Efectos colaterales de la crisis del coronavirus: vuelve el uso masivo del plástico

Aumenta el uso del plástico desechable estos días, como material seguro para extremar las medidas de higiene y evitar contagios
Los ecologistas defienden la seguridad en el uso de materiales reutilizables "con la higiene adecuada", y confían en que la vuelta al plástico sea coyuntural
La emergencia es planetaria, y la respuesta también lo está siendo. El objetivo de todo el planeta, ahora mismo: frenar la pandemia, minimizar los riesgos de contagio. Se trata de extremar la higiene, las medidas de protección frente a la vertiginosa transmisión de este nuevo coronavirus. En este panorama, el plástico cobra protagonismo como el material que aporta precisamente esa protección y seguridad frente al contagio. Hablamos de plástico desechable, claro, de usar y tirar. Que se presenta como el más seguro desde el punto de vista de la higiene y la salud.
Con la crisis del coronavirus vuelve el plástico, vuelve la cultura –ya denostada en gran parte de Europa- de “usar y tirar”. Vuelve el plástico, y quienes más han luchado por erradicarlo confían que todo esto sea coyuntural. Porque supone un paso atrás en todo lo que se había avanzado contra el desmesurado consumo de este material en el planeta.
La crisis es transitoria, los plásticos quedan ahí
Los hospitales españoles están desbordados y, entre otras muchas cosas, necesitan agua. Agua embotellada. Botellas de agua individuales para dárselas a los enfermos, minimizando los riesgos de contagio. Estos días, hay empresas donando decenas de miles de botellas a los hospitales, y al hospital de campaña montado en IFEMA. Botellas de plástico desechable. Seguras para evitar contagios, pero muy dañinas para el planeta.
Añadan además los cientos de millones de guantes y mascarillas desechables que esta pandemia está obligando a utilizar. Y a fabricar a marchas forzadas, por falta de stock. Millones de guantes de látex. Millones de mascarillas FFP, con filtros de protección compuestos por un entramado de fibras plásticas.
“Entendemos que el material necesario en los hospitales tenga que ser desechable. La prioridad, ahora mismo, es no contagiarte, no morirte, es normal que sea así. Y además, el plástico desechable es mucho más útil en cualquier situación caótica en la que hay que actuar con rapidez. Se usa y se tira, y ya está. El problema es que esta crisis es algo transitorio, pero todos esos plásticos van a seguir ahí, dando problemas, mucho después”. Lo advierte Alba García, responsable de la campaña de Plásticos de Greenpeace.
Un paso adelante y dos atrás: las tazas de Starbucks
El problema es que hay empresas que ya habían dado pasos importantes contra la cultura de usar y tirar y ahora, con esta crisis, están reculando. Un ejemplo: Starbucks, la mayor cadena de cafés del mundo. Seguro que alguna vez ha pasado por alguno y ha comprobado que le dan la posibilidad de llevar su propia taza personal reutilizable y que se la rellenen. Pues ya no se puede. El miedo al coronavirus se ha cargado esta medida de un plumazo. El café, ahora, sólo se sirve en vasos desechables. “Frenar el contagio del virus debe ser ahora mismo una prioridad mayor que la preocupación medioambiental”, declaran.
La medida es transitoria, aseguran desde Starbucks, pero los ecologistas tienen miedo de que lo coyuntural deje de serlo, cuando salgamos de todo esto. “Existe un riesgo, que lo que ahora es coyuntural, se quede para siempre. Y además, los plásticos desechables no te protegen más, siempre será mejor un envase o recipiente reutilizable, que tú lavas bien en tu casa y sabes quién lo toca. Es totalmente seguro, frente a otro que no conozco y no sé quién lo manipula. La higiene no puede ser una excusa para volver a los plásticos desechables”, insiste la experta en plásticos de Greenpeace. Cuando todo esto pase, “hay que seguir apostando por los reutilizables”.
Sobredosis de plástico en los supermercados
Pero hay más ejemplos de la vuelta al plástico, como lo que está ocurriendo en los supermercados. Muchos ya estaban reduciendo el uso de envases y embalajes por motivos ecológicos, pero ahora vemos plástico por todas partes. Plástico para envolver fruta o verdura que antes estaba expuesta para comprarla a granel, bolsas de plástico en la caja como única opción para llevarse la compra. “Si antes me permitían llevar mi bolsa y llenarla en la caja, ahora será muy complicado. ¿Cómo sabes que no está contaminada con el virus? El miedo es comprensible, pero no puede ser la excusa para volver al plástico desechable”, insiste Alba García.
Y explica esas otras alternativas, igual de seguras o más. “Si voy a la pescadería, por ejemplo, debería poder llevar mi propio envase. Si lo lavas con agua y jabón, tu envase será más higiénico que un envase desechable que ha sido mucho más manipulado hasta llegar a ti. No es más higiénico un envase desechable que uno reutilizable, teniendo en cuenta todo esto. Lo que pasa es que pensar en esto no es prioritario ahora mismo, claro”.
Hasta ahora, sí lo era para muchas empresas. García cita a Eroski, “una empresa ejemplar en esto, que permite a la clientela llevar sus propios envases o tupper para las compras en fresco, como carnicería, charcutería o pescadería, el uso de mallas en la frutería y muchas otras medidas” que les han convertido en la cadena de distribución líder en la lucha con el plástico, según el ranking anual que elabora Greenpeace. Ahora, aunque todavía no disponen de datos al respecto, no son optimistas: “Seguramente todo esto haya cambiado, estos días”.
Además, si antes muchos pensaban dónde comprar -y qué comprar y qué no- con criterios ambientales además de económicos, “ahora, con el caos generado y el miedo al desabastecimiento, la gente ha ido a comprar a lo loco y ya no es prioritario dónde o cómo comprar para tratar de generar menos residuos”, constata García. Y ahí viene el siguiente problema. Aumenta el uso de plásticos y materiales desechables. Y después, ¿qué pasa con ellos?
Y después, al mar
Porque el problema no acaba en que esté aumentando su uso. Es que también aumentarán esos residuos. Con lo que ello implica de cara a su tratamiento, y a la salud del planeta.
Cuando nos deshacemos de unos guantes desechables, por ejemplo, “hay que tener en cuenta que la persona que gestiona todos esos residuos tiene que estar en contacto con ellos, algo que con los materiales reutilizables no ocurre. Las personas que trabajan en plantas de separación tienen muchas medidas de seguridad, pero no hay que olvidar que el virus, si está en el plástico, puede seguir ahí durante días”. Hasta tres días puede permanecer el coronavirus en los plásticos, es uno de los materiales donde más sobrevive, de hecho.
Y toda esa basura plástica seguirá contaminando nuestros océanos mucho después de que hayamos superado esta crisis. Desde Greenpeace alertan de ello. “Se calcula que ocho millones de toneladas de plástico llegan al mar cada año, en todo el mundo”, y ponen un ejemplo muy gráfico para entender la dimensión del problema. “Es como si, cada minuto, un camión de la basura volcara su contenido al mar, y estuviera así, minuto a minuto, durante un año entero”, explica su portavoz.