El despido de Raquel, única mujer en una empresa de conservación de carreteras: "Dicen que no tengo fuerza"


La joven, que ha estado un año contratada por la empresa concesionaria, denuncia que sus superiores nunca la han tratado igual que al resto y que no le ha renovado el contrato por ser mujer
Era la única mujer en plantilla en Andalucía y de las pocas en España, más allá de las que ocupan puestos técnicos o administrativos
El 70 por ciento de la plantilla está en huelga indefinida, desde hace una semana, en protesta
Hace un año que Raquel empezó a trabajar en el Centro de Conservación de Carreteras de Algodonales, en Cádiz. Como el resto de compañeros se ha encargado del mantenimiento de las vías: retirada de animales, ramas, señales de tráfico, restos de accidentes. Se convirtió en la única mujer en plantilla en Andalucía y de las pocas en España, más allá de las que ocupan puestos técnicos o administrativos.
Fue seleccionada entre un grupo de aspirantes como la más capacitada para el puesto. Durante estos meses, ha sido una más y ha descubierto que es un trabajo que la apasiona. Sin embargo, lamenta, nunca ha recibido el mismo trato que sus compañeros por parte de sus superiores y, cuando tenían que hacerle el contrato indefinido, no ha sido renovada.
“Estoy segura de que si la plaza la hubiera ocupado un hombre, ahora seguiría contratado”, explica a NIUS. Es lo que piensan también el resto de compañeros, un 70 por ciento de la plantilla, que están en huelga indefinida desde hace una semana en solidaridad con ella. “Ha sufrido discriminación, desde el principio. Se le han negado los cursos de formación y algunos de los equipos de protección. Lo más grave es que cuando ha intentando formarse por su cuenta se lo han prohibido”, asegura Antonio Moreno, compañero de trabajo y delegado sindical de CCOO.
Algo que Raquel corrobora. “Desde que entré he estado solicitando la formación para usar la moto sierra. Se me ha negado, al igual que el casco y los guantes correspondientes”, señala. Herramientas fundamentales en su trabajo. “Soy vigilante. Si estoy de guardia, sola, por la noche y se cae un árbol en mitad de la carretera tengo que cortarlo y no llamar a alguien para que haga un trabajo que me corresponde a mí”, explica.
Asegura que, en varias ocasiones, un superior la ha relevado de una función que le correspondía hacer como al resto de compañeros para derivarla a otra. “¿Qué haces aquí? Tú, a quemar. No quiero que cojas la moto sierra, que te cortas”, asegura que le han contestado. “Eso no se lo han dicho a nadie más aquí, solo a mi”, lamenta.
Además, Raquel asegura que ha tenido que lidiar con comentarios que no se corresponden con la realidad. “Que si no tengo fuerza, que si estoy todo el día quejándome, que si yo no puedo quitar animales de la carretera. No es verdad. He quitado animales a cualquier hora del día, he ido a accidentes, averías, señales de tráfico. Todo igual que mis compañeros. Lo único que no he podido coger es la moto sierra porque no me han dejado y llevo un año pidiéndola”, se queja Raquel que invita a que miren sus partes de trabajo para comprobar que ha hecho lo mismo que el resto.
“Es una trabajadora excelente. Había que pararla de las ganas que le ponía. Muchas veces le he tenido que decir que lo dejara que terminábamos al día siguiente”, señala su compañero que no entiende, al igual que el resto de la plantilla, por qué no ha sido renovada en una plaza que sigue existiendo.
Su contrato finalizó el 28 de febrero. Desde entonces, Raquel se ha quedado en una situación complicada, con su pareja en ERTE de autónomo y una niña pequeña. “Me dieron la oportunidad de entrar, pero me la están quitando”, lamenta. Un nuevo empleado, hombre, ha ocupado su puesto tras otro proceso de selección en el que se ha incluido, como requisito, tener carnet de camión. “Ningún vigilante lo tiene, salvo yo“, asegura Antonio.
La empresa ha abierto una investigación
Desde la empresa, concesionaria de la Junta de Andalucía, hablan de “tolerancia cero” con este tipo de conductas y aseguran que se ha abierto una investigación para conocer lo que ha ocurrido.
Juanjo Alarcón, director de conservación, señala que el contrato de Raquel finalizó a finales de febrero y que, a raíz de Filomena, advirtieron de una carencia de carnet de camiones para manejar los quitanieves, por lo que se abrió un proceso de selección para ocupar ese puesto. “Teníamos que buscar un perfil con carnet de camión. Su contrato, simplemente, vencía y las nuevas necesidades eran otras otras”, explica.
Respecto a la formación que le ha sido negada, la empresa lo achaca a la pandemia y a su paralización durante el 2020. “De la misma forma, no se le ha dado equipo de protección porque si no sabe usar esa herramienta no es necesario. No es un tema discriminatorio, si no formativo”, asegura.