Localizan en Muxía a un furtivo que extraía marisco con un torpedo submarino


Se trata de un propulsor que le permitía desplazarse más rápido y sumergirse a más profundidad para no ser descubierto
El furtivo se lanzó al mar para intentar escapar de los vigilantes, pero fue localizado e identificado por la Guardia Civil tres horas después
El día del Pilar era una jornada de descanso para los mariscadores de Muxía (A Coruña). Nadie iba a salir al mar. Por eso, cuando varios vecinos del pueblo vieron a un hombre vestido con un traje de neopreno sobre unas rocas se encendieron todas las alarmas. Alertaron inmediatamente a la cofradía de pescadores. Estaban seguros de que se trataba de un mariscador ilegal. Cuando un guardia y varios percebeiros se desplazaron al lugar cogieron al furtivo in fraganti. Estaba saliendo del agua. Llevaba un saco de percebes en la mano. Además, había dejado sobre las rocas un artilugio.
Cuando se acercaron a él, el furtivo se lanzó al mar con el marisco. Según estiman, unos 30 kilos del mejor percebe. Lo que no se llevó con él fue el aparato que había dejado sobre las piedras. Se trataba de un torpedo submarino. Un mecanismo de propulsión que demuestra el nivel de sofisticación con el que actúan los furtivos en las costas de Galicia.
Porque el aparato no solo permitía al buzo desplazarse con mayor rapidez, alcanzando velocidades de hasta 30 kilómetros por hora. También le permitía sumergirse a mayor profundidad y pasar desapercibido ante los ojos de los vigilantes.
Un constructor identificado cinco años antes
Pese a que se lanzó al mar con la intención de escapar, el furtivo fue localizado e identificado por la Guardia Civil tres horas después de tirarse al agua. Fuentes de la Cofradía de Muxía confirman a NIUS que el furtivo es un vecino de Gondomar (Pontevedra) que hace cinco años ya había sido localizado en la zona extrayendo marisco de forma ilegal. Se trata de un hombre que, por aquel entonces, tenía una empresa de construcción y cinco coches a su nombre.
Tanto el torpedo como parte del equipo de buceo que llevaba el furtivo ha podido ser incautado. Lo que no se ha recuperado es el saco con los percebes. Habían sido extraídos de una zona especialmente sensible y vedada, a la que los mariscadores solo suelen acceder unos días contados al año. En esta ocasión, tenían pensado permitir la extracción para la campaña de Navidad.
Los percebeiros de Muxía piden a otras cofradías que estén atentos ante la proliferación de este tipo de artilugios. También piden que se aplique la ley y que se castigue a los ilegales con multas ejemplarizantes.
No es la primera vez que se localiza a un furtivo con un artilugio similar. En junio del año pasado un hombre fue apresado en Arteixo (A Coruña). Empleaba un equipo profesional de submarinismo y un torpedo submarino para desplazarse bajo el agua varios kilómetros e, incluso, dejaba fondeado parte del material que extraía para no levantar sospechas. Se calculó entonces que, con aquel modus operandi, podía obtener entre mil y cinco mil euros de beneficio en una sola jornada.