Greta Thunberg se enfría ante el plenario de la COP25, con un discurso muy técnico: "Lo personal genera atención, pero hoy no voy a hacerlo"

La joven activista sueca ha hablado durante diez minutos en el plenario de la COP25, junto a líderes políticos y de organizaciones ecologistas, para pedir más acción
Su intervención ha estado plagada de cifras y referencias a los informes del IPCC, porque asegura que cuando su mensaje es más personal "sólo se quedan con eso"
Greta Thunberg pide acción urgente para frenar una crisis climática por la que "ya está muriendo gente, porque cada fracción de un grado cuenta"
Ha sido la Greta más científica, la menos emotiva y personal que hemos visto hasta ahora. Nada que ver con aquel "¿Cómo os atrevéis?, me habéis robado mi infancia" que les espetó, enfadada y emocionada, a los líderes mundiales reunidos en la Cumbre del Clima de la ONU, en septiembre pasado.
Este miércoles, ante el plenario de la COP25 que se celebra en Madrid, la joven activista sueca ha planteado un discurso muy técnico, muy prosaico, muy frío.
A ratos parecía, incluso, que estábamos escuchando más a un científico que a la niña que lleva más de un año removiendo conciencias en todo el planeta. En ese papel, le ha cogido el relevo la directora ejecutiva de Greenpeace, Jennifer Morgan, que ha hablado justo antes de Greta, con un potente y emotivo discurso que ha cosechado los mayores aplausos del plenario.
Greta Thunberg comenzaba avisando, de hecho, de cómo iba a ser su discurso. Asegura que, tras año y medio hablando públicamente, se ha dado cuenta de que si arranca con algo personal capta toda la atención, pero entonces "sólo se quedan con eso, así que hoy no voy a hacerlo".
"Este es mi mensaje: cada fracción de un grado cuenta"
Dicho y hecho. La activista comenzaba entonces un discurso de diez minutos muy técnico, con el último informe del IPCC como referencia -ha citado incluso alguna página concreta-, un discurso plagado de cifras. "Estas cifras no son opiniones, estamos hablando de ciencia". Aunque a renglón seguido, añadía: "estas cifras son cifras globales, no incluyen la equidad necesaria para que el Acuerdo de París funcione. Los países ricos tienen que hacer su parte y llegar a cero emisiones mucho mas rápido que los demás".
"¿Por qué es tan importante no sobrepasar un aumento de temperatura de 1,5 grados?", continuaba Greta. "Porque con solo un grado de aumento de temperatura -en el que ya estamos- las personas ya están muriendo por la crisis climática. Cada fracción de un grado cuenta. Este es mi mensaje. Este es mi mensaje y en eso tienen que centrarse", decía la activista sin apenas cambiar el gesto.
Sí levantaba la mirada e interpelaba, directamente, a los líderes políticos presentes en la sala, cuando les preguntaba: "¿Cómo reaccionan ante estas cifras sin sentir un cierto nivel de pánico, sin sentirse un poco enfadados por la inacción, sin mostrarse alarmistas? ¿Cómo lo logran?". Aplausos en la sala, entre otros de la ministra de Transición Ecológica en funciones Teresa Ribera, que había estado sentada junto a Greta antes de su intervención.

Tras ello, Greta seguía enumerando cifras para denunciar la actitud de los bancos y las empresas que invierten en combustibles fósiles, y para recordar que "los países del G-20 suponen el 80% de las emisiones". Hay mucho trabajo por hacer, decía, "pero unos más que otros".
Más peligrosa la impostura que la inacción
Se ha percibido un ligero enfado en la joven activista cuando ha denunciado la inacción de los líderes políticos en torno a esta COP25. "Esta COP se ha convertido en una oportunidad para que los países negocien lagunas pendientes y eviten aumentar sus ambiciones. Están encontrando formas de eludir sus compromisos. El mayor peligro no es la inacción sino que los políticos hagan que actúan cuando no están haciendo nada, salvo relaciones publicas".
En este punto, Greta tiraba de metáfora, para denunciar que "los líderes mundiales no se comportan como si hubiera una emergencia climática. Si hay un niño en medio de la calle y vienen coches, uno no se aleja, uno va corriendo a rescatar a ese niño". Y la metáfora funcionaba, a juzgar por los aplausos que cosechaba.
Insiste Greta Thunberg, una vez más, en que "el cambio vendrá de las personas, no de los políticos", una idea que repite en todas sus intervenciones desde que llegó a Madrid. Y con ella cerraba su discurso ante el plenario. "La esperanza no viene de los gobiernos, viene de las personas, que están empezando a despertar. La gente, los pueblos, podemos iniciar ya el cambio".
Tras su discurso, Greta participaba en un debate, en el propio plenario, junto a líderes políticos y representantes de instituciones como el Banco Mundial. A su lado, también, la joven activista ugandesa Hilda Flavia Nakabuye, con la que NIUS pudo hablar hace unos días, en representación de los jóvenes del continente africano. Hilda aprovechaba para lanzar un mensaje contundente: "Millones de jóvenes africanos están padeciendo ya la crisis climática. Pero no deberíamos sufrir una crisis que nosotros no creamos. ¿Hasta cuándo vais a seguir negociando?".
Después del debate, Greta abandonaba la COP25 y ponía rumbo a Suecia, a su casa, a donde volverá después de un largo periplo de tres meses por Estados Unidos y Europa para estar presente en las últimas cumbres sobre cambio climático en Nueva York y en Madrid. Greta viaja ya de vuelta, y lo hace en tren y en coche eléctrico.
Jennifer Morgan: "¿Dónde están los líderes, los adultos?"
Pero el plenario no era solo Greta. Se llama Jennifer Morgan, es directora de Greenpeace internacional y, como decíamos, ha tomado el testigo de la joven activista sueca como "agitadora de conciencias". Su discurso ha sido el más emotivo de los escuchados esta mañana en la COP25. Ya prometía desde el arranque: "Llevo 25 años viniendo a estas COP y nunca había visto una brecha tan enorme entre lo que sucede dentro y fuera de estas paredes".
Y proseguía. "¿Dónde están los adalides, los líderes, los adultos?... Estoy cansada y enfadada. La cosa es muy sencilla. Lo sería si los líderes políticos estuvieran a la altura de lo que llevan décadas diciendo los científicos. ¿Por qué no convierten en leyes inmediatamente esas declaraciones de emergencia climática?".
Pedía Morgan a los líderes políticos que empiecen "a escuchar las voces de los jóvenes de todo el mundo, que actúen como Greta les ha pedido, porque no lo están haciendo". Y tras denunciar la inacción de los países en la lucha contra el cambio climático, concluía su discurso asegurando que aún hay esperanza, incluso después de 25 años de cumbres mundiales contra el cambio climático.
"No estoy dispuesta a dejar de creer en la humanidad", aseguraba la líder ecologista. "Paremos las cosas ahora, esta COP puede enviar una señal de cambio. Los líderes pueden venir y comprometerse. El corazón del Acuerdo de París sigue latiendo, pero sin fuerza. No abandonen".