“Hay que matar al bicho como sea”: la lucha de los que donan su plasma para derrotar al coronavirus

El doctor Roberto Siljestrom Gasset ha superado el coronavirus y ahora su plasma hiperinmune puede ser de gran utilidad para recuperar a otros enfermos
El Hospital Puerta de Hierro Majadahonda coordina un ensayo clínico en el que participan 278 pacientes
El plasma hiperinmune es una terapia de aplicación casi inmediata frente a los largos plazos que requiere una vacuna
Él también tuvo esa sensación extraña en el pecho. Esa falta de aire que le asomó al peor escenario posible. Ese miedo de ser el siguiente en la lista. Porque en la soledad de su habitación, el intensivista y anestesista Roberto Siljestrom Gasset sufrió como cualquier otro paciente del COVID-19. Además tuvo dolor de cabeza, dificultad para respirar, pérdida del apetito, del gusto y del olfato… Pero incluso en el peor momento de su cuarentena tuvo claro que, si salía adelante, iba a luchar contra el coronavirus de todas las maneras posibles. Hasta con su propia sangre. Y es lo que ha hecho. Este sanitario, de 46 años, ha donado su plasma hiperinmune para ayudar a la curación de otros enfermos en el ámbito de un ensayo clínico.
“Te sientes muy impotente. Enjaulado en casa en lugar de estar luchando en primera línea. Por eso, en cuanto me levantaron el aislamiento, pensé: hay que ayudar a matar al bicho como sea. Y una de esas formas es inoculando mi plasma”, explica este médico del hospital Puerta de Hierro de Madrid.
Es como una manera de decir: esto y lo que haga falta. Hay que parar al coronavirus como sea
Fue el primer día después de la incorporación. Siljestrom se cruzó por los pasillos con el doctor Bueno Cabrera, uno de los coordinadores del ensayo, que le dijo que en unos días lo ponían en marcha. Y el intensivista no lo dudó. “Es como una manera de decir: hago esto y lo que haga falta. Porque hay que parar al coronavirus como sea. Además, donar el plasma no es ningún calvario. Hay muchos pacientes que han superado la COVID-19 y que lo están haciendo, entre ellos muchísimos compañeros sanitarios. Es muy sencillo, es como si te sacaran sangre, pero tarda un poco más de tiempo, unos 60 minutos”.
Y qué se hace con el plasma hiperinmune
Ese plasma hiperinmune de los pacientes recuperados es extremadamente importante, porque contiene los anticuerpos que han vencido al SARS-CoV-2. Así que una vez que se ha realizado la extracción, el siguiente paso es la transfusión a los que en ese momento están luchando contra el virus. Lo que se pretende es muy sencillo y valioso a la vez y es que los anticuerpos del paciente ya recuperado ayuden a que el nuevo enfermo consiga derrotar al coronavirus.

En qué puede ayudar el plasma
“Es una estrategia de tratamiento que se ha realizado en muchas infecciones víricas graves, y la hipótesis de nuestro estudio es que en el caso de pacientes ingresados con COVID-19, el plasma de enfermos ya recuperados puede ayudarles a eliminar el virus, a minimizar el daño de la infección y a mejorar los resultados del tratamiento”, explica Rafael Duarte, jefe de Hematología del Puerta de Hierro. “Si los resultados del estudio son positivos, el tratamiento se podrá aplicar en todos los hospitales del sistema de salud”.
Quién forma parte del ensayo
En un primer momento forman parte del ensayo clínico 278 pacientes de 20 hospitales diferentes de toda España. Todavía es pronto para conocer si es un éxito, pero tres estudios realizados recientemente en Corea del Sur y China muestran resultados muy esperanzadores. Además, se puede aplicar de manera casi inmediata frente a los largos plazos necesarios para encontrar una vacuna o un tratamiento farmacológico concreto.
Donar tu plasma y ayudar a otros pacientes es una forma de recompensar tu sufrimiento
Para el doctor Siljestrom, donar el plasma ha sido “una forma de recompensar lo mal que lo has podido pasar durante el aislamiento y sentir que el sufrimiento ha merecido la pena. Estás ayudando a otros a no caer más hondo en la enfermedad”. Él empezó a notar síntomas al principio de la pandemia pero pensó que su hija pequeña le había contagiado la amigdalitis que tenía. Pero el 11 de marzo le confirmaron su positivo. Antes del aislamiento ya pudo asistir a la llegada masiva de enfermos y comprobar cómo la Unidad de Cuidados Intensivos donde trabaja tenía que multiplicar sus medios. Tuvo que ser un cuarto test el que confirmara que había superado el coronavirus y que, veinte días después, podía volver al trabajo. “Ahora me he encontrado que la situación es un poco mejor pero sigue siendo muy complicada”.

El intensivista le quita importancia al gesto de donar plasma. "Es algo muy fácil de hacer. Estoy seguro de que lo haría cualquier enfermo al que se lo hubiesen pedido. No es doloroso ni supone ningún riesgo. Lo que de verdad tiene mérito es el esfuerzo y sacrificio de centenares de compañeros sanitarios que, tras jornadas durísimas en el hospital, se van como voluntarios a trabajar a IFEMA o a residencia de ancianos. Eso sí que tiene mérito", explica el doctor Siljestrom en un descanso de su guardia. Y termina dejando claro que tiene al coronavirus entre ceja y ceja. “Estoy de vuelta para recuperar el tiempo perdido”.