Madre de Carlota, 4 años: "Moveré cielo y tierra para que a mi hija no le amputen las extremidades"


Una infección generalizada en la sangre, a consecuencia de una bacteria, le produjo un shock séptico que paralizó sus órganos y ha dañado sus extremidades
El doctor Cavadas afirma que podría conservar las piernas y una de las manos
La familia pide ayuda para hacer frente a los gastos de la operación
Hay que amputar piernas y manos. ¿Cómo asimilar esta frase cuando la paciente es una niña de apenas 4 años? ¿Cómo digerir que no podrá volver a saltar o correr? Es el calvario que vive, desde hace cuarenta días, una familia de Velez-Málaga.
Para Marina y Jairo, sus padres, la vida se paraba en agosto, cuando la pequeña Carlota ingresaba con una infección generalizada en la sangre, a consecuencia de una bacteria. Esto, a su vez, le producía un shock séptico que paralizaba sus órganos. "Fue de repente, ella estaba sana hasta el día de antes", cuenta a NIUS Marina.
Lo que viene después es mes y medio en la UCI, sedada, con respiración artificial y hemodiálisis. Y tras la lucha, la peor de las secuelas. La falta de riego sanguíneo ha dañado sus extremidades. "Hay que amputar", repite a NIUS Marina. Y la frase vuelve a caer como una losa en mitad de la conversación. Para estos padres malagueños, fue el peor día de sus vidas.
El único rayo de luz en la desesperación está a 600 kilómetros, en Valencia, en la clínica del prestigioso doctor Cavadas. Tras pedirle una segunda opinión, el conocido como doctor milagro cree que no está todo perdido. Les asegura que es altamente posible conservar las piernas y la mano izquierda. "Así podría volver a saltar, jugar, bailar, coger una muñeca o cepillarse los dientes", se consuela Marina y su voz vuelve a llenarse de vida al enumerar la, hasta ahora rutina, que tanto anhelan.
Pero esta familia humilde no puede hacer frente a los gastos del tratamiento y la operación. Por eso, piden ayuda, a través de su pagina de Facebook. El tiempo juega en contra. Cada día, la pequeña Carlota corre el riesgo de que alguna de sus extremidades se infecte por la necrosis. "Querían amputarla el 4 de septiembre y conseguimos un plazo de 15 días, pero el tiempo se acaba", se lamenta.
Están a la espera de que les den presupuesto total de la intervención, aunque los gastos variarán mucho, en función de la recuperación de la pequeña, por eso necesitan un colchón económico. Marina, a la que la pandemia ha dejado en paro, asegura que moverá cielo y tierra para salvar las manos y las piernas de su pequeña. Cada día, cuenta.