Julio Díaz, jefe de Epidemiología de la Escuela Nacional de Salud: “Cuando sube el ruido, suben los ingresos por ansiedad, depresión y suicidios"


Este experto lleva años alertando de que el ruido provoca más daños en la salud que la contaminación atmosférica química
Díaz y su equipo han realizado un estudio que concluye que en Madrid, “cuando sube el ruido, suben los ingresos hospitalarios por ansiedad, depresión y suicidios”
Acaban de iniciar un estudio sobre contaminación y COVID-19 en el que plantean incluir el ruido como otra variable a analizar
Nueve de cada diez personas respiran aire contaminado, según la OMS. Y cerca de siete millones mueren cada año “por la exposición a las partículas finas contenidas en el aire contaminado, las cuales penetran profundamente en los pulmones y el sistema cardiovascular y provocan accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón, neumopatía obstructiva crónica e infecciones respiratorias”, advierte esta organización.
Estamos hablando de contaminación, de la contaminación atmosférica química. La más conocida, pero no la única. La contaminación acústica ocupa muchos menos titulares, pero es igual de dañina. Lo advierte la OMS, que la considera “uno de los principales factores medioambientales con mayor impacto en la salud”.
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Quienes llevan toda la vida estudiándolo ya no saben cómo decirlo. Es el caso de Julio Díaz, jefe de Epidemiología y Bioestadística de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, un referente cuando se habla de salud y contaminación. “El primer estudio sobre esto lo publicamos en 2002”, recuerda en esta entrevista con NIUS, “pero la gente sigue sin ser consciente de los problemas que genera la contaminación acústica en su salud”.
Ellos siguen investigando y publicando estudios. El último arroja evidencias tan preocupantes como que, en Madrid, “cuando sube el ruido, suben los ingresos hospitalarios por ansiedad, depresión y suicidios”.
Pregunta: Casi siempre hablamos del ruido como algo que nos causa molestia y poco más. Pero sí vemos bastante claros los daños que nos provoca la otra contaminación, la que se ve. ¿Quizá sea porque el ruido no lo vemos como vemos la boina de Madrid, por ejemplo?
Respuesta: Hay muchas formas de contaminación atmosférica. Si la definimos como “la presencia en el aire de sustancias o formas de energía que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas", vemos que ahí no sólo entra la química, debemos incluir también la contaminación acústica, la lumínica, la biológica… Lo que pasa es que, generalmente, se equipara la contaminación atmosférica con la química. Nosotros llevamos 20 años con esto, empezamos en 2002 con el primer estudio.
P: En 2015 publicaron un estudio que relaciona el ruido de tráfico urbano con la mortalidad por causas circulatorias, respiratorias y diabetes
R: Nosotros lo que pensamos fue que si más del 70% del ruido en Madrid se debe al tráfico, y un 70% de la contaminación urbana también se debe al tráfico, si el origen es el mismo... ¿por qué no estudiamos la causa común y vemos qué pasa? En el estudio, relacionamos los ingresos en el Hospital Gregorio Marañón con el número de vehículos que circulaban por las calles próximas, y vimos que había una asociación clara entre el número de coches y el de ingresos por este tipo de patologías.
Eso nos vale para saber que el problema en Madrid no son las calefacciones, ni las obras, ni las industrias, como se ha dicho… son los coches. Si yo quiero bajar ingresos por problemas circulatorios y respiratorios, tengo que bajar el número de coches.
P: Imagino que las administraciones conocen los resultados de sus estudios, que el ayuntamiento de Madrid está al tanto.
R: Por supuesto. Estamos hartos de advertirle al ayuntamiento de Madrid y a las instituciones en general sobre el impacto del ruido y la contaminación en la salud.
P: Pero ustedes no sólo advierten, aportan datos, estudios, evidencias científicas…
R: Hasta la propia OMS ha sacado una guía en la que habla de la relación entre el ruido y las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, los partos prematuros, las enfermedades neurodegenerativas… Nosotros, como científicos, lo que tenemos que hacer lo hacemos, que es estudiar y publicar. Aquí falta un estabón, los educadores ambientales, que tienen que conseguir que llegue más el mensaje. Los científicos estamos hartos de decirlo, hartos.
P: ¿Cómo afecta el ruido al sistema inmune?
R: El ruido produce estrés, y siempre que tienes estrés se vierte, como reacción, una sustancia, el cortisol. Al aumentar los niveles de cortisol se produce un debilitamiento del sistema inmunológico. Es un ataque al organismo, una agresión, y para repelerla aumentas tu frecuencia cardíaca, tu presión arterial, viertes más adrenalina, más cortisol… eso es lo que explicaría su relación con el aumento de enfermedades cardiovasculares. Pero es que también, en esa reacción, añado glucosa y no la quemo, se acumula en el organismo, lo que explicaría su relación con la obesidad y la diabetes. Además, al verter el cortisol en la sangre, mi sistema inmune baja, y si yo tengo una infección, deja de estar controlada. No solo se ha visto en estudios estadísticos, se ha estudiado también en la sangre y la saliva, y se demuestra que esto es así.
En Alemania, por ejemplo, se estudió el cortisol en la saliva en dos hermanos gemelos, uno dormía en una habitación ruidosa y el otro no. El cortisol en la saliva del que dormía con ruido era muy superior al del otro. Si sacas sangre de una persona sometida a niveles altos de ruido, ves que hay más glucosa y más adrenalina, son mecanismos biológicos que ya se han comprobado.
P: Cuando hablamos de contaminación atmosférica química vemos una relación clara con patologías respiratorias, y se ha visto también su relación con la COVID-19. Ustedes están iniciando un estudio, precisamente, sobre variables ambientales y COVID-19. ¿Estudiarán el ruido?
R: Hay una relación directa entre la contaminación y este tipo de infecciones. La contaminación no solo crea más personas susceptibles de enfermar, sino que también hace que esa infección respiratoria sea más grave. Lo que ocurre es que de la COVID no sabemos casi nada. Yo lo que planteo es que si hacemos un estudio que está relacionando la contaminación atmosférica química con la COVID-19, ¿por qué no incluir también el ruido?
Sabemos que la contaminación ataca, sobre todo, a personas mayores de 65 años con problemas respiratorios o circulatorios, esto ya lo vimos en el estudio que hemos comentado. Y sabemos que la COVID-19 ataca a esas mismas personas, así que para ellas es un doble ataque. Estaría bien meter el ruido como otra variable a estudiar, como el NO2 por ejemplo, y ver qué pasa. De momento sólo se estudia la contaminación atmosférica química. En Madrid sí lo miraremos, porque hay datos. Madrid tendrá muchos defectos pero es una de las pocas ciudades del mundo en las que se mide el ruido en tiempo real.
P: Explíqueme esto de Madrid…
R: En todos los municipios de más de 100.000 habitantes tienes que tener un mapa de ruido. Se miden los niveles de ruido en todas las calles de la ciudad, se hace por ley una vez cada cierto tiempo, y eso te da una foto del ruido de esa ciudad. Pero en Madrid, además, en las mismas estaciones donde se mide la contaminación atmosférica química se mide el ruido. Y son estaciones urbanas, así que sobre todo es ruido del tráfico. En ellas se ven los valores de ruido diurno, nocturno… así que podemos meterlo como otra variable más en los análisis.
En Madrid, lo que ya sabemos es que la contaminación acústica provoca más daños en la salud que la contaminación química. O al menos, los mismos. Es más, hay enfermedades que sí tienen relación con el ruido y no con la contaminación química.
P: ¿Qué enfermedades?
R: Ansiedad, depresión y suicidios. Esto lo vimos cuando estudiábamos la relación entre la contaminación química y el consumo de ansiolíticos. No buscábamos eso, pero metimos el ruido y lo vimos. No existe relación entre la contaminación química y los ingresos hospitalarios por esos problemas, pero sí vimos que había relación con el ruido. Cuando sube el ruido, suben los ingresos por ansiedad, depresión y suicidios. No podemos decir que sea la causa, pero sí que hay una relación. Este estudio lo hemos publicado en 2020.
P: ¿Y vieron también si esa relación se daba más en algunas zonas de la ciudad que en otras?
R: No. Son datos para todo Madrid, sobre el ruido medio en todo Madrid. No se mira por distritos, no hay datos desagregados. Se trabaja con datos ya existentes, los recogidos por las estaciones, que son los que se analizan.
P: Con el confinamiento, en las ciudades, hemos podido incluso escuchar los cantos de los pájaros durante estos meses
R: Hemos visto cómo es una ciudad sin coches, y nos ha gustado. Se oyen los pájaros, se puede caminar por la calle, se ve la sierra desde Madrid… Ahora ya lo sabemos, y lo que tenemos que hacer los científicos ya está hecho. Si pensábamos que el problema está en el tráfico, ya está comprobado y publicado. Desde el punto de vista de la salud, el problema que tenemos en Madrid es el tráfico, eso está claro. Está detrás de muchos partos prematuros, de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, neurodegenerativas…
Lo que tenemos que hacer es movernos de una forma sostenible. No se trata de cambiar nuestros coches por coches eléctricos, se trata de que no haya coches. Al menos, en el centro de las ciudades, se trata de potenciar el transporte público. Hay que potenciar la movilidad alternativa, es clave.
P: Pero precisamente en este momento, el miedo al coronavirus juega en contra… Hay miedo a viajar en autobús, o en metro, por el riesgo de contagio.
R: Pues contra el miedo, información. Hay que recordar, por ejemplo, que en Japón, que es famoso por su transporte público masificado, los mayores contagios no se están produciendo en el metro. Habrá que ver si realmente los contagios se producen ahí, es algo que aún habrá que estudiar. El principal problema que hay en epidemiologia es extrapolar estudios de unos países a otros, porque cada país es un mundo, pero en Alemania ya se están haciendo simulaciones de cómo afectaría una persona contagiada en distintos transportes (en autobuses y en cabinas de avión).
P: Y ahora que entramos en esa “nueva normalidad”, esa vuelta a una vida que ya no será la de antes, ¿confía en que se priorice por fin la lucha contra la contaminación?
R: Hay estimaciones a nivel europeo que dicen que en Europa, por la bajada de la contaminación, se han evitado 11.000 muertes en estos meses, y en España unas mil, esto ya se ha estudiado. Hay miles de ejemplos en los que se ve que cuando yo mejoro la calidad del aire, la salud mejora. Nosotros insistimos mucho con las administraciones. Pero no es fácil. Porque todos decimos: “qué bien está Madrid sin coches”. Pero luego yo sigo llevando el coche. En realidad, decimos: “qué bien está Madrid sin el coche de los demás…”.
Nosotros llevamos con esto 20 años, y sabemos que cuando no hay otro problema la gente habla de estas cosas. La COVID-19 va a pasar y se nos va a olvidar, pero los impactos en nuestra salud de la contaminación química y acústica no van a pasar. No tenemos que ir a la inmediatez, hay que mirar a largo plazo. Pero nos puede la inmediatez. Y en ciencia, la inmediatez no es buena consejera.
He tenido reuniones con gente del ayuntamiento, desde hace años, de todos los partidos, y la gente sigue sin ser consciente del problema de la contaminación acústica en su salud. El 70% del ruido ambiental en una ciudad se debe al tráfico: el origen de la contaminación química y acústica es el mismo. Hay que hacer algo ya.
P: Bueno, ahí está (o estaba) Madrid Central, por ejemplo, se van dando pasos… Pero le veo muy escéptico.
R: El primer estudio en que asociamos contaminación con mortalidad por causas circulatorias y respiratorias, hace más de veinte años, nos dijeron que era mejor guardarlo en un cajón, que este tipo de estudios solo generaban alarma. Han pasado los años y ahora, por fin se asume que la contaminación es un problema de salud pública. Hay ejemplos como Inés Sabanés, Teresa Ribera, María Neira… Nos ha costado 30 años, pero se está asumiendo por fin. La evidencia acaba calando.
P: A lo mejor dentro de otros 30 años, hay la mitad de coches en Madrid.
R: Ojalá…