No todos los refugiados son de Ucrania: llega a España la mejor jugadora paralímpica de baloncesto de Afganistán


La atleta tenía un salvoconducto del Ministerio de Exteriores para salir del país
"Desde que los talibanes atacaron Kabul mi vida ha cambiado por completo", asegura
Algunas de estas jugadoras quedaron en silla de ruedas por los misiles lanzados por los talibanes
"Estoy muy feliz. Es fantástico", dice Latifa Sakhizadeh al llegar al aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid. Apenas se le ven los ojos entre el hiyab que le cubre la cabeza y la mascarilla que le tapa el rostro. Son negros, rasgados y brillantes. Se intuye una gran sonrisa. Tiene 26 años. Era la mejor jugadora de la selección paralímpica de baloncesto de Afganistán. La capitana del equipo era Nilofar Bayat, que fue evacuada el pasado mes de agosto en el segundo vuelo con refugiados del gobierno español. Las dos tenían un salvoconducto del Ministerio de Exteriores pero en medio del caos y de las aglomeraciones Latifa no pudo escapar.
"Antes de los talibanes mi vida era muy buena pero desde que atacaron Kabul me ha cambiado por completo. Ahora mi mente no está bien. Es peligroso y tengo miedo", relata a Nius en inglés. Han estado entrenando de forma clandestina durante los últimos meses. En este viaje le acompañan su hermano Mohammed y con Aruza, una amiga suya, jugadora de voleibol.
A las tres de la madrugada han salido del aeropuerto de Islamabad (Pakistán) y han hecho escala en Doha (Catar). Doce horas más tarde han aterrizado en Barajas. Les ha recibido un voluntario de la Cruz Roja que les ha acompañado hasta un centro de acogida de la Comisión Española de Ayuda al refugiado (CEAR) donde se alojarán por el momento.
"Yo tenía pasaporte porque estaba en el equipo nacional pero muchas personas no tienen. El resto de mi familia, mi madre, mi hermano mayor y mis sobrinos se han tenido que quedar en Kabul. Estoy muy preocupada por ellos. También hay chicas esperando en Pakistán para que les concedan un visado español y otras ocho jugadoras no han podido salir de Afganistán", se lamenta. También agradece toda la ayuda de las personas que han hecho posible este viaje formando una cadena humanitaria de forma anónima, altruista y desinteresada.
Derechos restringidos
"Con los talibanes las mujeres no podemos estudiar, ni hacer deporte. A mí me han parado por la calle porque no llevo burka ni un vestido hasta los pies. Las artes también están prohibidas. Yo estaba acostumbrada a entrenar, a viajar por el mundo", cuenta Latifa.

Molavi Hamdullah Nomani es el alcalde de Kabul en la actualidad y el encargado de la "nueva normalidad" en la capital. Durante los últimos 20 años, mientras los aliados permanecieron en el país, las mujeres habían avanzado, consiguiendo acudir a los colegios y a la universidad e incluso ocupar altos cargos de responsabilidad en las instituciones y la política.
Pero desde que los extremistas islamistas llegaron el poder, han restringido sus derechos. Ya no les permiten ocupar estos puestos "salvo que no puedan ser realizados por ningún hombre". Aseguran que están estudiando medidas más inclusivas de cara al futuro. Pero incluso han impuesto un código de vestimenta para las mujeres.
Futuro esperanzador
Ahora Latifa busca una segunda oportunidad para continuar su carrera profesional. Le gustaría ir a Bilbao, donde Nilofar recibió una oferta del equipo femenino Bidaialdeak BSR, después de que sus movilizaciones pidiendo ayuda llegaran hasta la Federación Española de Baloncesto. La atleta juega en el club y vive con su marido en la ciudad, donde ya están integrados.

"Es la primera vez que estoy en España y todavía no sé a dónde voy a ir. Quiero seguir entrenando, hacer deporte, jugar y también estudiar", dice Latifa. Antes de seguir quiere remarcar: "Espero que el mundo no se olvide de las mujeres de Afganistán". Mujeres con una vida difícil y más en casos como el de estas atletas, discapacitadas, muchas en silla de ruedas desde que eran pequeñas, por culpa de las bombas lanzadas por los talibanes.