Indara recibe el alta tras nacer en la semana 24 y pesar 600 gramos: "Ha sido un regalo de la vida"


Su madre, Noemí, sufre diabetes tipo 1, lo que provocó que el parto se adelantara
El bebé pesó 610 gramos pero bajó hasta los 485 al poco de nacer. Recibió el alta pesando 2,300 gramos.
Noemí confiesa que cuando la vio por primera vez pensó: "Esta niña sale adelante"
La palabra Indara proviene de la India y es uno de los nombres que le dan a la diosa Lakshimi, esposa del dios Narayan. Significa amor incondicional hacia cualquier ser querido. El mismo sentimiento recíproco, sin importar las consecuencias ni las decepciones y también, cómo no, el enorme cariño que el bebé ha recibido por parte de su padre, Alejandro, de 27 años de edad, y de su madre, Noemí, de 28 años, desde el mismo momento que supo que estaba embarazada.
"Ha sido un milagro que nos ha regalado la vida", dice ilusionado Alejandro. Hacía un año que Noemí sufrió un aborto, por lo que para ellos fue toda una sorpresa que volviera a quedarse embarazada el pasado mes de enero, ya que Noemí sufre diabetes tipo 1.
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La joven pareja es natural de Puerto Llano (Ciudad Real), pero se trasladaron a Almería hace tres años después de que Alejandro encontrara trabajo en una empresa de mármoles. Confiesan que han vivido "con mucho miedo" todo el embarazo, pero no perdían la ilusión de ser padres y "formar una familia, nuestro mayor deseo", coinciden en señalar. A su angustia por sufrir un segundo parto, la pandemia del coronavirus les sobrevino de forma inesperada y "durante todo este tiempo ha sido y sigue siendo un sin vivir", se sinceran.

Debido a las hemorragias que sufría Noemí, tuvo que ser ingresada el 9 de junio en el Hospital Huercal-Olvera a las 23 semanas y cuatro días de gestación. Ese mismo día fue trasladada al Hospital Materno Infantil de Torrecárdenas, porque presentaba una fisura de la bolsa en el útero. Tres días después nacía Indara, en la semana 24 de gestación de su madre. Pesó 610 gramos al nacer y se quedó en 485 gramos posteriormente, debido a que cogió una infección en la UCI, donde estaba ingresada en una incubadora, ante la falta de defensas de su organismo.
La primera sensación que tuvo su madre nada más verla, es que su hija "salía adelante", mientras Alejandro, también esperanzado, aunque entre lágrimas, pensaba "que la naturaleza decidiera por el desarrollo normal de Indara".
Noemí recuerda con especial cariño a la pediatra que la trató, Ana Armenteros, que la animaba para que confiara en la fortaleza de Indara. "Siempre me repetía que un día más era un día menos para que mi hija pudiera recuperarse a pesar de que no estaba formada del todo y, sobre todo, me insistía en que confiáramos en ella". A pesar de los duros momentos vividos, Alejandro y Noemí se compenetran a la perfección y se daban apoyo mutuo cuando uno de los dos estaba más decaído.
'Método canguro'
Cuando Noemí recibió el alta hospitalaria, no dudaron en cambiar de residencia, de Albox, a un piso lo más cercano al hospital, en Viator, donde desde las diez de la mañana hasta las once de la noche estaban cerca de su hija y podían visitarla en los horarios establecidos por el centro hospitalario. En esos días, Noemí descubrió el 'método canguro', que le explicaron los médicos, que consiste en estar madre e hija piel con piel sobre su pecho, a pesar de seguir conectada a la incubadora. "Parecía la niña burbuja", comenta conmovida.
Poco a poco Indara fue cogiendo peso hasta recibir el alta del Materno Infantil con más de 2,3 kilos y en perfecto estado de salud el pasado 18 de septiembre. Para esta especial despedida, el equipo de pediatras y enfermeros de la UCi del Materno Infantil del Hospital Torrecárdenas, que han cuidado y mimado durante más de tres meses a la niña, preparó una entrañable fiesta para la pequeña Indara, a la que se unió el director gerente del centro hospitalario, Manuel Vida, y de parte de su equipo directivo. "Yo llevaba un gran globo en el que grabé "Indara se va a casa", pero no me podía imaginar que los médicos y enfermeros tuvieran también globos de colores y una gran pancarta en la que se podía leer:'Indara 24', que fue la semana en la que nació", relata entusiasmada.
Globos de colores y una pancarta con "Indara 24" despidieron a la bebé el equipo médico de la UCI del Hospital Marteno Infantil de Torrecárdenas el día de su alta hospitalaria
Indara, que ya pesa 2,6 kilos, no presenta ningún tipo de deformación física, aunque tendrá que ir una vez a la semana al hospital a revisión. "La palabra felicidad es poco con lo que sentimos en estos momentos", dicen sus padres. "Es una niña muy ruisueña y sobre todo muy luchadora".
De hecho, en el hospital la llamaban "superwoman" y así la disfracé el día que le dieron el alta", afirma su madre, quien quiere agradecer al equipo de pediatría que trataron a su hija: Marisa Aguilera, Esther Aguilera y Verónica Campos. "Ha sido un duro camino con un final muy dulce" comenta Noemí, quien quiere animar a las madres con bebés prematuros "que no tengan miedo a coger a sus hijos y que sigan el método canguro para que haya una conexión especial entre ambos, aunque el virus de la covid-19 siga ahí".