El aire que respiramos en casa está más contaminado que el de la calle

La falta de ventilación provoca una concentración grande de CO2, gas que nosotros mismo producimos cuando respiramos
Utilizar pinturas minerales, alfombras y cortinas de algodón y suelos de madera también reduce la contaminación del aire del hogar
Nada escapa a la contaminación, ni siquiera el aire que respiramos en el interior de nuestra casa, con índices que en ocasiones superan al de la calle. Así lo han advertido varios expertos, que corroboran que la mayoría de los productos de limpieza del hogar contienen ingredientes capaces de dañar ecosistemas y también "la salud de los seres humanos".
"La falta de ventilación provoca una concentración grande de CO2", advierte Carles Surià, consultor en biohabitabilidad e ingeniero experto en la calidad del aire. Nosotros mismos lo producimos al respirar, y si se le añade el que produce el uso de disolventes para la limpieza, podrían provocarse alergias o irritaciones en los ojos y las mucosas. Por tanto, convivimos en el hogar con contaminantes que dañan a la salud. Surià ha asegurado que muchos problemas de asma podrían producirse derivados de esa contaminación "invisible" que se cuela en el hogar.
"Todos somos responsables de la contaminación del aire en el interior de nuestras viviendas" y añade que en la mayoría de los casos se trata de "contaminación biológica invisible a los ojos, como ácaros y hongos", pero también puede proceder de humedades bajas o de la presencia de mobiliario y telas sintéticas.
Suelos, alfombras y colchones, los más peligrosos
El experto señala que uno de los elementos más perjudiciales es el gas radón, segunda causa del cáncer de pulmón, que está presente en suelos graníticos o con arenisca. Es además uno de los materiales más contaminantes.
En la misma línea se manifiesta la periodista y defensora de la salud holística Beth Greer, autora del libro La casa natural, quien asegura que moquetas y alfombras desprenden gases que pueden causar dolores de cabeza y secreción nasal. El "olor a moqueta nueva" tiene que ver con el látex, la acetona y otras sustancias consideradas peligrosas.
El dormitorio se convierte en un alto foco de contaminación. Los colchones sintéticos también liberan gases y químicos en el aire que se inhala durante la noche, por lo que se recomienda que no contengan poliuretano, poliéster o poliestireno. Además, si en él conviven una televisión, el teléfono móvil o el ordenador, la sala se convierte en un "hervidero electromagnético".
Falta de legislación y de información
Para evitar este ambiente de malestar, que puede resultar en un principio de origen desconocido para un paciente, Surià recomienda principalmente ventilar la casa, aunque otras medidas como utilizar pinturas minerales, suelos cerámicos o de madera y alfombras y cortinas de algodón también son efectivas.
Surià concluye que existe una falta de legislación y de información sobre la contaminación en interiores, sobre los riesgos que ésta provoca y sobre cómo actuar. Un consumo "consciente", adquiriendo productos naturales e instalando extractores en baños y cocinas "son algunas de las soluciones" para disminuir los efectos sobre el cambio climático y para mejorar nuestra salud.