Jesús, en paro por la COVID-19: "La crisis se ha cebado con personas con discapacidad como yo"


Según un estudio de la Fundación A LA PAR, la pandemia ha destruido un 80% de empleos de profesionales con discapacidad intelectual respecto a 2019
También ha aumentado la temporalidad de sus contratos
Ante este panorama, la organización alerta de que los meses de otoño "pueden ser letales" para este colectivo
Jesús Urgel tiene una discapacidad intelectual del 65%. En octubre de 2019 consiguió su primer empleo y en marzo la pandemia se lo arrebató. "Nos confinaron a todos, me metieron en un ERTE y así he estado hasta ahora, que ha cumplido mi contrato, y no me han renovado", cuenta el joven de 26 años a NIUS.
Como él, miles de personas con discapacidad intelectual han perdido su empleo desde el inicio de esta crisis sanitaria. Un estudio reciente de la Fundación A LA PAR, que gestiona contratos labores de este colectivo, lo confirma. "El coronavirus ha destruido un 80% de empleos de profesionales con discapacidad intelectual entre marzo y agosto de este año", asegura Elena Rincón, directora de la oficina de empleo de esta fundación.
"Yo estoy entre ellos. Me ha tocado a mi", comenta Jesús con resignación. "El trabajo que yo hacía era presencial, no se puede hacer desde casa, y me imagino que por eso han decidido no contar conmigo", reconoce, antes de enumerar con orgullo todas las tareas que tenía encomendadas: "Trabajaba como administrativo en recepción de valijas, reparto de correspondencia, búsqueda de facturas, tanto electrónicas como en papel, y también hacía funciones de recepcionista".
"Es precisamente este perfil de Jesús el que ha desaparecido con la COVID", apunta Rincón. "Antes, la mayor parte de los contratos que hacíamos para personas con discapacidad eran como administrativos, ahora los pocos que se hacen son de limpieza", añade. "Para cubrir los extras que estas empresas necesitan por el tema de la desinfección".
La Fundación A LA PAR gestionó el año pasado, desde marzo a agosto, 96 contratos. Este 2020 apenas una veintena. "Y los datos de septiembre son para echarse las manos a la cabeza. Solo dos nuevos contratos", informa. "Las condiciones también han empeorado, de contratos de un año se ha pasado a otros muy temporales, casi puntuales, de apenas unos meses".
A pesar de los datos Jesús no se rinde y se ha puesto de nuevo a buscar empleo, "Quiero trabajar, no me importa que tenga que ser con mascarilla", asegura. "La empresa en la que estaba me ha dicho que estaban muy contentos conmigo y que a lo mejor, cuando se acabe la COVID me llamarán otra vez. Ojalá porque mis compañeros me trataban muy bien y el trabajo me encantaba", explica.
Pero sabe que el final de la crisis aún queda lejos y que en estos momentos tan difíciles su discapacidad le resta posibilidades. "La crisis se ha cebado con personas como yo. A los discapacitados nos está afectando mucho más. Si ya hay un montón de gente que está perdiendo sus trabajos, imagínate nosotros", lamenta.
Ante este panorama la Fundación alerta de que los meses de otoño "pueden ser letales" si no se pone el foco en la especial vulnerabilidad de los trabajadores con discapacidad intelectual. "Las empresas están en otra. Ni se plantean el tema de la contratación", subraya Rincón. "Estamos haciendo procesos de sensibilización para animarlas, pero vemos que la cosa está muy complicada".
La destrucción de este tipo de empleo, denuncian, tiene un doble impacto: "por un lado, la propia destrucción del empleo en sí misma, y por otro, que los sectores vulnerables retornana al circuito asistencial volviendo a depender de la administración".
Para darle un vuelco a la situación están echando mano de la imaginación, adaptándola a las necesidades del momento. "Hemos creado para este colectivo una nueva formación, un curso de agente covid, porque ahora muchas empresas precisan de esa figura que esté pendiente de que se cumplan los protocolos de seguridad, la distancia en las filas, las mascarillas, el gel, etc y creemos que los discapacitados podrían hacerlo muy bien", asegura.
Jesús ya nos ha adelantado que él está dispuesto a hacerlo. "Toca reinventarse", sentencia, "como a todos".