La Cumbre del Clima retrasa su clausura: baile de borradores y negociaciones atascadas, después de dos semanas

La presidencia chilena de la cumbre ha presentado ya tres borradores para tratar de conseguir un acuerdo
La COP25 sigue dividida entre quienes exigen más ambición y quienes se niegan a presentar nuevos compromisos
Las ONGs califican de "vergüenza", "traición" e "inaceptable" lo que está ocurriendo
"Ambición, ambición, ambición". Es lo que pedía la presidenta chilena de la COP25, Carolina Schmidt, a los 197 países al comienzo de esta Cumbre del Clima. Ahora, se le ha vuelto en contra. No hay consenso todavía en torno al acuerdo que ha de salir de esta cumbre. Y no lo hay porque son muchos los países que se quejan de falta ambición en los borradores que propone la presidencia.
El acuerdo debería reflejar un aumento en los compromisos para luchar contra el cambio climático por parte de todos los países, ése era el objetivo. Y todos es todos. También EE.UU., China o Brasil, que se niegan en rotundo y no se han movido un ápice de donde estaban.
Por eso, los que sí están actuando y comprometiéndose más, protestan. El problema es que en estas COP el acuerdo debe ser aprobado por unanimidad. Y así, no hay forma. No obstante, la presidencia chilena asegura que no se plantea la suspensión de la cumbre, tras ser preguntados ya por esa posibilidad.
De hecho, trabajan ya en un tercer borrador de acuerdo que, aseguran, "es mucho más ambicioso que los anteriores. Nosotros solo somos un puente, somos facilitadores, pero si no hay consenso entre las partes, no hay consenso", advierte el chileno Andrés Landerretche.
Baile de plenarios y borradores
No es raro que una Cumbre del Clima acabe un día más tarde de lo previsto. Más bien, es casi una tradición. Y Madrid no iba a ser menos. Negociaciones atascadas, plenarios que se convocan y se desconvocan, noche en vela para los negociadores... y para los periodistas.
El viernes comenzaba con un primer borrador de declaración sobre la mesa que podía convertirse en el acuerdo final de esta cumbre. Todo dependía de las quejas que plantearan los países y los cambios que pidieran. Pero hubo tantas, que tuvieron que plantear un nuevo borrador.
La presidenta chilena de la cumbre, Carolina Schmidt, convocaba un plenario a las 9 de la mañana de este sábado para comunicar a los países que, tras toda la noche sin dormir, presentaban un segundo texto. Un nuevo borrador de declaración, "mucho más equilibrado", para reflejar todas las posturas y buscar un consenso. Pero contentar a casi 200 países es materialmente imposible, como se podía comprobar después.
Abría el turno de palabra y todos querían comentar algo. Todos, eso sí, dándole las gracias por el esfuerzo y la noche en vela, pero todos con pegas para ese nuevo borrador. Un "qué hay de lo mío" interminable, que hace difícil creer en lo que planteaba Schmidt en su comparecencia: "Debemos demostrarle al mundo que el multilateralismo funciona". No lo están demostrando, de momento.
La intervención de Noruega resumía bastante la situación: "El mundo nos está mirando. Necesitamos dar pasos ya. Mostrar al mundo que queremos hacer todo lo posible por no superar la barrera del grado y medio". La Unión Europea intervenía brevemente para quejarse: "no podemos dejar esta COP sin un mensaje fuerte de ambición".
México también era contundente en esto: "Si dejamos Madrid sin ambición, habremos fallado en esta COP25". Y es que esta era, de hecho, la COP de la ambición, de la que debían salir señales claras de que los países se iban a comprometer más en la lucha contra el cambio climático a partir de 2020, como les pide la ciencia y la calle.
"Optimismo moderado" que se desinfla
La presidencia chilena comparecía ante los medios la tarde del viernes para explicar cómo iban las negociaciones y hablaba de "optimismo moderado", de "esperanza" en alcanzar un acuerdo. ¿Cuándo? La pregunta se repetía varias veces en la sala. "No es fácil concretar una hora. Será esta noche o mañana a primera hora. A medida que avance la noche, nuestro optimismo se traducirá en resultados", confiaba el chileno Andrés Landerretche.
Pero no. Llegó la noche y no hubo acuerdo. Hablan ahora, de hecho, de la noche del sábado como plazo final para conseguirlo. "El último día siempre es cuando parece que las cosas van más rápido, aunque sigue habiendo enfrentamiento entre los mismos bloques: los países en desarrollo y los más industrializados. Llegaremos a la noche y estaremos todavía con ese tira y afloja", aseguraba el viernes Mar Asunción, responsable de Clima de WWF.
Llegó la noche, llegó el sábado y ya está llegando otra noche. Asunción se queja, tras escuchar a Landerretche, de falta de concreción de esa supuesta ambición que anuncia en el tercer borrador. "La esperanza es lo último que se pierde, pero lo que hemos visto hasta ahora es muy débil y está muy lejos de lo que la sociedad está reclamando a sus gobiernos".
Los mercados de carbono atascan las negociaciones
El mayor escollo en esta cumbre están siendo los mercados de carbono, que debe regular el artículo 6 del Acuerdo de París, todavía sin cerrar. "Es un punto enormemente técnico pero muy importante. Hay que ver cómo reaccionan los distintos grupos en relación con esto", decía Ribera ayer. Desde WWF, Mar Asunción ya nos advertía que en ese punto "está todo muy enmarañado". Y muchos daban ya por hecho que este asunto no se iba a cerrar en esta cumbre, aunque fuera uno de sus objetivos.
Landerretche reconoce ante los medios que el artículo 6 "es el que está requiriendo más trabajo, ha sido una prioridad de esta cumbre. Pero no queremos un mal acuerdo. En este artículo, puede que lleguemos a un consenso general ahora y que los detalles técnicos los dejemos para un periodo intermedio, el año que viene". Es decir, puede ocurrir que al final no haya acuerdo sobre este punto.
Los grandes emisores no se mueven
¿Va a haber acuerdo final en esta COP? ¿Hablamos ya de fracaso?, preguntan los periodistas a la presidencia de la cumbre. Landerretche insiste: "esto aún no ha terminado". Dentro de la COP25 nadie nombra todavía esa palabra.
Pero hay un problema importante, que estaba ahí y ahí sigue. En recorte de emisiones, los grandes emisores del planeta están donde estaban antes de esta cumbre. "El único avance entre los grandes viene de la UE, que acaba de aprobar el llamado Pacto Verde", asegura Vanessa Pérez-Cirera, portavoz de WWF en la cumbre.
Algo que destaca también Ribera. "El Consejo Europeo ha dado su apoyo al objetivo de Bruselas de alcanzar la neutralidad climática para 2050. Esperamos que ello suponga una presión importante para al resto de países, para los grandes emisores", decía este viernes. Porque aparte de la UE, "los demás no han comunicado nada. Japón, China, India, EE.UU. o Brasil no han comunicado ningún avance en la cumbre", insiste Vanessa.
Frustración y enfado en la calle
Ante este panorama, el viernes se sucedían las protestas en IFEMA por parte de ecologistas, jóvenes y activistas climáticos en general. Protestas que han pedido acción durante toda la cumbre. Acción urgente y "justicia climática".
Conseguirla supone una actuación firme y decidida por parte de los grandes países industrializados. Pero no la está habiendo. Aseguran desde Fridays For Future y desde Extinction Rebellion que están decepcionados por un nuevo fracaso -ellos sí mencionan la palabra- de una nueva cumbre del clima. No es para menos. Van ya 25 como esta.
Este sábado, tras conocer el segundo borrador del acuerdo, las organizaciones ecologistas no ahorraban en calificativos. La más contundente, la directora de Greenpeace internacional, Jennifer Morgan: "El texto es completamente inaceptable, una vergüenza. Adoptarlo sería una traición a la gente de todo el mundo que está sufriendo los impactos de la emergencia climática y pidiendo que los Gobiernos actúen ahora".
Morgan apunta a la presidencia chilena, además, como culpable. "Para demostrar que Chile ha escuchado las voces de su propio pueblo tiene que dar un paso hacia adelante, escuchando a la ciudadanía y a los personas víctimas de la crisis climática, y no ponerse del lado de Japón, Estados Unidos y Brasil, los tres países que se están encargando de destruir las negociaciones".
Desde WWF, Vanessa Pérez-Cirera asegura que "el borrador de texto extremadamente débil conocido esta mañana es decepcionante. Se llamó la "COP de la ambición". Debe estar a la altura de las expectativas de las personas que marchan en las calles, de la ciudadanía".
"No es fácil poner de acuerdo a 197 países, nadie puede quedarse fuera", se excusan desde la presidencia chilena de la COP. "Pero no vamos a salir de IFEMA sin un buen resultado", aseguran. Es sábado por la tarde, en una cumbre que acababa el viernes. Veremos.