según la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Están también en contra del borrador la plataforma 'Confluencia Movimiento Feminista', con más de 55 organizaciones. Su objetivo urgente e inmediato, escriben en su página web, es impedir las iniciativas normativas que pretenden consagrar el concepto de "autoidentificación del género" en el sistema jurídico español. "Estas reformas legales son regresivas y es fundamental frenarlas para no perder la protección de los derechos específicos contra la opresión por razón de sexo, conquistados por la lucha feminista para todas las mujeres". Y añaden: "Con frecuencia vemos cómo transactivismo y blanqueamiento de la prostitución van de la mano. Nosotras no compartimos la idea mística de que el cuerpo sea algo disociado del ser humano. Nos oponemos a toda forma de mercantilización de nuestros cuerpos siendo, por tanto, abolicionista de la prostitución, de la pornografía y de los vientres de alquiler".
"Saber quién eres es una decisión íntima, que ningún psicólogo, psiquiatra o juez debe determinar", contesta Ugel Sangil. Y asegura que la polémica puede venir "por los miedos y para conseguir las garantías jurídicas para que esto se haga sin fraude de ley". "Con los años que llevamos, con la ley de 2007 y las de algunas comunidades autónomas esos miedos son infundados. Las garantías jurídicas estarán y se cumplirá el deseo que tenemos todas de ser autónomas y de que nadie nos patologice", asegura.
"Estos sectores que dicen que se va a borrar la figura de la mujer no entienden que aquí de lo que se trata es de que todas las mujeres que se identifican como mujeres son mujeres. Las mujeres trans sufren las mismas discriminaciones por el hecho de ser mujeres y, además, por ser mujeres trans. Se trata de derechos humanos, no hablamos de privilegios", insiste la presidenta de Chrysallis.