Diego, la tortuga que salvó a su especie con 800 hijos, regresa a su isla natal en Galápagos

Esta tortuga macho, junto a otras 14, ha ayudado a recuperar la especie con un programa de reproducción que ha durado más de 40 años
Gracias a a la cría en cautiverio, la especie 'Chelonoidis hoodensis' ha pasado de 15 a 2.300 ejemplares en libertad
Las tortugas participantes en el programa han sido devueltas a la isla Española, en las Galápagos, su hábitat natural
Después de 87 años exiliado, Diego ha vuelto por fin a casa. Pero no hablamos de un expatriado cualquiera. Diego es una tortuga gigante, de más de 100 años, que durante décadas ha sido la punta de lanza en la recuperación de su especie, autóctona de las islas Galápagos (Chile). Tanto que en cuarenta años su población se ha incrementado de 15 a 2.300 ejemplares en su isla originaria, la Española.
Este martes, después de haber engendrado 800 'hijos', el equipo del Parque Nacional Galápagos (PNG), coordinadora del programa de cría en cautiverio, ha devuelto a Diego y sus 14 compañeros de proyecto a 'casa'. Justo a tiempo para celebrar el Día Mundial de las Tortugas Marinas.
De 16 a 2.300 tortugas
La historia de Diego comienza en la década de 1960, cuando un grupo de científicos ecuatorianos descubrió que solo quedaban doce hembras y dos machos de la tortuga 'Chelonoidis hoodensis', en la isla Española, perteneciente al archipiélago de las Galápagos.
Ante esta situación de inminente extinción, los expertos optaron por desarrollar un plan programa de crianza en cautiverio de estos quelonios. Así, los expertos decidieron buscar ejemplares en zoológicos y centros de animales de todo el mundo, para dotar al programa de "la variabilidad genética" necesaria para garantizar la continuidad de la especie.
Diego fue hallado en un zoo de San Diego (Estados Unidos) en 1976, aunque los responsables del Parque Nacional de Galápagos creen que fue capturado en la propia Española en 1933. De hecho, su nombre hace referencia a la ciudad en la que fue 'reclutado'. A Diego, se le sumaron otros 14 ejemplares en la misión para recuperar a estas tortugas. Desde entonces, se las había mantenido en cautiverio en la vecina isla de Santa Cruz.
En 1976 Diego llegó en barco a Santa Cruz, cumplió el respectivo tiempo de cuarentena y fue colocado en un corral con otras hembras de su especie. #DiegoVuelveACasa pic.twitter.com/RxQy2qsGRO
— Danny RUEDA Córdova (@DannyRuedaC) 16 de junio de 2020
Después de más de 40 años, Diego tiene un linaje de 800 hijos, que han ayudado a repoblar la isla originaria de su padre. Actualmente hay alrededor de 2.300 ejemplares de tortuga 'Chelonoidis hoodensis' en la Española, que han sido repatriados a lo largo de todos estos años. "Ya no se las necesita mantener en cautiverio porque está creciendo la población", como explica el equipo de PNG.
"Este programa de reproducción en cautiverio, sumado a las acciones de manejo implementadas en la isla, nos dan la tranquilidad de que logramos salvar una especie que de otra manera se hubiera extinguido", ha asegurado Paulo Proaño, ministro encargado del Ambiente y Agua de Ecuador.
Vuelta a la Española
Así, después de haber vivido 87 años lejos de 'casa', Diego ha sido devuelto a su isla natal. El equipo del Parque Nacional Galápagos, encargado de la conservación de las especies autóctonas, ha compartido a través de sus redes sociales imágenes de la puesta en libertad de Diego y el resto de las tortugas del programa, con el 'hashtag'#DiegoVuelveACasa.
#Galápagos | #DiegoVuelveACasa después de más de 80 años. Él, junto a sus compañeras cumplió la misión de salvar su especie.
— Parque Galápagos (@parquegalapagos) 16 de junio de 2020
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El proceso de traslado, anunciado en enero, debía haberse realizado el 27 de marzo, pero la pandemia del coronavirus aplazó el proceso. Este retraso ha hecho que la liberación de Diego coincida con el Día Mundial de las Tortugas Marinas, que se celebra este martes 16 de junio.
Antes de su puesta en libertad las tortugas han estado varios meses de cuarentena, para asegurar que no introducirían patógenos dañinos para otras especies de la isla. Antes de su liberación, también fueron "desparasitadas" interna y externamente, y se les colocó un microchip de identificación.
Tras ser cargados en un bote, este lunes al amanecer los 15 quelonios fueron traslados por mar de la isla de Santa Cruz hasta la Española, en un viaje de unas cinco horas. En la isla fueron soltadas a unos 2,5 kilómetros de la costa, en un sector denominado Las Tunas, donde se concentra la mayor cantidad de cactus 'Opuntia', su principal alimento.
"Las 12 hembras, que pesan en promedio 35 kilos, fueron cargadas por una sola persona, mientras que para los 3 machos, cuyo peso superaba los 55 kg, fue necesaria la participación de dos personas, en relevos", relata sobre la experiencia Danny Rueda, director del PNG.
Monitoreo de las tortugas
Después de su introducción tierra adentro, el personal permaneció unas cuatro horas observando el comportamiento de los quelonios en su nuevo hábitat. Aunque el trabajo de los responsables del Parque Nacional no termina aquí, ya que continuarán observando a las tortugas para asegurar su correcta aclimatación.
👏🏻👏🏻 Diego regresó hoy a su ambiente natural en la isla Española del archipiélago de Galápagos 🇪🇨, tras décadas de reproducirse en cautiverio para salvar a su especie.
— Programa ONU Medio Ambiente (@unep_espanol) 15 de junio de 2020
La tortuga gigante más de 100 años tuvo alrededor de 800 crías.
¡Bien hecho Diego! https://t.co/jUgRnJFTVs pic.twitter.com/SA7bQz7GxG
"En unos seis meses se realizará el primer viaje de monitoreo", señala Rueda, aunque matiza que todas las tortugas cuentan con un dispositivo GPS que enviará diariamente su posición. A esto se suman "las imágenes de 40 cámaras trampa distribuidas en su área de vida". Estps dispositivos, que captan los movimientos de los ejemplares cada quince segundos "permitirá conocer todos sus desplazamientos y actividades".
Casi extinguidas por los piratas
La isla Española, situada en el sureste del archipiélago, es una de las visitas más populares entre los turistas que llegan a las Galápagos, debido a la fauna del lugar. Sin embargo, hace años perdió casi la totalidad de las tortugas, principalmente a manos de piratas y balleneros. Los navegantes capturaban a las tortugas gigantes como fuente de alimento. Incluso las embarcaban en sus navíos para abastecerse más adelante, porque las tortugas podían "sobrevivir hasta un año, o incluso más, sin comer ni beber".
Sin embargo, tras el exhaustivo proyecto de reproducción en cautiverio, estudios basados en modelos matemáticos -con diferentes escenarios posibles para los próximos 100 años-, revelan que la isla reúne ahora las condiciones suficientes para mantener a la población de tortugas. De hecho, se prevé que la población seguirá creciendo, sin ninguna nueva repatriación de juveniles.
Aun así, actualmente el archipiélago sólo ha alcanzado el 15 % del número inicial de tortugas, estimado en 400.000 individuos, de quince especies originales. Aunque en la Española hay otros animales como iguanas y lobos marinos, la presencia de las tortugas es indispensable para la supervivencia de otras especies, como los albatros. En concreto, los quelonios despejan espacios de maleza, que estas aves luego utilizan para despegar o aterrizar.